Tercer Domingo de Cuaresma – San Juan 4, 5-42 – Día 15

Tercer Domingo de Cuaresma – San Juan 4, 5-42 – Día 15

Tercer Domingo de Cuaresma – San Juan 4,5-42 – 15 de marzo de 2020

Resultado de imagen para imagen de la mujer samaritana junto al pozo con jesus - vaticano

“5 Llegó, ya que, a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca de la tierra que Jacob había dado a su hijo José. 6. Allí se encontraba el pozo de Jacob. Y Jesús, agotado del sendero, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. 7. Una mujer de Samaria vino a sacar agua. Jesús le solicitó: “Dame de beber”. 8. (Porque los discípulos habían ido a la ciudad a comprar provisiones.) 9. Aquella mujer samaritana le dijo: “Si eres judío, ¿de qué forma puedes solicitarme de tomar a mí, una mujer samaritana?”. (Pois os judeus não se comunicavam com os samaritanos.) 10.Respondeu-lhe Jesus: “Se conhecesses o dom de Deus, y también quem é que te diz: Dá-me de tomar, certamente lhe pedirias tu mesma e ele te daria uma agua viva”. 11. La mujer respondió: “Señor, no tienes con qué sacar, y el pozo es hondo… ¿de dónde sacaste esa agua viva? 12. ¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que él mismo tomó, y también sus hijos y sus rebaños? 13. Jesús le respondió: “Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, 14. pero el que beba del agua que yo le doy, no va a tener sed jamás. Pero el agua que yo le voy a dar se convertirá en él en una fuente de agua que brotará para vida eterna”. 15. La mujer rogó: “¡Señor, dame esta agua, para que no tenga mucho más sed ni venga aquí a sacar agua!” 16. Jesús le dijo: “Ve, llama a tu marido y regresa aquí”. 17. La mujer respondió: “No tengo marido”. Jesús dijo: “Tienes razón al decir que no tienes marido. 18. Cinco maridos tuviste, y el que en este momento tienes no es tuyo. En eso afirmaste la realidad”. – 19.“Señor” –le dijo la mujer–, “¡Veo que eres profeta!…* 20.Nuestros padres adoraron en este monte, pero tú decís que es en Jerusalén donde se debe adorar.”* 21. .Jesús le respondió: “Mujer, créeme, la hora viene en el momento en que no adorarás al Padre, ni en este monte ni en Jerusalén. 22. Nosotros adoráis lo que no sabéis, nosotros adoramos lo que entendemos, porque la salvación viene de los judíos. 23. Pero se acerca la hora, y ya llegó, en el momento en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y de verdad, y son tales adoradores los que el Padre desea.* 24. Dios es espíritu, y sus adoradores deben adorarlo en espíritu. y la realidad.” 25. La mujer respondió: “Sé que el Mesías (que se llama Cristo) debe venir; cuando él venga, nos dará a entender todas y cada una de las cosas”. 26. Jesús le ha dicho: “Yo soy el que te charla”. 27. A esto vinieron sus discípulos y se maravillaron de que hablara con una mujer. Nadie, no obstante, preguntó: “¿Qué preguntas?”. O: “¿De qué charlas con ella?”. 28. La mujer dejó su cántaro, entró en la localidad y dijo a aquellos hombres: 29. “Vengan a ver a un hombre que me dijo todo lo que he hecho. ¿No podría ser el Cristo? 30. Salieron de la ciudad y vinieron a Jesús. 31. Hasta entonces, los discípulos le preguntaron: “Profesor, come”. 32. Pero él les dijo: “Tengo comida para comer que ustedes desconocen”. 33. Los acólitos se preguntaban unos a otros: “¿Alguien le ha traído algo de comer?” 34. Jesús les dijo: “Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y completar su obra. 35. ¿No decís que aún faltan 4 meses y ahora viene la siega? Hete aquí, os digo, alzad vuestros ojos y mirad los campos, por el hecho de que ya están blancos para la siega. 36. El que siega recibe salario y recopila fruto para vida eterna; de esta manera el sembrador y el segador se regocijarán juntos. 37. Pues hete aquí, con verdad se puede decir: Uno es el sembrador, otro es el que siega.* 38. Os envié a segar donde no habéis trabajado; otros trabajaron, y vosotros entrasteis en sus labores.” 39. Varios fueron los samaritanos de aquella localidad que creyeron en él por la palabra de la mujer, que les dijo: “Él me dijo todo cuanto hice”. 40. Entonces, en el momento en que los samaritanos vinieron a él, le pidieron que se quedara con ellos. Se quedó allí un par de días. 41. Muchos otros también creyeron en él por sus expresiones. 42. Y afirmaron a la mujer: «Ya no suponemos por tus palabras, sino nosotros hemos oído y sabemos que este es realmente el Salvador de todo el mundo».

