Santo Antão
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Nombre: Beato Antão (Memoria)Local: Tebaida, EgiptoFecha: 17 de enero † 356
Santo Antônio, abad, en la tradición portuguesa tiene por nombre Santurrón Antão. Este nombre semeja proceder de Portugal. Santurrón Antão, muy venerado en Brasil, en especial como Patrono de los animales domésticos, es venerado en el mundo entero.
Santurrón Antão nació en Egipto hacia el año 250 y murió con más de 100 años, en el 356. Todavía joven, perdió a sus padres. De ellos heredó una cantidad considerable de bienes, dejando a su cuidado a una hermana. Un tanto más adelante, escuchando el Evangelio en la Liturgia: Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. (Mt 19, 21), considerando estas expresiones dirigidas a él, dio su mejor tierra a sus vecinos, vendió los recursos que tenía, quedándose sólo con lo necesario para él y su hermana. Nuevamente, escuchó el pasaje del Evangelio: Deja de preocuparte por el mañana (Mt 6, 34), se deshizo de todo lo que poseía, confió a su hermana a una Casa de Vírgenes, se retiró a un espacio solitario o al desierto, donde empezó a llevar una vida de penitente, dedicándose al trabajo manual , oración y lectura. Su ejemplo tuvo una amplia y extensa resonancia y fue propagado por toda la Iglesia por San Atanasio. Se le considera el padre de los frailes y de todas las maneras de vida religiosa.
Antonio tuvo muchos acólitos, creó múltiples monasterios, si bien en lo personal vivió la mayoría del tiempo en sitios solitarios. Si se le apoda «Abad» es por el hecho de que se le consideraba el padre, el iniciador del monacato en la Iglesia y no porque estuviera adelante de una Comunidad monástica. Sensible a los inconvenientes de su tiempo, cooperó por el bien común con las autoridades eclesiásticas y civiles.
El mensaje de Santo Antão: procuró vivir radicalmente el Evangelio, cumpliendo el mandamiento de la pobreza y intentando de cumplir el mandamiento del amor a Dios y al prójimo. Sirve a Dios con una vida heroica, renunciando a sí mismo y amando a Dios sobre todas las cosas. Destaca la renuncia a los bienes terrenales para poseer la única riqueza.
A Oración tras la Comunión ten en cuenta que Antonio, frente a las muchas tentaciones que lo dañaron, consiguió espléndidas victorias. Recorrió, pues, el sendero de perfección señalado por Cristo en el Evangelio.
Referencia: BECKHÄUSER, Fray Alberto. Los Santurrones en la Liturgia: Testigos de Cristo. Petrópolis: Voces, 2013. 391 p. Adaptaciones: Pocket Rosario Team.
¡San Antonio, suplica por nosotros!