(Captura de pantalla: sitio web del Día Internacional de la Mujer)
La capacidad de la izquierda comunista para engañar constantemente a un grupo cada vez más amplio de tontos nunca deja de sorprender. Es prácticamente otra constante del universo.
Hace unas semanas escribí sobre la ahora infame Marcha de las Mujeres, un desfile de perversidad y vulgaridad que estalló después de la toma de posesión de Trump en enero, donde nada menos que Angela Davis, la principal revolucionaria marxista de Estados Unidos durante mucho tiempo, fue copresidenta honoraria y presentó altavoz. La camarada Angela enardeció a las mujeres fieles mientras se ponían ridículos sombreros rosas y vitoreaban su revolución. Ahora, esta semana, el frente femenino se alistó nuevamente, esta vez no se volvió rosa sino rojo, en sentido figurado y literal.
Ayer fue el Día Internacional de la Mujer. Si sabe poco o nada de la historia de este evento, entonces probablemente sepa más que la gran mayoría de las jóvenes y los patrocinadores corporativos ajenos a ellos como soldados de a pie obedientes.
El caso es que los orígenes del Día Internacional de la Mujer son comunista-socialistas. Esa realidad es tan inevitablemente obvia que la sección “Acerca de” en el sitio web oficial del Día Internacional de la Mujer presenta con franqueza los orígenes de la promoción de este glorioso “día colectivo de celebración mundial” y “llama a las masas” a “ayudar a forjar un mundo que funcione mejor”. .” Eche un vistazo a esta cronología histórica sorprendentemente honesta proporcionada en el sitio web:
Viaje a la línea de tiempo del Día Internacional de la Mujer1909De acuerdo con una declaración del Partido Socialista de América, el primer Día Nacional de la Mujer (NWD) se observó en los Estados Unidos el 28 de febrero. […]
1910En 1910 se celebró en Copenhague una segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras. Una mujer llamada Clara Zetkin (Líder de la ‘Oficina de la Mujer’ del Partido Socialdemócrata en Alemania) presentó la idea de un Día Internacional de la Mujer. Propuso que cada año en todos los países se celebre el mismo día, el Día de la Mujer, para presionar por sus demandas. La conferencia de más de 100 mujeres de 17 países, en representación de sindicatos, partidos socialistas, clubes de mujeres trabajadoras, e incluidas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finlandés, recibió la sugerencia de Zetkin con aprobación unánime y, por lo tanto, el Día Internacional de la Mujer fue el resultado. […]
1913-1914En vísperas de la campaña por la paz de la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En 1913, luego de las discusiones, el Día Internacional de la Mujer se transfirió al 8 de marzo y este día se ha mantenido como la fecha mundial para el Día Internacional de la Mujer. Día de la Mujer desde entonces. […]
1917El último domingo de febrero, las mujeres rusas iniciaron una huelga por “pan y paz” en respuesta a la muerte de más de 2 millones de soldados rusos en la Primera Guerra Mundial. Con la oposición de los líderes políticos, las mujeres continuaron la huelga hasta que cuatro días después el zar se vio obligado a abdicar y el Gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho al voto. La fecha en que comenzó la huelga de mujeres fue el domingo 23 de febrero en el calendario juliano entonces en uso en Rusia. Este día en el calendario gregoriano en uso en otros lugares fue el 8 de marzo.
Debo felicitar a los desarrolladores del sitio web del Día Internacional de la Mujer por compartir esta historia precisa. Esto es perfecto.
Los lectores, por supuesto, reconocerán muchas de estas fechas y nombres, especialmente los rusos. Es posible que no identifiquen nombres como Clara Zetkin. La vieja Clara era una gran comunista alemana o, como prefieren llamarla los izquierdistas, socialista o “socialdemócrata”. De hecho, Lenin y Trotsky y marxistas culturales pioneros como Herbert Marcuse también eran socialdemócratas. Clara era una animadora de Lenin. tengo clips de Mujer trabajadora revista, la edición del 30 de enero de 1934, que copié de los archivos del Komintern soviético sobre el Partido Comunista de EE. UU. Esta edición en particular incluía una vista previa del próximo Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo de 1934. Presentaba una crítica entusiasta del encantador libro de Clara. Recuerdos de Lenin, incluidos elogios por la “cálida sonrisa” del difunto déspota, la “aguda alegría” por los trabajadores, el “pensamiento claro” y la “magistral elocuencia”. Este fue el día de San Valentín de Clara a Vladimir el asesino en enero de 1924, a su muerte, en medio de su “hora de dolor” y “profundo dolor personal” por la “pérdida irreparable” de este “gran hombre”.
