IGLESIA

¿Qué significa «El que tiene oído, que oiga»?

«El que tenga oídos, que oiga» es una expresión usada en la Biblia para señalar la importancia de la verdad que se transmite. la declaración «El que tenga oídos, que oiga» significa una exhortación a que el mensaje comunicado sea recibido con atención y asimilado su lección. En el libro de Apocalipsis aparece esta misma expresión en forma popularizada: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.

No todo el que tiene oídos y oye, realmente oye lo que se dice. Por lo tanto, esta frase es un modismo que se refiere tanto a la capacidad de una persona para percibir como a su voluntad de percibir realmente lo que dicen.

Quien tiene oídos para oír, que escuche

La oración «El que tenga oídos, que oiga» es una exhortación que hace aparición frecuentemente repetida en los registros acerca de las enseñanzas del Señor Jesús a lo largo de su ministerio. Con algunas variantes, múltiples ocasiones Jesucristo declaró durante su ministerio terrenal: “El que tenga oídos para oír, que oiga”.

Al dar testimonio de Juan el Bautista frente al pueblo, aseverando que él verdaderamente era el comunicado por los profetas que vendría a ser el heraldo del Mesías predicando el arrepentimiento, y cuyo ministerio se asemejaba al del profeta Elías, Jesús ha dicho: «El que tenga oídos, que oiga» (Mateo 11:15). En este contexto, tal declaración de Jesús fue una exhortación a la multitud a darse cuenta del cumplimiento de las Escrituras que se encontraba bastante antes que ellos.

El profeta Juan el Bautista predicó sobre la necesidad del arrepentimiento y la fe. De esta manera señaló a Cristo como verdaderamente el Cordero de Dios que quita el pecado de todo el mundo. Sin duda el mensaje de salvación estaba siendo comunicado y necesitaba ser escuchado con atención.

En el final de al menos 2 de sus parábolas, Jesús repitió la misma exhortación. Jesús termina la parábola del sembrador diciendo: “El que tenga oídos para oír, que oiga” (Mateo 13:9; Marcos 4:9). W. Hendriksen afirma que en un caso así la implicación de esta exhortación revela que el concepto de las palabras de Jesús en esa parábola es mayor de lo que parece a primera vista. El auténtico fan de Jesús escucha con atención, prudencia, compromiso y acoge con buena voluntad la Palabra de Dios.

Tras la corto parábola que dice que no se debe poner una lámpara bajo un celemín, Jesús de nuevo resaltó: “Si alguno tiene oídos para oír, que oiga” (Marcos 4:23). W. Hendriksen también completa diciendo La parábola enseña una lección muy importante. Conque esos que tienen la aptitud espiritual para percibirlo, reflexionen sobre ello y apliquen la lección a sus vidas.

Escuche lo que el Espíritu afirma a las iglesias

No son solo las enseñanzas de Jesús durante su ministerio terrenal las que llevan esta observación acerca de oír atenta y genuinamente la Palabra de Dios. El libro de Apocalipsis asimismo reitera la exhortación de cuando en cuando: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu afirma a las iglesias”.

Esta exhortación está presente al final de todas las cartas dirigidas a las siete iglesias de Asia Menor (Apocalipsis 2:7,11,17,29; 3:6,13,22). En las tres primeras apariciones esta oración precede a una promesa. Ahora en las últimas cuatro visualizaciones esta frase prosigue a una promesa.

En el libro de Apocalipsis la exhortación «El que tenga oídos, que oiga» se acompaña de una segunda parte: “Lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Esto quiere decir un orden para el creyente de oír con atención y obediencia las expresiones de Jesús que habla por medio del Espíritu Santurrón (cf. Hch 14,26; 15,26; 16,13,14; Hch 2,33). “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu afirma a las iglesias” es una exhortación urgente y oportuna para todos nosotros.

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