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Obispo agradece al Papa por esfuerzos de paz en Siria
Obispo católico caldeo de Alepo, Antoine Audo, SJ.
El obispo católico caldeo de la ciudad siria de Alepo ha agradecido al Papa Francisco por lo que está haciendo para apoyar los esfuerzos de paz en el país de Oriente Medio devastado por el conflicto.
“Me dijeron que en los próximos días habrá un día de estudio sobre la tragedia del pueblo sirio en el Vaticano”, dice a Fides monseñor Antoine Audo.
Sugirió que la jornada de estudio podría arrojar elementos de reflexión que podrían ser útiles durante la Conferencia de Ginebra II que tendrá lugar a finales de este mes.
Hablando sobre las conversaciones de Ginebra II, el obispo Audo dijo que los participantes que asistan a la conferencia del 22 de enero en Suiza deberán respetar las características del conflicto sirio si se quieren obtener resultados concretos.
“Creemos que debemos respetar al país con sus problemas, apoyarlo en su camino progresivo hacia la justicia y la libertad en lugar de aprovechar su debilidad simplemente para destruirlo”, advirtió monseñor Audo.
Continuó: “Tal vez alguien pensó que Siria era como Libia, que era fácil cambiar el sistema desde el exterior, tal vez por intereses económicos. Resulta que fue una conjetura falaz”.
Representantes de 30 naciones y cuatro organizaciones se reunirán el 22 de enero para la conferencia que se centrará en las formas de poner fin al conflicto sirio.
La conferencia busca reunir al régimen sirio y la oposición siria para discutir un gobierno de transición para Siria con plenos poderes ejecutivos.
La agenda ha sido discutida por el enviado de paz de la ONU a Siria, Lakhdar Brahimi, en estrecha cooperación con Estados Unidos y Rusia.
Los objetivos de la conferencia Ginebra II son reunir una delegación que represente al régimen sirio y otra que represente a la oposición siria para discutir cómo implementar el Comunicado de Ginebra del 30 de junio de 2012 (un “gobierno de transición”), poner fin a la guerra e iniciar un proceso hacia una nueva república siria.
En noviembre, surgieron desacuerdos entre EE. UU. y Rusia sobre la agenda de la conferencia.
