Títulos Marianos

No es bien difícil meditar de qué forma nació la devoción a Nuestra Señora, Madre de Jesús y Madre nuestra. El fuerte amor que los primeros acólitos le dedicaron llegó a caracterizar también a otras generaciones de cristianos, con el surgimiento de múltiples títulos marianos a lo largo del tiempo, asociados a distintas especificaciones de la Madre de Dios y hechos de su historia. Así brotaron los dogmas: Maternidad Divina, Inmaculada Concepción, Virginidad Perpetua y Asunción; las devociones similares con momentos fuertes de su vida: Anunciación, Natividad, Exilio, Presentación, Visitación, Dolores, entre otros muchos; devociones ligadas a rasgos de su personalidad y dones: Auxiliadora, Alegría, Piedad, Gracias, Gloria, Inmaculado Corazón, entre otras; títulos vinculados a santuarios y también imágenes particulares: Aparecida, Candelária, Lapa, Loreto, Penha, entre otros; títulos de visualizaciones, instantes fuertes de manifestación de su amor por la humanidad: Fátima, Guadalupe, Salette, Lourdes, Medjugorje, entre otros muchos.

Conozca por qué razón la Virgen María es reverenciada con múltiples nombres o títulos en todo el mundo:

La devoción a la Muy santa Virgen María se manifiesta en la Iglesia Católica bajo los mucho más distintos títulos o nombres. La cantidad de títulos atribuidos a María Muy santa es prácticamente incontable, hay más de 1000 títulos. A pesar de la inclinación de los modernistas a reducir la importancia de nuestra Madre y equipararla con otros beatos, la devoción habitual a María, bajo sus más distintos títulos, sigue de manera excepcional, especialmente en los diversos movimientos marianos que la divina Providencia suscita en el seno de la Santa Iglesia Católica! En todos y cada país, en cada red social, en cada hogar católico, la Virgen María es invocada de las más distintas formas, con diferentes nombres, según la fe y la devoción popular. En numerosos países hubo visualizaciones de Nuestra Señora y de ellas brotaron muchos otros títulos marianos. Aparte de estos, también hay títulos que derivan de los dogmas relacionados con la Virgen María, que manifiestan la fe mariana de la Iglesia Católica.

Los nombres de María originarios de la devoción popular

La gran mayoría de los títulos atribuidos a Nuestra Señora tienen su origen en la devoción popular. En la mayoría de las situaciones, la devoción surge de una imagen, pintura o escultura de la Virgen María. Esta tradición de venerar los beatos iconos de María se remonta a la era apostólica. Incluso se atribuyen ciertos iconos de la Muy santa Virgen al evangelista San Lucas, reconocido como el “pintor” de Nuestra Señora. En medio de estos iconos, algunos son muy conocidos, como “Nuestra Señora del Perpetuo Socorro”, la “Theotokos de Vladimir”; y “Nuestra Señora de Czenstochowa”. Todas estas imágenes destaca una particularidad de la Muy santa Virgen, que nos ayuda a comprender mejor su presencia materna en la Iglesia y en nuestra vida.

Para enseñar de qué manera nace por norma general la devoción habitual a María, citamos un caso mucho más reciente: la devoción a “Nossa Senhora Desatadora dos Knots”. Esta devoción brotó alrededor del año 1700, en el pequeño pueblo de Augsburgo, que está en el estado de Baviera, Alemania. Un artista – hasta hoy irreconocible – pintó una imagen de la Virgen de Nazaret, inspirándose en la memorable oración de san Ireneo de Lyon: “el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María; y lo que ató la virgen Eva con su incredulidad, lo desató la virgen María con su fe”. Entonces, esta pintura se exhibió para la veneración pública en la pequeña iglesia de St. Peter am Perlach en Augsburgo, donde continúa el día de hoy. En esta iglesia se originó la devoción a Nuestra Señora Desatando Nudos, que se dio a comprender primero en Alemania, luego en toda Europa y, por último, se extendió por todo el planeta, a causa de la devoción habitual.

