Planned Parenthood recibe millones de dólares en apoyo federal cada año. /Shutterstock
Washington DC, 12 de marzo de 2022 / 04:00 am (CNA).
Si bien el nuevo proyecto de ley de gastos de $ 1.5 billones para el gobierno federal promete colocar millones en los bolsillos de Planned Parenthood, los líderes pro-vida todavía lo celebran como una victoria. Eso es porque incluye la Enmienda Hyde.
Presentada por primera vez en 1976, la Enmienda Hyde, que alguna vez fue bipartidista, prohíbe que los fondos federales (dólares de los contribuyentes) se destinen al aborto, con la excepción de violación, incesto o para salvar la vida de la madre. La disposición presupuestaria o cláusula adicional, aprobada anualmente por el Congreso, afecta en gran medida a los beneficiarios de Medicaid.
“La Marcha por la Vida aplaude a los senadores pro-vida que lucharon y votaron con éxito para mantener todas las cláusulas pro-vida heredadas, incluida la enmienda Hyde, en el proyecto de ley de gastos del gobierno de $1,5 billones”, Jeanne Mancini, presidenta del grupo pro-vida, respondió en un comunicado.
Un número creciente de demócratas, incluido el presidente Joe Biden, han pedido el fin de la Enmienda Hyde. Después de décadas de respaldar a Hyde, Biden cambió de posición mientras se postulaba para presidente. Más recientemente, apareció en los titulares en mayo después de eliminar la disposición de su solicitud de presupuesto final al Congreso para el año fiscal 2022.
La acción de Biden se produjo después de que el Caucus Pro-Choice del Congreso, los líderes del Caucus Democrático de Mujeres y otros legisladores lo instaran en una carta a poner fin a la Enmienda Hyde y otras políticas pro-vida. En enero, 181 miembros provida de la Cámara de Representantes se unieron en una carta en la que prometían votar en contra de cualquier proyecto de ley de asignaciones o gastos que no incluyera disposiciones provida, como Hyde.
A pesar de que los fondos en el nuevo proyecto de ley de gastos gubernamentales masivos generalmente están bloqueados para que no se destinen al aborto, aún pueden beneficiar a los grupos abortistas, advirtieron los líderes pro-vida.
Con el proyecto de ley, “las empresas de aborto, incluida Planned Parenthood, recibirán millones”, dijo Mancini a CNA, a través de los más de $ 286 millones asignados para la financiación de “planificación familiar” del Título X.
Si bien Planned Parenthood, el proveedor de servicios de aborto más grande del país, no puede destinar los fondos para el aborto, los grupos pro-vida frecuentemente argumentan que recibir fondos para ciertos servicios puede liberar otro dinero para el aborto.
Además de los fondos del Título X para “mantener las luces encendidas en Planned Parenthood”, el representante Chip Roy (R-Texas) le dijo anteriormente a The Daily Wire que el proyecto de ley de gastos masivos incluye $ 575 millones para “planificación familiar” a nivel internacional, $ 32.5 millones para el Fondo de Población de las Naciones Unidas, favorable al aborto, y $200 millones para el Fondo de Acción para la Equidad e Igualdad de Género de Biden.
Biden describió recientemente la Estrategia Nacional sobre Equidad e Igualdad de Género de su administración como “una agenda ambiciosa para apoyar a las mujeres y las familias a través de la política nacional y exterior”. También promete proteger el aborto “seguro y legal”.
El proyecto de ley de 2.741 páginas, que la Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó por primera vez el miércoles, ahora va al escritorio de Biden para que se convierta en ley. Este ómnibus, una consolidación de las facturas de gastos para el año fiscal 2022, permite que el gobierno de EE. UU. siga funcionando. Incluye una gran cantidad de otros proyectos de ley no relacionados y, este año, proporciona 13.600 millones de dólares en ayuda de emergencia para la crisis de Ucrania.
‘Disposiciones para salvar vidas’
Si bien Mancini de March for Life reconoció que “este proyecto de ley todavía envía demasiados dólares de nuestros impuestos a negocios de aborto como Planned Parenthood”, enfatizó que las cláusulas pro-vida en el proyecto de ley de gastos “continuarán salvando vidas”.
Según el Dr. Michael New del Instituto Charlotte Lozier, el brazo de investigación de Susan B. Anthony List, la Enmienda Hyde ha salvado más de 2,4 millones de vidas.
Mancini agregó que “una mayoría constante de estadounidenses dice que no quiere verse obligado a pagar por este procedimiento que pone fin a su vida”. Señaló una encuesta de Knights of Columbus/Marist Poll publicada en enero que encontró que el 54 % de los estadounidenses se opone o se opone firmemente al uso del dinero de los contribuyentes para pagar el aborto y el 73 % se opone o se opone firmemente al uso del dinero de los impuestos para financiar servicios de aborto en otros países.
Además de la Enmienda Hyde, el proyecto de ley de gastos incluía la Enmienda Helms, que prohíbe la financiación del aborto electivo en el extranjero, y la Enmienda Weldon, que impide que las agencias federales, los programas, los gobiernos estatales y los gobiernos locales reciban fondos federales si discriminan contra la salud. entidades de atención que no brindan, pagan, cubren o derivan abortos.
Cinco obispos presidentes de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. (USCCB, por sus siglas en inglés) reconocieron estas cláusulas adicionales en una declaración y aplaudieron al Congreso “por incluir disposiciones en el paquete general de asignaciones que defienden la sagrada dignidad de la vida humana y apoyarán y asistirán a muchas personas vulnerables aquí y en el extranjero. .”
“En particular, estamos agradecidos de que el Congreso haya mantenido disposiciones de larga data, bipartidistas y que salvan vidas, incluidas las Enmiendas Hyde, Helms y Weldon, que evitan que el dinero de nuestros impuestos pague la tragedia del aborto y protege a las personas de tener que participar en abortos en contra de sus derechos. conciencias”, dijo el Arzobispo William E. Lori de Baltimore.
Lori es presidenta del Comité de Actividades Pro-Vida, junto con el cardenal Timothy M. Dolan de Nueva York, el obispo David J. Malloy de Rockford, el arzobispo Paul S. Coakley de la ciudad de Oklahoma y el obispo Mario E. Dorsonville.
