IGLESIA

¿Qué es el libro de la vida? Lo que significa tener su nombre escrito

El Libro de la Vida es el registro celestial de los redimidos por la sangre de Jesucristo. Tiene dentro los nombres de los que heredarán la vida eterna. Bastante gente sienten curiosidad por entender qué es el Libro de la Vida. Aunque se le relata principalmente en Apocalipsis, hay referencias a él en otros pasajes bíblicos.

El Libro de la Vida en la Biblia

El término “Libro de la Vida” se relata siete ocasiones en el Nuevo Testamento. Seis de ellos aparecen en el libro de Apocalipsis y uno en la Carta de Pablo a los Filipenses. El apóstol Pablo escribe que los nombres de sus colaboradores en el ministerio del evangelio están escritos en el Libro de la Vida (Filipenses 4:3).

Ya en el libro de Apocalipsis, el Libro de la Vida es mencionado por vez primera en la carta apuntada a la iglesia en Sardis (Apocalipsis 3:5). Más tarde, el libro hace aparición en narraciones que declaran que los impíos, los adoradores de las bestias que sufrirán el juicio de Dios, no tienen sus nombres registrados en él (Apocalipsis 13:8; 17:8; 20:12,15; 21: 27).

El término del Libro de la Vida también está presente en otros pasajes, aunque no se le llame así. En Lucas 10:20, exactamente el mismo Jesús apunta que el mayor fundamento de alegría para sus seguidores ha de ser visto que sus nombres sean “escrito en el cielo”.

Algo afín dice asimismo el escritor del libro de Hebreos en el momento en que escribe que los redimidos, los que pertenecen a la Nueva Coalición cuyo Cristo es el intercesor, tienen sus nombres escritos en los cielos (Hebreos 12:23). esa expresión “escrito en el cielo” indica exactamente el Libro de la Vida.

¿Se relata el Libro de la Vida en el Antiguo Testamento?

En el Antiguo Testamento también podemos encontrar algunas referencias a un libro de Dios que tiene dentro el registro de los nombres de las personas (Éxodo 32:32,33; Salmo 69:28; cf. 139:16). Sin embargo, no es el mismo libro mencionado en el Nuevo Testamento. La diferencia entre ellos es que básicamente el libro mencionado en el Viejo Testamento tiene relación a la vida presente de los hombres. Ya el Libro de la Vida mencionado en el Nuevo Testamento tiene relación a la vida venidera.

Este concepto es especialmente claro en el Salmo 69:28. El salmista David, refiriéndose a los impíos, solicita que sus nombres sean “Que sean eliminados del libro de los vivos, y no se escriban con los justos” (Salmo 69:28).

El profeta Daniel también menciona un libro que tiene dentro los nombres de esos que van a ser salvos en el tiempo de angustia (Daniel 12:1). Algunos eruditos comprenden que esto puede ser una referencia al Libro de la Vida mismo. Otros sugieren que sigue siendo el libro que contiene la lista de los que están vivos en este planeta.

¿Cuándo se escribió el Libro de la Vida?

El Libro de la Vida fue escrito por Dios en la eternidad. Algunas personas suponen que el Libro de la Vida se está escribiendo en el curso de la historia. Suponen que como los pecadores reciben a Cristo como Salvador y Señor, sus nombres están escritos en el Libro de la Vida.

No obstante, esta clase de pensamiento y enseñanza no posee base bíblica. La Biblia es clarísima al afirmar que los nombres de los salvos fueron registrados en el Libro de la Vida desde la fundación del mundo. Asimismo, los nombres de los impíos asimismo están ausentes de este libro desde el principio (Apocalipsis 13:8; 17:8).

Ciertos aun sostienen que la expresión “desde la fundación del mundo” no significa «antes de la fundación de todo el mundo». Por consiguiente, esto supone la iniciativa de que el Libro de la Vida fué escrito a lo largo del tiempo. Pero el punto es que esta interpretación tiene arduos problemas.

Primeramente, no tiene ningún sentido en términos de gramática griega. Segundo, asimismo contraría la clara enseñanza de las Escrituras de que Dios ha elegido a su pueblo, en Cristo, «antes de la fundación del mundo» (Efesios 1:4).

Para argumentar de qué manera uno puede tener su nombre escrito en el Libro de la Vida desde la eternidad, ciertos recurren a la omnisciencia de Dios. Explican que Dios, por medio de su conocimiento previo, registró los nombres de los salvos en este libro antes de la creación de todo el mundo.

Otros, en cambio, apuntan a la soberanía divina en la obra de salvación. Esto significa que los nombres no fueron registrados en el Libro de la Vida sobre la base de lo que Dios vio, sino más bien únicamente por el buen placer de su libre albedrío. Conoce lo que es la omnisciencia de Dios.

¿A quién pertenece el Libro de la Vida?

El Libro de la Vida pertenece al Cordero de Dios sacrificado. En ese libro está registrado el nombre de todos los que El compró (Apocalipsis 13:8). Esto significa que todos esos cuyos nombres están registrados en el Libro de la Vida forman parte al Señor.

El apóstol Pedro redacta que la comunidad de los santos es el pueblo escogido, apartado y comprado por el Señor (1 Pedro 2:9). El Cordero murió en lugar de esos cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida, para que vivan a su lado por toda la eternidad (Apocalipsis 5:9).

¿Se puede borrar un nombre del Libro de la Vida?

Hay diferentes interpretaciones sobre este asunto. Hay quienes sostienen que el nombre de alguien se puede eliminar del Libro de la Vida. Otros entienden que un nombre jamás puede ser eliminado de este libro, en tanto que esto sería una negación de la seguridad de la salvación en Cristo.