Los nombres de María relacionados con sus apariciones:

Existen varios títulos que nacieron de apariciones y/o manifestaciones de la Santísima Virgen. Ciertos de estos nombres son muy conocidos, otros menos, pero todos manifiestan la fe y la devoción de los leales a la Virgen, que se les manifiesta de manera particular. Como un ejemplo, es significativo rememorar 2 títulos muy queridos por la devoción habitual: Nossa Senhora de Fátima y Nossa Senhora Aparecida. En 1917 tuvieron rincón las apariciones de Nuestra Señora en Fátima, Portugal, a los tres pastorcitos, Lucía, Francisco y Jacinta. En estas apariciones, la Virgen María se presentaba bajo los títulos de Senhora do Rosário, Senhora do Carmo y también Inmaculado Corazón. A partir de estas apariciones, la devoción a Nuestra Señora del Rosario de Fátima se extendió por todo el planeta, y se fortalecieron las devociones a Nuestra Señora del Carmen y al Inmaculado Corazón de María.

En 1717, humildes pescadores hallaron en sus redes una pequeña imagen de Nossa Senhora da Conceição, primero el cuerpo, luego la cabeza. Entonces siguió la famosa captura prodigiosa de hermosos y enormes peces, después de horas y horas sin pescar nada. Fáciles pescadores percibieron en el acercamiento de la imagen y en la pesca prodigiosa una acción de la divina Providencia. A partir de entonces comenzaron a venerar la pequeña imagen de Nuestra Señora. La devoción de los pescadores se extendió de manera rápida, principalmente por los varios milagros que prosiguieron, y cada vez más personas comenzaron a visitar esa pequeña imagen, cariñosamente llamada Nossa Senhora Aparecida.

Los títulos referentes a los dogmas marianos:

Los títulos de la Virgen María que tienen su origen en los dogmas marianos son mucho menos numerosos. Solo hay cuatro. Sin embargo, no son menos importantes. Al revés, son muy importantes para la fe de la Iglesia Católica. Pues bien, estos dogmas fueron proclamados precisamente para sentar las bases de nuestra fe mariana.

El primero de los dogmas marianos es el de la maternidad divina, proclamado por el Tercer Concilio Ecuménico, festejado en Éfeso, en el año 431. En este Concilio, la Virgen María es solemnemente proclamada Madre de Dios. En aquella temporada, en el momento en que varios herejes negaban la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, fue necesario que la Iglesia confirmara la doctrina de que la Virgen María es realmente Madre del Verbo de Dios Encarnado, y no sólo de la humanidad de Cristo.

El segundo dogma mariano proclamado por la Iglesia Católica es el de la Virginidad Perpetua de María, que asegura su virginidad antes, a lo largo de y después del parto. Esta doctrina, que era dogma de la fe católica desde el año 553, en el momento en que fue proclamada en el Segundo Concilio de Constantinopla, fue reafirmada solemnemente en el Concilio de Trento, en 1555. Sin embargo, estas enseñanzas ya formaban parte de la doctrina de los Progenitores de la Iglesia, como San Justino Mártir y Orígenes.

El tercer dogma mariano es el de la Inmaculada Concepción, que define como fe de la Iglesia Católica la concepción de la Virgen María sin la mancha del pecado original. El dogma de la Inmaculada Concepción fue definido por el Santurrón Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854.

Finalmente, el cuarto es el dogma de la Asunción de María al Cielo. Este dogma quiere decir que debemos creer con fe católica que Nuestra Señora, en el final de su historia terrena, fue asunta, en cuerpo y alma, a la gloria del Reino de los Cielos (llevada al cielo por los Ángeles). Este dogma fue ceremoniosamente proclamado por el Papa Pío XII, por medio de la Constitución Apostólica Munificentissimus Deusel 1 de noviembre de 1950.

Referencias:

Instructor Felipe Aquino – Canción Nueva

* Artículo de Dayse María Mellero de Melo