Solemnidad de la Epifanía del Señor
Solemnidad de la Epifanía del Señor

Epifanía, en griego, significa “manifestación”. En Occidente, en este día, se festeja la visita de los Reyes Magos: mediante este acontecimiento, el Señor “actúa” a los paganos y, por tanto, al mundo en el Bautismo de Jesús en el Jordán. La pieza central del día de Navidad es el nacimiento del Niño Jesús; en la Epifanía, este Niño pobre y frágil es el Mesías Rey, el Señor del mundo. Con la Epifanía se cumple la profecía de Isaías, que la liturgia eligió como primera lectura: “¡Levántate, sé radiante, aquí está tu luz!” (es 60.1), como diciendo: no te encierres, no te desanimes, no seas preso de tus “convicciones”; no te desmoralices, reacciona”levanta tu mirada“! Como los Reyes Magos, mira “las estrellas” y vas a encontrar “la estrella” que es Jesús.
Artículo: (Mt 2, 1-12)
“Cuando Jesús nació en Belén de Judá en días del rey Herodes, he aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén. Ellos preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos su estrella en el oriente y vinimos a adorarle”. Ante esta noticia se turbó el rey Herodes, y toda Jerusalén con él… En el momento en que oyeron las palabras del rey, se fueron. Y he aquí, la estrella que habían visto en el oriente, los antecedía hasta llegar al sitio donde se encontraba el niño, y allí se detuvo. La aparición de esa estrella los llenó de profunda alegría. Al ingresar en la vivienda, hallaron al Niño con María, su madre. Postrándose ante él, lo adoraron. Entonces, abriendo sus bienes, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Advertidos en un sueño de no regresar a Herodes, han tomado otra ruta para regresar.” (Mt 2, 1-12).
Reyes Magos
Los magos”levanta tu cabezay partieron hacia donde era lógico “reunirse” con un rey, es decir, en un palacio. Su llegada, sin embargo, creó confusión, tanto que Herodes convocó a los sacerdotes y fariseos, especialistas en las Escrituras. Ellos “sabían” que el Mesías iba a nacer en “Belén”, pero su “conocimiento” no va más allí. No reaccionan, no tienen experiencia, permanecen inertes; No “levantarse“, pero prefiero mantener la tranquilidad en la comodidad del palacio. Los Magos, en cambio, se pusieron en camino, venían de lejos: los sacerdotes y los fariseos estaban cerca del hecho, pero estaban bloqueados por la ceguera de sus conocimientos, de sus certezas, de sus situaciones privilegiadas… Semeja que Dios se revela donde no reluce, con luz propia, y donde no hay focos de notoriedad.
Vacilación
Los Reyes Magos partieron siguiendo la estrella. Pero, en un instante particular, por el momento no la ven, por el hecho de que tenían la certeza de localizar al rey en el palacio: una certeza que, durante un momento, ensombreció su búsqueda, hasta el punto de perder su destino. En esos instantes recuperaron el sentido y acordaron cuestionarse, “convertirse”; de esta forma, la estrella reapareció y prosiguió guiándolos hacia la meta. Este suceso es hermoso e importante, ya que nos hace entender que el drama del hombre no es caer o cometer fallos, sino dudar en rendirse ante las caídas.Como los Reyes Magos, que buscaban la verdad, a veces o la mayoria de las veces, corremos el riesgo de quedar eclipsados por nuestras convicciones, hasta el punto de perder el rumbo. El día de hoy nos encontramos invitados a aprender a no tener temor a cuestionar nuestras certidumbres y conclusiones, pues quien “busca” sabe realmente admitir sus errores y retomar su sendero. Nuestros corazones tienen enormes expectativas, tienen hambre y sed de justicia, verdad, alegría y esperanza. Seguir la estrella es proseguir nuestros anhelos mucho más altos, nobles, justos, bellos, que entran en el corazón y tienen la capacidad de avivar la vida, retomando el camino, confrontando el cansancio, los riesgos, las derrotas, como sucedió con los Reyes Magos.
Encuentro con el niño rey
Cuando la búsqueda está dirigida por la realidad, entonces puedes conseguir lo que buscas e inclusive estudiar de un “Baby Boy envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc 2,12, Misa de Nochebuena). Este pasaje es muy interesante, no obstante, no es posible”ir en busca“que no posee un corazón puro, libre de intereses partidistas y animado por sentimientos honestos. Herodes quería adorar al Niño, pero sabemos que su deseo era disoluto:”Entonces Herodes, observando que había sido engañado por los magos… mandó matar a todos los tipos” (cf. Mt 2,16); “¿Quién es, ya que, éste de quien oigo semejantes cosas?… y buscaba ocasión para verlo.“… (Lc 9,9) porque tenía curiosidad por entender de tus milagros. Tomado por el miedo y la ambigüedad, prisionero de su poder, Herodes no supo ver en aquel Niño lo que realmente era y se dejó dominar por el temor a un peligroso competidor.
Epifanía: manifestación de Jesús a los corazones
La Epifanía no es solo una manifestación de Jesús, el Hijo de Dios, sino que toca los corazones: el Salvador puede ser acogido (como sucedió con los pastores y los magos), pero asimismo rechazado (en el caso de Herodes). No debemos ignorar que, en cada uno de nosotros, hay “Hechiceros”, y un “Herodes”. Parte de nosotros está siempre dispuesta a “arrancar el camino” para saber y entender, para medrar y prosperar, para ir más allí; pero asimismo disponemos a un Herodes, siempre dispuesto a destruir sueños y esperanzas, a cometer “matanzas” de nuestros deseos de bien, de hermosura, de justicia; no desea que encontremos al “Niño”, con la capacidad de cambiar nuestras vidas. Nuestros magos nos enseñan que la vida es un camino, que hay que andar como Jesús; nuestro Herodes nos halaga y engaña diciendo que solo el éxito y el poder asisten a vivir.
regalos
El oro y el incienso recuerdan los regalos que la Reina de Saba logró a Salomón, referencia que asimismo podemos encontrar en el Salmo. El oro representa la realeza de Jesús; incienso, su divinidad; la mirra, su humanidad: debemos saber que los cuerpos de los fallecidos fueron rociados con esta substancia. La luz de las estrellas conduce siempre y en todo momento a un acto de adoración, a agacharse frente al secreto hecho carne; conduce a la distribución, o mucho más bien, a la entrega total. Es exactamente la “donación de sí mismo” la que impide a muchos dejarse atraer por Jesús, ocasionando en muchos el miedo de perder poder, comodidad, seguridad, privilegios; asimismo impide un cambio de vida y conversión.
Fuente: Vaticano
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Solemnidad de la Epifanía del Señor
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios