Vila Vieja (ES) – La fraternidad franciscana Divino Espírito Beato y la comunidad parroquial Nossa Senhora do Rosário de Vila Velha celebran los 50 años de la Red social Divino Espírito Santo, más famosa como el Santuario. Son 50 años de muchas historias. Recordamos con corazón complacido a los constructores y bienhechores que hicieron posible este precioso templo, cuyos límites de espacio nos trasladan al amor ilimitado de nuestro Dios, cuando nos reunimos en esta iglesia en oración.
Festejar los 50 años del Santuario es recordar a nuestros hijos, a nuestros abuelos, a nuestros progenitores. Celebrar los 50 años del Santuario es celebrar a nuestra familia que tiene un cariño especial por esta comunidad de fe. No hay católico leal en esa región que al entrar en esta hermosa iglesia no deje de rememorar su Bautismo, su Primera Eucaristía, su Confirmación. Celebrar 50 años es rememorar la fe del pueblo de Espírito Beato. Al final, celebrar 50 años es celebrar nuestra historia como peregrinos en este mundo que, necesitados de fuertes vivencias de fe, asisten a este espacio sagrado. Por motivos como éstos y por muchos otros que cada uno de ellos contribuye en lo suyo, queremos ofrecer gracias a Dios.
Para conmemorar este instante, la red social se reunirá para festejar una Novena de Pentecostés, que comenzará el 26 de mayo y terminará el 4 de junio. Van a ser días en los que, en torno al altar, conmemoraremos la Pascua de Cristo en vida de su madre, María Santísima. El tema de la novena: “María, Mujer del Espíritu Beato”, acompaña el año mariano. Este tema procede de la espiritualidad franciscana, donde podemos encontrar al mismo San Francisco recordando a la Santa Señora como mujer del Espíritu Santo. Cada jornada estará alentada por un predicador invitado, entre ellos nuestro Obispo Ayudar, Dom Rubens Sevilha y nuestro Ministro Provincial, Fray Fidêncio Vanboemmel. La conclusión de esta novena va a ser con la celebración solemne de Pentecostés.
Juntos, como comunidad de fe que ora y está atenta a la solicitud de Jesús a sus discípulos de permanecer juntos para recibir el don del Espíritu Beato (cf. Hch 1,14), deseamos, con María, presenciar la fuerza que viene de lo alto y permanece con nosotros. Dios quiere que todos y cada uno de los que están aquí exulten con el gozo mucho más sublime y perfecto, frente Dios que nos agracia con este momento.