“Al festejar la Eucaristía, nos acercamos a Jesús, don del Padre y fuente de agua viva para la vida eterna. En él descansa la promesa que jamás nos defrauda. Tomemos, en esta liturgia, del pozo que es el mismo Cristo, para tener la fuerza de atravesar los desiertos de la existencia”. (Liturgia día tras día)

El Papa Francisco explicó: “El Evangelio de el día de hoy nos presenta el acercamiento de Jesús con la mujer samaritana, que sucedió en Sicar, cerca de un viejo pozo donde la mujer iba todos los días a buscar agua. Ese día, encontró a Jesús sentado allí, “agotado del sendero” (Jo 4, 6). Instantaneamente le dice: “Dame de tomar” (v. 7). De esta manera, sobrepasa las barreras de hostilidad que existían entre judíos y samaritanos y derruye los prejuicios contra las mujeres. La simple petición de Jesús es el comienzo de un diálogo genuino, a través del que él, con enorme delicadeza, se adentra en el planeta interior de una persona a la que, según los esquemas sociales, no debería haber dirigido no una palabra. ¡Pero Jesús lo realiza! Jesús no posee temor”. (23 de marzo de 2014)

El padre Guido Mottinelli enseñó: “La mujer samaritana dialoga con Jesús y afirma: “Veo que es un profeta”. Jesús, al notar la disposición de la mujer a escuchar su palabra, responde: “Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que tome del agua que yo le voy a dar, no tendrá sed nunca. El agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brotará para vida eterna”. El cristiano es consciente de la necesidad de abastecerse de la palabra de Dios que satisface la verdad y se convierte en estímulo y modelo de vida que nos transporta a subir los escalones de la perfección, con miras a la vida eterna”.

El padre Paulo Bazaglia mencionó que “el acercamiento entre Jesús y la mujer samaritana en el pozo de Jacob fue transformador. El acercamiento personal con Jesús, el diálogo profundo con él sobre la sed de Dios y de la vida, simbolizada por el agua, permitió a la samaritana comprobar su vida y testimoniar la novedad de un Agua que apaga la sed para siempre”.

Mons. José María Pereira lo decía así: “Jesús, agotado de caminar, se sentó al lado del pozo. En el momento en que la mujer se acercó, Jesús le solicitó: “Dame de beber”. Y el diálogo se establece. Jesús se presenta como agua viva. Quien tome de esta agua jamás más tendrá sed. Es el agua que aflora para la vida eterna. En el momento en que la mujer le pide esta agua, para no tener que proceder a buscarla mucho más al pozo, Jesús penetra más profundamente en el alma de la mujer: “Ve, llama a tu marido y vuelve acá”. Ella, a su vez, responde que no posee marido. La mujer hace un acto de fe: “Veo que eres profeta”. Aquí ya está el comienzo de vuestra conversión”.

Conclusión: (Del Papa Francisco)

“El resultado de aquel acercamiento al lado del pozo fue que la mujer se convirtió: “dejó su cántaro de agua” (v. 28), con el que iba a buscar agua, y se apresuró a ir a la ciudad a contar su excepcional experiencia. «Conocí a un hombre que me contó todas las cosas que hice. ¿Será el Mesías?”. Yo estaba emocionado. Había ido a sacar agua del pozo y encontró otra agua, el agua viva que aflora para vida eterna. ¡Halló el agua que procuraba para siempre! Corre al pueblo, a ese pueblo que la juzgó, la condenó y la rechazó, y anuncia que encontró al Mesías: alguien que le cambió la vida. Por el hecho de que cada encuentro con Jesús cambia nuestra vida, siempre”. (23 de marzo de 2014)

Oración: (Prefacio)

En efecto, es justo y necesario, es nuestro deber y nuestra salvación, darte gracias siempre y en todo momento y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios eterno y todopoderoso, por Cristo nuestro Señor. Al pedirle a la mujer samaritana que le diera de tomar, Jesús le dio el don de creer. Y, apagada su sed de fe, añadió el fuego del amor. De ahí que, todas y cada una de las criaturas te sirven, con justicia te alaban los redimidos y, por unanimidad, tus santos te bendicen. Concédenos también asociarnos a sus alabanzas, cantando (diciendo) a solo una voz: T. San San San…

Jane Amábile – Con. Divino Espíritu Beato

Como esto:

Como Cargando…

Entrada archivada bajo: Reflejo de la Palabra. Etiquetas: Tercer Domingo de Cuaresma.

Esperamos que le gustara nuestro articulo Tercer Domingo de Cuaresma – San Juan 4, 5-42 – Día 15
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios