Sínodo: «Santos primero y misioneros segundo»

Sínodo: «Santos primero y misioneros segundo»
Sínodo: «Santos primero y misioneros segundo»
Beato Padre en el Sala del Sínodo (Vatican Media)
Este lunes por la mañana se reanudaron los trabajos del Sínodo de los Obispos dedicado a la Panamazonía. En presencia del Beato Padre, la IX Congregación General, en el Aula del Sínodo, en el Vaticano, comenzó con la Oración de Media Hora. La reflexión de este lunes fue iniciativa por Monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo, Arzobispo de Florencia, Colombia, cuyo tema fue “Nuestra misión: ser Beatos”.
Silvonei José – Localidad del Vaticano
Al comienzo de sus palabras, Monseñor Mejía recordó que el 3 de octubre tuvo el privilegio de estar cerca de la tumba del Santo José Allamano, principal creador del Centro Misionero de la Consolata. Allí leyó la siguiente frase: “Primero beatos y luego misioneros”. En el momento en que llegué a la vivienda del Centro Misionero de la Consolata en Roma – prosiguió – vi en mi buzón que me habían pedido que preparara esta sencilla reflexión. Buscando el texto que daría sitio a mi intervención, me hallé con la Palabra de Dios que terminábamos de oír: Sed santos para mí, por el hecho de que yo soy santo, yo soy Yahvé, que os ha apartado de los demás pueblos para que sea mío” (Lev. 20, 26).
En este contexto de oración sinodal, Monseñor Mejía recordó las expresiones del Santo Padre en la Santa Misa de inicio del Sínodo: “El aviso del Evangelio es el primer método para la vida de la Iglesia. Es su misión, su identidad”. Este criterio aflora de la primera convicción: somos propiedad de Dios, no Dios nuestra propiedad. Nuestra misión es estar continuamente ocupados en las cosas del Padre (cf. Lc 2,49). Nuestra enorme misión es pertenecer enteramente a Dios.
“Queridos hermanos y hermanas – ha dicho – estamos aquí porque queremos, a la luz del Espíritu Santo, discernir la actividad evangelizadora y misionera de la Iglesia en la Amazonía. Pidamos fuerza desde lo prominente para comprender que sin la felicidad de Dios, todo lo que hagamos va a ser inútil y también inofensivo. Recordemos algo fundamental: la gracia es siempre edificante y sanadora.
No debemos olvidar: “Somos propiedad de Dios”, “la tierra es de Dios”, “somos una nación santa”, “somos un pueblo sacerdotal”. Con todo lo mencionado, entendemos que Dios puede escoger a las personas que desea (puede seleccionar a quien quiere, pero asimismo tiene la respuesta espléndida de los seleccionados), se destaca la libertad, la primera decisión y la elección gratuita de Dios.
Dios, en su sin limites clemencia – resaltó Monseñor Mejía – nos escogió para estar aquí, en este “momento escencial”. Nos eligió a fin de que el día de hoy seamos luz y esperanza en la Amazonía y desde allí, luz y esperanza para el mundo. ¿Y si pensamos un poco en el secreto de ser una Iglesia misionera en la Amazonía? Hablamos de ser levadura en la masa, un grupo de hermanos que Dios lleva por distintos caminos… Como Iglesia, estamos en el planeta. Como Iglesia misionera estamos en la Amazonía, pero no con ánimo de lucro, ni para devastarla y aprovechar sus riquezas materiales. Estamos en la Amazonía para vivir el modo de vida de Jesús y “Vida abudantemente” (cf. Jn 10,10). Estamos en la Amazonía para “sanar corazones heridos” (cf. Lc 4, 16-19).
Es habitual ser criticado, porque muchas personas en el planeta no comprenden nuestra misión. Nuestra labor es ser diferentes, pero no extraños. Como personas consagradas debemos ser tierra de Dios, esto nos enseña a rechazar la vida sin Dios. Como personas consagradas, debemos efectuar nuestra misión con sentido de eternidad. No estamos trabajando, no nos cansamos, no entregamos nuestra sabiduría y voluntad a Dios para ser aplaudidos y felicitados, lo hacemos con la independencia de entender que nuestros nombres están inscritos en el Reino de los Cielos. Nos entregamos a la misión por el bien del Evangelio y por el cuidado de nuestra casa común como siervos “inútiles” y a sabiendas de que nuestra recompensa está en el más allí.
A la Santísima Virgen María, Madre de la Esperanza – concluyó el Arzobispo – encomendamos esta novedosa semana de discernimiento para el Sínodo de la Amazonía. “Primero los beatos y luego los misioneros” (Beato José Allamano).
Como esto:
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Sínodo: «Santos primero y misioneros segundo»
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios