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Ana y Penina: ¿Quién era Penina en la Biblia?

Penina fue una de las esposas de Elcana, el padre del profeta Samuel. La historia de Penina en la Biblia se hizo conocida principalmente por su enemistad con Ana, la otra esposa de Elcana. Según el texto bíblico, Ana y Penina tenían hábitos opuestos. En verdad, Penina a menudo se burlaba de Ana por su esterilidad.

Los eruditos suelen sugerir que el significado del nombre Penina es «piedra hermosa» o «corales». El nombre de Ana transmite el concepto de «muy elegante». La Biblia no aporta mucha información sobre los datos biográficos de Ana y Penina, con lo que nada se conoce sobre el origen o el final de la vida de cada una de estas mujeres. Penina, por servirnos de un ejemplo, es sencillamente mencionada resumidamente por el escritor bíblico del libro de Samuel como contrincante de Ana, la madre del profeta Samuel.

Ana y Penina vivían con su familia en Ramataim-Zofim, una localidad que se encontraba en las montañas del territorio de Efraín, en la frontera con el territorio de la tribu de Benjamín. Si bien el marido de Ana y Penina vivía en la tierra de Efraín, era de linaje levítico.

Entonces, como parte de la familia de Elkanah, Penina viajaba a Shiloh de manera regular. En verdad, la Biblia dice que de año en año Elcana salía de su localidad para adorar y sacrificar al Señor en Silo, donde estaba el Tabernáculo en ese momento.

Ana y Penina: un hogar dividido

La Biblia dice que Ana y Penina eran esposas del mismo esposo. En varios sitios la Biblia muestra de qué manera esta clase de relación ocasionó problemas entre el pueblo de Dios. Como antes en la vivienda de Jacob, la rivalidad asimismo dividió el hogar de Elcana.

La Biblia afirma que Elcana amaba a Ana y la favorecía notablemente. Quizás pues Ana padecía bastante por su esterilidad, Elcana trató de atenuar su tristeza expresándole su amor. Incluso, el artículo bíblico deja clarísimo que Elcana fue realmente bueno con Ana (1 Samuel 1:5,8).

Ciertos comentaristas proponen que gracias a que Ana era la esposa querida, probablemente fuera la primera esposa de Elcana. Si o sea preciso, entonces tal vez se casó con Peninnah para lograr tener hijos tras darse cuenta de que Hannah era estéril. De hecho, Penina le dio hijos y también hijas a Elcana (1 Samuel 1:2).

Sea como fuere, aunque la Biblia no da detalles al respecto, lo cierto es que este asunto produjo inconvenientes entre las dos mujeres. Aun, el texto bíblico deja claro que Ana y Penina eran rivales, y también comunica que Penina provocaba de manera continua a Ana con el fin de irritarla (1 Samuel 1:6). El texto hebreo en esta sección está escrito para indicar que Penina trataba de lograr que Ana se sintiera intensamente frustrada, angustiada y enojada.

Aparentemente, de año en año Penina aprovechaba el viaje de la familia al Tabernáculo de Shiloh para irritar, despreciar y burlarse de Anna por su esterilidad. Aquí varios pueden cuestionar por qué Dios había permitido que Penina, con su accionar repudiable, fuera madre; al tiempo que Anna, una mujer piadosa, debió confrontar a la esterilidad.

De hecho, el escritor bíblico apunta que la esterilidad de Ana no fue algo fortuito, sino que Dios mismo había cerrado a su madre. En otras palabras, la condición de Ana se encontraba bajo el control soberano de Dios.

El contraste entre Ana y Penina

Sin duda hay un contraste en la Biblia entre el carácter irritable de Penina y el carácter piadoso de Anna. Mientras Penina es retratada en el texto bíblico como alguien que hace furia y angustia en una persona que sufre, Anna es retratada como alguien que aguantó con moderación el mal de su esterilidad y la crueldad de las reacciones de Penina.

En este sentido, es interesante notar que la Biblia no registra a Ana confrontando a Penina y ocasionando inconvenientes dentro de su familia. Por el contrario, la Biblia registra cómo Ana depositó su ansiedad en Dios. Sabía que luchar con Penina no resolvería su problema, por el hecho de que el único que podía librarla de su angustia era el Señor.

Los que leen de la Biblia saben que Peninnah tuvo hijos y también hijas, si bien no se sabe cuántos eran. Pero ninguno de los hijos de Peninnah jugó un papel relevante en la historia salvadora registrada en las Escrituras. Por otra parte, la mujer de la que se burló Penina dio a luz a un hijo increíble que fue usado por Dios para asesorar a Israel en uno de los periodos más críticos de su historia.

Pero la crónica de Ana y Penina, no obstante, no es una teología del triunfalismo; donde el humillado es exaltado. Esta historia es sencillamente acerca de cómo Dios escoge a los más improbables para cumplir su propósito soberano. Fue así cuando Dios le dio Isaac a Sara, Jacob y Esaú a Rebeca, José a Raquel, Sansón la esposa de Manoa y Juan el Bautista a Isabel.

Sin duda, Penina no fue solo alguien que hizo aún más dramática la narración de una mujer estéril; pero fue alguien que, aun por medio de sus dolorosas expresiones, asistió a Ana a poner su confianza de forma exclusiva en el Señor. Dios moldea el carácter y perfecciona la fe de sus seleccionados aun a través del sufrimiento, y en todo lo mencionado Él es glorificado.

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