¿Qué significa Sión en la Biblia? ¿Qué es el Monte Sión?
Sión tiene un significado amplísimo en la Biblia. Aunque su concepto etimológico es dudoso, la palabra Sión aparece múltiples veces en las Escrituras asumiendo diferentes aplicaciones. Algunos intérpretes sugieren que tal vez este nombre podría significar «excelencia», pero no hay nada concluyente en ese sentido.
La Biblia charla del “Monte Sion”, “la fortaleza de Sion”, “las puertas de Sion” y la “hija(s) de Sion”. Debido a esto, bastante gente sienten curiosidad por saber qué es lo que significa Sión en la Biblia. Para comprender apropiadamente su significado bíblico, comencemos con el Monte Sión.
Monte Sión en la Biblia
El nombre “Sión” originalmente designaba una colina fortificada situada al sureste de Jerusalén. Era una fortaleza jebusea al borde de la montaña que fue tomada por el rey David. Revela quién era David.
Según los eruditos, esta fortaleza de Sion tenía aproximadamente una milla de diámetro y se encontraba cuidada por un muro realmente bien estructurado. Además de esto, tenía vales empinados a su alrededor y un suministro seguro de agua del manantial de Gihón. Por todas y cada una estas causas, Sión era una fortaleza muy difícil de conquistar.
No obstante, según con el propósito de Dios, esta fortaleza fue tomada por David. Después de la conquista, este lugar pasó a nombrarse “Localidad de David” (2 Samuel 5:6-9). David trasladó la capital de su reino a ese rincón y empezó a expandirlo, creando allí su palacio y una exclusiva ciudadela.
Toda esta área llegó a ser designada como Sion. Más tarde, en tiempos del rey Salomón, el Templo se edificó sobre una colina un tanto alén de estos límites iniciales, en el monte Moriah. Así mismo, la palabra Sion asimismo pasó a designar toda el área que englobaba la montaña sobre la que estaba el Templo. De ahí que “Monte Sión” se transformó en un título poético para referirse a la montaña donde se situaba el Templo en algunas premoniciones bíblicas. En este último caso, lo más destacado de esta montaña como “Monte Sion” no se encontraba relacionado con su tamaño o majestuosidad.
Esta designación apunta singularmente al hecho de que el Templo se encontraba ubicado allí. Esto significaba que este era el lugar que Dios había elegido para manifestar su presencia a su pueblo. En este sentido, Sión significó un símbolo físico de la morada espiritual de Dios.
Distintas significados de Sión en la Biblia
Con el paso del tiempo, el nombre Sion comenzó a usarse en un sentido considerablemente más amplio. Por poner un ejemplo: Zion puede designar particularmente a la localidad de Jerusalén en la Biblia, siendo de este modo un homónimo del nombre de esa localidad. En otras oportunidades esta palabra puede referirse a todo Judá o incluso a la nación de Israel en su totalidad (cf. 2 Reyes 19:21; Salmo 149:2; Isaías 2:3; 46:13; etc.).
Además de esto, la palabra “Sión” hace aparición habitualmente en la literatura poética y profética del Viejo Testamento indicando metafóricamente un género de sede de Dios. En tales casos, la palabra Sión amplía su significado para trasmitir la sensación de ser el lugar de los actos divinos de salvación y juicio (cf. Salmo 14:7; Isaías 2:3; 4:4; 8:18; Miqueas 4:1). – 5; Lamentaciones 4:11).
El significado simbólico de Sion hace aparición incluso en el Nuevo Testamento. El escritor de Hebreos, al redactar sobre la peregrinación terrena de los redimidos, dice que por Jesús, el mediador de la Novedosa Coalición, han llegado “El monte de Sión y la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial” (Hebreos 12:22,23).
El concepto espiritual de Sion asimismo es evidente en el libro de Apocalipsis. Juan redacta que vio, en la cima del monte Sion, al Cordero acompañado de su pueblo (Apocalipsis 14, 1; cf. 21, 10). Por el momento no vio el Templo terrenal bajo el monte Sion terrenal, sino que vio la morada de Dios con su pueblo bajo el Sion celestial.
Esto concuerda con lo que redacta el salmista, cuando dice: “Los que confían en el Señor son como el monte de Sión, que no se desplaza, continúa estable para toda la vida” (Salmo 125:1).
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