Fray Djalmo Fuck, párroco
Aunque no tiene el “estatus canónico” de santuario, según las leyes y normas de la Iglesia Católica, es cariñosamente llamado por los capixabas sencillamente “Santuario”. No existe quien no la conozca, que no sepa su ubicación, que no hable y conozca a los monjes que allí trabajan. El Santuario es una referencia obligada para la localidad de Vila Velha. Muchos lo llaman sencillamente “Santuario de Vila Velha”.
La Iglesia nos enseña que el término de “santuario” es en esencia: un espacio de acogida, de escucha, de acercamiento, de celebración de la Eucaristía, de búsqueda de la Clemencia. Y o sea lo que presenciamos todos y cada uno de los días aquí en el Santuario de Vila Velha, aparte de ser una referencia eclesial en formación pastoral para toda la Arquidiócesis de Vitória. En el momento en que leemos los comentarios en internet sobre el Santuario de Vila Velha, la multitud afirma con el corazón lleno de alegría: “maravilloso rincón”; “casa de Dios”; “hermosa iglesia, referente de belleza”; “un espacio siempre y en todo momento abierto a los visitantes”; “sitio de reflexión y agradecimiento por todo” etc.
Nuestro Santuario cumple este año 2017 50 años de existencia. Dedicado al Divino Espíritu Santo. Único en el Estado de Espírito Santurrón con este título. Merced al emprendimiento y carisma personal del P. Firmino Matuschek y la audacia y valentía de la red social local, se edificó esta bella obra, expresión de la fe de un pueblo, de sus raíces católicas, de su alma franciscana. Celebrar el 50 aniversario del Santuario significa agradecer a Dios, tantos dones y bendiciones, tantas personas involucradas y comprometidas en mantener viva la fe y el carisma franciscano. No nos encontramos celebrando sencillamente la fecha conmemorativa de un monumento histórico, sino la fe de un pueblo que es expresión de ese monumento.
Durante estos días, queremos rememorar a todos aquellos hombres y mujeres que hicieron y siguen realizando la hermosura viva de este Santuario, que exaltan y enriquecen su crónica. Son 50 años de gracia y bendición, de alabanza y don. Las oraciones y cantos que resonarán en esta novena quieren ser la expresión mucho más honesta de nuestra alabanza por la historia pasada, pero de nuestra mirada ilusionada y creativa hacia el futuro. ¡Si el pasado nos enseña, el futuro nos desafía! No tenemos la posibilidad de detenernos, ni sencillamente repetir las mismas cosas, exactamente las mismas prácticas pastorales. Nuestra mirada es de esperanza, de futuro. Nos encontramos llamados a la imaginación de la fe, a una persistente “conversión pastoral”.
Que el Divino Espíritu Santurrón, al que fue dedicado este Santuario, nos inspire, nos anime, nos realice vencer el temor a la novedad, la tentación de quedarnos en lo que entendemos y nos dé seguridad. Que nos abramos a la novedad del Espíritu y que Él nos empuje a nuevos sitios y posiciones, oxigenando nuestras mentes y corazones.