¿Quizás se podrían publicar pasajes de esta explosión del pasado en la sección “Acerca de” del sitio web del Día Internacional de la Mujer?
Pero había mucho más en el Día Internacional de la Mujer de este año. Su llamado a un mejor “mundo de género” fue claramente y apropiadamente rojo. De hecho, esto es casi demasiado delicioso, pero las organizadoras de la Marcha de las Mujeres de enero, que casualmente encabezaron el Día Internacional de la Mujer de este año, literalmente instaron a las mujeres de todo el mundo a vestirse de rojo ayer. Sí, rojo, y hacerlo en “solidaridad” con las “masas”. Ese llamado se emite sin disculpas ni ironía en el sitio web de la Marcha de las Mujeres, junto con otras dos exhortaciones reveladoras:
Cualquiera, en cualquier lugar, puede unirse haciendo el 8 de marzo Un día sin mujer, de una o todas las siguientes maneras:
- Las mujeres se toman el día libre, del trabajo remunerado y no remunerado
- Evite ir de compras por un día (con excepciones para negocios pequeños, propiedad de mujeres y minorías).
- Vístete de ROJO en solidaridad con Un Día Sin Mujer
Qué color tan perfecto para el Día Internacional de la Mujer de este año: el rojo. El color de la revolución.
Pero las ironías no se detienen ahí. Considere el desfile de organizaciones engañadas que los organizadores camaradas de este año lograron enganchar a su causa. No, no estoy hablando de los sospechosos habituales, como los destacados en mundo de la genteque cito: “Los patrocinadores incluyen la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar (NDWA), Jobs With Justice, la Federación Estadounidense de Maestros (AFT), National Nurses United (NNU), Restaurant Opportunities Center United (ROC United) y la Organización Nacional para Mujeres (AHORA)”.
Esos son solo una pizca de lo mismo de siempre; básicamente, la camarilla regular de traficantes de quejas izquierdistas que se unieron detrás de los elegantes Pussy Hats en Washington en enero. No, mire a este grupo de aliados inesperados: los patrocinadores del cartel para este Día Internacional de la Mujer incluyeron una lista selecta de 10 socios corporativos prominentes que se sirvieron como el elenco de idiotas útiles de este año. La lista incluye Caterpillar, BP, MetLife, PepsiCo y Western Union.
Wow, que grupo de tontos.
¿La gente de la oficina de relaciones públicas de Caterpillar tiene idea de a qué prestaron su nombre? Tal vez lo hagan. Tal vez Caterpillar simplemente se haya vuelto radicalmente de izquierda. Me pregunto si las mujeres que trabajan en Caterpillar tuvieron el día libre ayer. Si no, es de esperar que no se hayan metido en problemas si simplemente “se tomaron el día libre”. ¿Y los muchachos de Caterpillar se vistieron de rojo en la línea de montaje en solidaridad con sus hermanas reprimidas?
Hola, Caterpillar, aquí hay una idea de seguimiento para ti, dado que pareces estar en esta patada comunista-socialista: el cumpleaños de Clara Zetkin se acerca el 5 de julio. ¿Qué tal hacer que este 5 de julio sea el Día de Clara Zetkin en Caterpillar? Y no te olvides de este octubre. ¡Caramba, ese será el centenario de la gloriosa Revolución Bolchevique! Pregúntense: ¿Qué haría Clara?
Vladimir Lenin tiene la suerte de recibir crédito por haber inventado el término “idiotas útiles”. Es una etiqueta astuta. Y este Día Internacional de la Mujer parece haberlos ahumado muy bien.
[This essay originally appeared on the American Spectator site and is reprinted here by kind permission of the author.]
