Santa Dulce, el ángel bueno de Bahía

“Si Dios viniese a nuestra puerta, ¿cómo sería recibido? El que llama a nuestra puerta en pos de consuelo para su dolor, para su padecimiento, es otro Cristo que nos busca”. dulce de los pobres.

La Iglesia de Brasil se prepara para festejar la canonización de otro santo, señal de que la fe en nuestro país, singularmente en el Nordeste, prosigue viva y dando testimonio de su misión.

Su canonización, la tercera mucho más rápida de la historia, dada a conocer el 14 de mayo por el Vaticano, todavía no posee fecha fijada a fin de que se genere. El milagro que dejó su canonización se asigna a la curación de un ciego que rogó la intercesión del Muy santo y al día después, al despertar, ha podido ver. María Rita de Sousa Brito Lopes Pontes, mejor famosa como Sor Dulce , nació el 26 de mayo de 1914 en la localidad de Salvador. Sus padres fueron Augusto Lopes, un hombre de gran fe, y Dulce María, quien murió en la niñez de Anjo Bom.

En 1933, María Rita ingresó a la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios y tuvo como primer trabajo la educación de los pequeños en una escuela mantenida por la congregación, pero su corazón se encontraba llamado a dedicar su historia a la atención a los mucho más pobres y necesitados, en un contexto popular donde la pobreza afectaba a la mayoría de la población bahiana. Sin mucha composición para el cuidado de los más pobres y retando algunas reglas de la congregación, Sor Dulce caminó por las calles de Salvador ofertando lo que se encontraba a su alcance: un pan, un alimento, pero sin faltar una palabra de promesa y amor. Dulce fue amiga, hermana y madre de los pobres, y aun con la frágil salud, nunca se quejó de cansancio. El 26 de mayo de 1959, Sor Dulce inauguró una obra popular que se considera por varios como su mayor milagro, signo eficiente de su legado y enseñanzas. Actualmente, la Obra Social Hermana Dulce (OSID) aloja uno de los mayores complejos de salud del país, con cerca de 3,5 millones de personas atendidas. La organización tiene un perfil de servicios único en el país, distribuidos en 21 centros que brindan asistencia a la población de bajos elementos en las áreas de salud, asistencia popular, educación para la salud, educación y divulgación de la historia de su fundador.

La hermana de los pobres estuvo con san Juan Pablo II en las dos visitas que el pontífice hizo a Brasil. Pasa que la primera oportunidad que João Paulo visitó Bahía, el nombre de Sor Dulce no figuraba en la lista de personas para reunirse con el Papa. Fue una aclamación habitual en pos de la monja lo que permitió el primer acercamiento. Este primer acercamiento fue tan cierto que en la segunda visita pontificia, en 1991, fue Juan Pablo II quien fue al encuentro de su hermana, que se encontraba postrada en cama por enfermedad. El 13 de marzo de 1992, a la edad de 77 años, Sor Dulce celebra su Pascua celestial.

El “ángel bueno de Bahía” es signo de que la caridad evangélica todavía es fecunda en la vida de la Iglesia sin distanciarse de los valores de la fe ni contaminarse de ideologías. Que aprendamos de su testimonio y oremos por su intercesión en los momentos en que nuestro corazón está lejos de los mucho más pobres, para vivir la caridad y no solo hablar de ella. ¡Aguardamos su canonización con alegría!

*Producto de Jorge Luis, seminarista diocesano.