¡San Agustín, ruega por nosotros!

¡San Agustín, ruega por nosotros!
¡San Agustín, suplica por nosotros!
Aurelio Agustín nació el 13 de noviembre de 354, en la localidad de Tagaste, el día de hoy en Argelia, África. Era el hijo mayor de Patrick, un pequeño terrateniente pagano. Su madre, por contra, era una cristiana devota, que en este momento celebramos, como Santa Mónica, el 27 de agosto.
Mónica buscó criar a su hijo siguiendo a Cristo. No fue una tarea fácil. En verdad, aun pospuso su bautismo, temiendo que él lo profanara. Pero como el proverbio que dice que “la luz es imposible ocultar”, comprendió que Agustín era esa luz.
A los dieciséis años, en la exuberancia de la adolescencia, se fue a estudiar. En esa ocasión se involucró con la herejía maniquea y también comenzó a vivir con una chica cartaginesa, quien le dio, en el 372, un hijo, Adeodato.
Así era Agustín, un niño inquieto, siempre envuelto en pasiones y reacciones contrarias a las enseñanzas de su madre y de los cristianos. Poseedor de una extraña sabiduría, tras los excesos de su juventud, se centró en sus estudios y se graduó, brillantemente, en oratoria. Un excelente escritor se dedicó a la poesía y la filosofía.
En busca de un mayor éxito, Agustín fue a Roma, donde abrió una escuela de oratoria. Fue invitado a enseñar esa materia y gramática en Milán. El motivo que le llevó a aceptar el trabajo en Milán fue poder estar cerca del en este momento santo obispo Ambrosio, poeta y orador, por quien Agustín tenía una gran admiración. Así que empezó a asistir a sus sermones.
Primero, su interés estaba solo en el contenido literario de la predicación; luego, por el contenido filosófico y doctrinal. Poco a poco, la predicación de Ambrosio tocó su corazón y se convirtió, comenzando a combatir la herejía maniquea y otras que surgían. Fue bautizado, adjuntado con su hijo Adeodato, por exactamente el mismo obispo Ambrosio, en la Pascua del año 387. Por tanto, a la edad de treinta y tres y quince años, respectivamente.
En este momento, Agustín pasó por un gran calvario: su hijo murió. Era un chaval muy inteligente, al que dedicó mucha atención y cariño. En consecuencia, decidió regresar con su madre a su tierra natal, África, pero Mónica asimismo murió, en el puerto de Ostia, no lejos de Roma. Tras el entierro de su madre, Agustín siguió su viaje, llegando a Tagaste en el año 388.
Allí se decidió por la vida religiosa y, al lado de ciertos amigos, creó una comunidad monástica, cuyas Reglas escritas por él brindaron sitio más tarde a varias Órdenes, femeninas y masculinas. No obstante, el entonces obispo de Hipona decidió que “la luz no debe ocultarse” e invitó a Agustín a acompañarlo en su predicación, ya que ya se encontraba adulto mayor y enfermo. Para esto consagró sacerdote a Agustín y, poco después de su muerte, en 397, Agustín fue ovacionado por el pueblo como nuevo obispo de Hipona.
A lo largo de treinta y cuatro años Agustín fue obispo de esa diócesis, reconocido como el padre de los pobres, hombre de alta espiritualidad y enorme defensor de la doctrina de Cristo. En verdad, fue definido como el filósofo y teólogo mucho más profundo y también importante de su tiempo.
Su obra iluminó a casi todos los pensadores de los siglos siguientes. Escribió libros muy importantes, incluida su autobiografía, “Confissões” y “Cidade de Deus”.
Tras una grave patología, murió amargamente, a la edad de setenta y seis años, el 28 de agosto de 430, cuando los salvajes habían invadido su localidad episcopal.
En 725, su cuerpo fue trasladado a Pavía, Italia, siendo guardado en la iglesia de São Pedro do Céu de Ouro, cerca del rincón de su conversión.
San Agustín recibió el honroso título de Doctor de la Iglesia y se festeja el día de su muerte.
Fuente: Red del Siglo XXI
Como esto:
Cargando…
Entrada archivada bajo: Santurrones. Etiquetas: San Agustín.
Esperamos que le gustara nuestro articulo ¡San Agustín, ruega por nosotros!
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios