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Temen por sacerdote franciscano detenido en Siria
Los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa han pedido oraciones por un sacerdote que temen que haya sido encarcelado por militantes en Siria.
En un comunicado, los franciscanos afirman que durante la tarde del sábado 4 de julio perdieron el contacto con el padre Dhiya Aziz.
El sacerdote es un franciscano iraquí de la Custodia de Tierra Santa y párroco en Yacoubieh (Provincia de Idlib, distrito de Jisr al Chougour, Siria) tanto para católicos como para ortodoxos armenios.
“Algunos militantes de una brigada armada desconocida, quizás relacionados con Jahbat al-Nusra, vinieron a llevárselo para una breve entrevista con el Emir del lugar. Desde ese momento no tenemos más noticias y no podemos dar con su paradero en este momento”, afirman.
En esta región, el Emir es la figura de autoridad bajo los gobernantes locales del Frente Al-Nusra, el brazo sirio de al-Qaeda.
“Estamos haciendo todo lo posible para ubicar el lugar de su detención y asegurar su liberación. Lo encomendamos a la oración de todos”, concluyeron los franciscanos su comunicado.
El lunes (7 de julio), la Agencia Fides declaró que los miembros de la comunidad parroquial y sus colegas franciscanos no están seguros de su destino, pero también hay esperanza de liberación.
Fides informa que poco tiempo después de que se llevaran al sacerdote, dos militantes regresaron a la parroquia para obtener su medicación para la diabetes y otros problemas de salud.
Fuentes locales dicen que esto fue una buena señal, ya que confirmó que el padre Dhiya Aziz estaba vivo y con sus medicamentos podrá mantenerse bien.
El P. Aziz nació en la ciudad iraquí de Mosul en 1974. Estudió medicina y luego entró en la vida religiosa, haciendo su primera profesión de votos en 2002.
Al año siguiente fue trasladado a Egipto, y en 2010 a Jordania. El padre Aziz luego se mudó a Latakia y luego se ofreció como voluntario para servir en Yacubiyeh, un pueblo predominantemente cristiano.
Sin embargo, también es un distrito en manos de los grupos yihadistas locales encargados de gestionar el nuevo ‘orden’ político islamista.
Muchos sacerdotes y religiosos de otras Iglesias y comunidades cristianas huyeron de esta zona. Pero en Yacoubiyeh y el pueblo cercano de Knayeh, dos parroquias dirigidas por franciscanos permanecieron abiertas.
Los frailes continúan brindando atención pastoral a las comunidades locales que se han reducido a unos pocos cientos.
Fides informa que el padre Aziz siempre ha tratado de mantenerse alejado de las cuestiones políticas y militares relacionadas con el conflicto sirio.
Se ocupó de las necesidades pastorales de los feligreses y promovió la solidaridad con otros, incluidos muchos refugiados musulmanes que llegaron a estos pueblos cristianos.
El presunto secuestro del padre Aziz es el último de una serie de ataques contra religiosos cristianos desde que comenzó la guerra en Siria en 2011.
En 2013, un grupo de monjas ortodoxas griegas fueron secuestradas, al igual que el padre Paolo Dall’Oglio, SJ, y los obispos ortodoxos griegos y siríacos de Alepo. Después de un tiempo las monjas fueron devueltas, las demás siguen desaparecidas.
Asesinado en Homs en 2014 fue el sacerdote holandés P. Frans van der Lugt, SJ, un veterano con más de cuatro décadas en el diálogo interreligioso sirio.
El mismo año, otro sacerdote franciscano, el padre Hanna Jallouf, fue secuestrado junto con 20 personas de su parroquia en Qunaya, un pueblo vecino a Yacubiyeh, los dos están a menos de una milla de distancia.
En febrero, el Estado Islámico secuestró al menos a noventa cristianos de aldeas en el noreste de Siria, y en mayo, el padre Jacques Mourad fue secuestrado a punta de pistola en un monasterio al sureste de Homs.