XVI Domingo del Tiempo Ordinario

XVI Domingo del Tiempo Ordinario

Vivimos en un mundo poco a poco más alterado y confuso, donde todo es desechable y hay que hacerlo con prisa.

Tenemos la posibilidad de desanimarnos, naturalmente, pero debemos sostener la calma, por el hecho de que Dios conoce muy bien la situación por la que atraviesa el mundo y la Iglesia.

Pie.

César Augusto dos Santurrones, SJ

“La liturgia de el día de hoy nos ofrece tres parábolas para describir el Reino de Dios.

Están unidos por el verbo “medrar”: el grano de trigo y la cizaña crecen juntos; la semilla de mostaza se transforma en un enorme árbol; la levadura en la harina hace que la masa suba.

Frente a las adversidades y la debilidad humana, Jesús narra la parábola de la cizaña, para expresar la grandeza de Dios.

A los sirvientes, que piden arrancar la cizaña, que medra con el trigo, Jesús les dice “no”, a fin de que arrancando la cizaña asimismo sea arrancado el trigo.

¡Así que había que dejarlos crecer juntos hasta la cosecha!

Los usados se sorprenden de Jesús pues padecen de impaciencia -muy de hoy en nuestros días- que siempre se traduce en temor, poca reflexión y muchas decisiones tomadas con ímpetu.

Es atrayente ver que Jesús no solo echa la culpa a la cizaña, ¡sino que señala que fue “algún enemigo que la mezcló con el trigo”!

En esta parábola, Jesús usa imágenes de la vida en el campo, dando cabida a la idea de Dios ahora la paciencia sin limites, donde podemos encontrar la clemencia que lo convierte todo.

Habitamos un planeta cada vez más inquieto y raro, donde todo es desechable y hay que llevarlo a cabo con prisa.

Tenemos la posibilidad de desanimarnos, como es natural, pero debemos mantener la calma, por el hecho de que Dios conoce realmente bien la situación por la que atraviesa el mundo y la Iglesia.

“La cizaña asimismo existe en la Iglesia y entre aquellos que Dios ha elegido para su servicio.

Pero el trigo no fue sofocado por la siembra de la injusticia” (Benedicto XVI).

La cizaña y el trigo prueban dos realidades muy diferentes, pero han de ser separadas y discernidas.

La expresión final de la parábola “fuego, llanto y crujir de dientes” no es mucho más que el símbolo del dolor y la furia, ocasionados por el remordimiento de excluir a Dios de nuestra vida; Él respeta nuestra libertad.

O ponto acentuado da parábola é o forte contraste entre o pensamento de Deus – tolerante y también tolerante – e a intolerante rigidez dos seus servos y también, hoje, de nós, em relação ao próximo e à nossa comunidade: o bem e o mal lutam incessantemente en nosotros.

En consecuencia, nos encontramos convidados a ser pacientes, tolerantes y misericordiosos.

Las tres parábolas: la cizaña y el trigo, el grano de mostaza y la levadura representan el cariño y la felicidad de Dios hacia nosotros, ¡pero asimismo su paciencia en la construcción del Reino!».

(Reflejo de Padre Carlos Henrique Nascimento para el XVI Domingo del Tiempo Ordinario)

Esperamos que le gustara nuestro articulo XVI Domingo del Tiempo Ordinario
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios

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