Aquellos que creen que una persona puede borrar su nombre del Libro de la Vida, recurren particularmente a dos textos bíblicos. El primero está en el libro del Éxodo, cuando Moisés le pide a Dios que borre su nombre de su libro si Israel es destruido. En esa ocasión Dios le respondió que solo borrará el nombre de aquel que pecare contra Él (Éxodo 32:32,33).

El segundo pasaje bíblico está en el libro de Apocalipsis. En él, Jesús le afirma a la iglesia en Sardis que jamás borrará del Libro de la Vida el nombre del vencedor (Apocalipsis 3:5). Algunos entienden que este texto implica la posibilidad de que se tache un nombre.

El Libro de la Vida no tiene borraduras

Quienes defienden que los nombres registrados en el Libro de la Vida son terminantes y también indelebles, observen los próximos puntos:

  • El pasaje del Éxodo no hace referencia al Libro de la Vida, sino más bien al libro de los vivos. Esto significa que haber eliminado el nombre de este libro implica la desaparición física, no la condenación eterna (cf. Éxodo 17:14; Salmo 69:28).
  • Apocalipsis 3:5 no es una amenaza, sino una promesa solemne. Jesús promete al verdadero católico que: “De ninguna forma borraré tu nombre del Libro de la Vida; y confesaré su nombre enfrente de mi Padre y delante de sus ángeles.”. Aquí Jesús está reafirmando las promesas que Él mismo logró a lo largo de Su ministerio terrenal (Mateo 10:32; Juan 10:28,29). En otras palabras, este texto está declarando que no hay oportunidad de que el nombre de entre los que Cristo compró con su sangre sea eliminado del Libro de la Vida.
  • Opinar que el Libro de la Vida puede alterarse en el sentido de borrar un nombre es exactamente lo mismo que aceptar que hay borrados en el plan eterno de Dios y despreciar sus atributos. Si el Libro de la Vida fue escrito por Dios y le pertenece a Él, ¿por qué razón Él mismo escribiría un nombre a sabiendas de que entonces tendría que borrarlo? Salvo que se nieguen algunos de los atributos divinos, esta pregunta no puede responderse. Comprender cuáles son los atributos de Dios.
  • Si un nombre puede ser eliminado del Libro de la Vida, entonces la seguridad de nuestra salvación no descansa en Cristo. A lo sumo, va a descansar en nuestro propio esfuerzo, constantemente perseguido por el fracaso de nuestra naturaleza pecaminosa.

La importancia de tener tu nombre en el Libro de la Vida

La importancia de tener el nombre de uno escrito en el Libro de la Vida es muy clara en la descripción de la escena del juicio en Apocalipsis 20. Especialmente en el versículo 15, leemos: “Y cualquiera que no se halló inscrito en el Libro de la Vida fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:15; cf. 21:27).

Es atrayente notar la importancia del Libro de la Vida en relación con los libros que poseen los registros de las acciones de la gente. En el juicio final, los libros serán abiertos y la gente serán juzgadas según sus obras escritas en esos libros. ¡Pero asimismo se abrirá el Libro de la Vida! Cualquier persona que no esté registrado en él, por más que haya hecho buenas proyectos, nunca podrá lograr la justicia ante Dios.

Esto significa que no es a través del esfuerzo humano o de las buenas proyectos que alguien puede tener su nombre registrado en el Libro de la Vida. Este registro se da únicamente por la gracia de Dios, quien, por los méritos de Cristo, imputa justicia a los redimidos. Sepa cuál es el juicio final.

El significado del libro de la vida

El contexto histórico también nos asiste a comprender el enorme concepto del Libro de la Vida. Desde la antigüedad, los pueblos tuvieron la costumbre de llevar registros de sus ciudadanos. Los mismos judíos hicieron esto (Ezequiel 13:9; Nehemías 7:5,6; 12:22-24).

En el primer siglo, a lo largo del gobierno del Imperio Romano, todos y cada uno de los ciudadanos también fueron registrados en una especie de catastro civil. Cuando alguien cometía un delito grave, su nombre se borraba de este registro.

En el momento en que se escribió el libro de Apocalipsis, los cristianos fueron acusados ​​de un delito grave por negarse a adorar al emperador romano. Gracias a esto, varios de ellos perdieron su ciudadanía. Por eso el concepto del Libro de la Vida es tan profundo, y la promesa de tener tu nombre escrito en él tan tranquilizadora.

En el Apocalipsis, el apóstol Juan aplica el substantivo «nombre» y el verbo «escrito» en singular. Con esto señala que no tiene relación a un registro colectivo, sino al nombre individual de cada católico. Por consiguiente, el sentido del Libro de la Vida apunta a la certeza especial que se tiene, por obra del Espíritu Santo, de ser hijo de Dios.

El mensaje del libro de la vida

El mensaje del libro de Apocalipsis es bastante directo. El verdadero cristiano puede incluso tener su nombre eliminado del registro civil terrenal por causa de Cristo. No obstante, recibe del mismo Señor la promesa de que su nombre jamás será borrado del libro en el cielo.

Este término es clarísimo en lo que escribe el autor de Hebreos. Señala que aunque los leales todavía viven en esta tierra, sus nombres están escritos en los cielos (Hebreos 12:23). Si se puede perder la ciudadanía terrenal, la ciudadanía celestial se asegura para toda la vida a través de los méritos de Cristo.

El nombre de los redimidos puede caer en el olvido en este mundo. Sin embargo, tu nombre nunca va a ser olvidado por Dios que lo tiene grabado en la palma de sus manos (cf. Isaías 49,16). Los nombres escritos en el Libro de la Vida jamás caducan, como jamás caducará la sangre de Cristo.

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