Espera en el Señor sin desanimarte, es tu ejercicio períodico el que va a traer fortaleza y descanso a tu corazón.
No más padecimiento, sentirse tan angustiado, es requisito cambiar, la preocupación es sufrir antes, durante y tras los problemas.
¿Es así como quieres vivir? ¿Eso no te volvería orate o incluso la desaparición?
Todo es posible para el que cree, con Jesús se puede vencer esta batalla.
Cambia el enfoque del problema, empieza a verlo con los ojos de Dios, con los ojos de la Fe.
Ora mucho más, entrega tu corazón al Señor, no te alejes de Jesús, Él está contigo.
El Señor cuida de ti, de tu familia, de tus proyectos y de tus sueños que Él puede cumplir.
Nada pasa desapercibido a los ojos del Señor, tu dolor no fue enviado por Dios, ahora Él puede sanarlo y convertirlo.
Pídele al Espíritu Santo que te dé la serenidad y la fuerza para atravesar este momento.
¡Todo pasará!
Todo lo puedo en Cristo que me hace más fuerte!
¡¡¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!!!
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