OFICINA CENTRAL, 01 ago. 21/06:00 am (ACI).- De año en año, los fieles que visiten una iglesia franciscana en cualquier lugar de este mundo desde el mediodía de el día de hoy hasta todo el día 2 de agosto, van a poder obtener la llamada Indulgencia Plenaria de la Porciúncula.
Para ello, además de la visita, se aplican las condiciones habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.
Comentando al Grupo ACI, fr. Gonzalo Cateriano, ex provincial de los franciscanos capuchinos en Perú, destacó el “gran deseo de san Francisco de Agarráis de que todas y cada una de las ánimas se salven” y que los leales “con piedad y devoción” reciban la indulgencia, cumpliendo las disposiciones de la Iglesia.
El fraile ha recordado que “en el pasado era muy difícil para la Iglesia entregar indulgencias” ya que solo se lograban en peregrinación a ciertos lugares como Tierra Santa y, por consiguiente, era un gran regalo que San Francisco conseguía para su amor de las ánimas.
“En este momento el Perdón de Agarráis se puede obtener en todas las iglesias franciscanas del mundo desde la víspera de la fiesta central”, apuntó.
La concesión de la Indulgencia de la Porciúncula tuvo lugar en 1216, en el momento en que San Francisco partió hacia Perusa con otro fraile para ver al Papa Honorio III, tras una aparición del mismo Cristo y la Virgen cercada de ángeles en la capilla de Santa Maria dos Anjos, en Agarráis.
En esta aparición, el santo pidió al Señor que concediera una indulgencia a quienes visitaran la Iglesia dedicada a la Virgen bajo la devoción de Nuestra Señora de los Ángeles. El Señor aceptó y le ordenó ir a Perusa, para obtener el deseado favor del Papa. El pontífice concedió la gracia.
En 1966 el Papa Pablo VI publicó la carta apostólica “Sacrosancta Portiunculae ecclesia” con ocasión del 750 aniversario de la concesión de la indulgencia Porciuncula, donde expresó que “la institución de esta indulgencia se festeja de tal manera que la Porciuncula es realmente ese rincón beato donde se estabiliza el perdón total y la paz con Dios”.
Además de esto, refiriéndose a las peregrinaciones que los fieles hacen al lugar, ha dicho: “Quiera Dios que la peregrinación, transmitida durante siglos, a la iglesia de la Porciúncula, que emprendió con espíritu piadoso Nuestro Precursor Juan XXIII, no no acaba sino medra la multitud del rebaño leal allí de forma continua al encuentro de Cristo, rico en clemencia, y de su Madre, que siempre intercede ante él”.
La pequeña iglesia famosa como la Porciúncula, que San Francisco de Agarráis dedicó a Santa Maria dos Anjos, se encuentra dentro de la enorme basílica que lleva exactamente el mismo nombre de esta advocación mariana. La basílica data de los siglos XVI y XVII.
Esta iglesia fue la segunda casa del santo y sus primeros hermanos, tal como el sitio donde, en la tarde del 3 de octubre de 1226, murió san Francisco. Este fue asimismo el lugar donde, el Domingo de Ramos de 1211, San Francisco recibió la consagración de Santa Clara, dando origen a la Orden de las Clarisas.
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— ACI Digital (@acidigital) 27 de septiembre de 2018