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Sacerdote ACP dice que se necesita un nuevo estilo de liderazgo para la Iglesia irlandesa
Padre Brendan Hoban, PP., Ballina. Imagen: Henry Wills, Western People.
La Iglesia irlandesa necesita obispos que no tengan miedo de decir lo que piensan y nombrar la verdad tal como la ven, ha dicho el padre Brendan Hoban, de la Asociación de Sacerdotes Católicos.
En su columna semanal para el Personas de Occidente periódico, el párroco con sede en Co. Mayo esbozó su lista de deseos para el tipo de obispos que cree que ayudarían a la Iglesia irlandesa en su viaje hacia la renovación.
En opinión del padre Hoban, lo que se necesita para el liderazgo episcopal son “obispos que estén lo suficientemente seguros de sí mismos para poder vivir con ambivalencia y complejidad; obispos que se sientan cómodos con la cultura de nuestro tiempo y que puedan hablar de Dios y de la ausencia de Dios en un mundo que cambia rápidamente”.
El portavoz de la ACP dijo que “los hombres del mañana” deben tener la imaginación, la creatividad y sobre todo el coraje para no seguir mirando por encima del hombro a Roma y enfrentarse, con respeto pero con firmeza, a “aquellos que quieren llevarnos de vuelta al siglo XIX”. ”.
Refiriéndose a artículos recientes en el tiempos irlandeses sobre la próxima jubilación del arzobispo Diarmuid Martin de Dublín y sus auxiliares, el obispo Raymond Field y el obispo Eamon Walsh, el padre Hoban señaló que había una sugerencia de que la partida de estos tres obispos era “una oportunidad para el nombramiento de un cuadro completo de nuevos liderazgo y la energía que traería en un momento en que se necesita tanto un nuevo comienzo allí y en la Iglesia Católica en general”.
Agregó que “lo mismo podría decirse del oeste” con Achonry y Clonfert actualmente vacantes y Tuam y Galway a punto de quedar vacantes cuando el arzobispo Michael Neary y el obispo Brendan Kelly se jubilen en unos años.
En este momento varias diócesis están vacantes o estarán vacantes en algunos años. Estos incluyen no solo Dublín, sino también Cork & Ross, Galway, Tuam, Achonry, Kilmore y Ferns.
El hecho de que haya tantas diócesis vacantes, y con la política de reforma del Papa Francisco, sugiere que “una nueva y diferente forma de liderazgo en la Iglesia irlandesa está a punto de surgir”.
Agregó que “la esperanza sería que un nuevo estilo de liderazgo en Occidente también pudiera evolucionar”.
Pero el padre Hoban, miembro fundador de la ACP, que cuenta con más de 1.000 sacerdotes miembros, advirtió contra el exceso de optimismo.
“No estoy muy seguro de eso. A pesar de la nueva escoba en Roma, no hay evidencia convincente de que los nombramientos bajo los dos últimos nuncios papales sean diferentes de lo que fueron en el pasado, aunque vivimos en tiempos muy diferentes”.
Sugirió que quienes toman las decisiones están, efectivamente, replicando versiones de sí mismos en los nombramientos que hacen.
“Los candidatos que fueron considerados como ‘hombres seguros’ (como alguna vez fueron designados positivamente los obispos) todavía están siendo designados a pesar de que algunos de los considerados ‘hombres seguros’ tienen la desconcertante costumbre de dejar caer la pelota en intervalos cruciales”.
Destacó la difícil situación del obispo John Kirby de Clonfert, quien se jubiló hace más de cinco años.
“Él ahora tiene más de 80 años y todavía espera ser liberado de esta forma ahora demasiado común de cautiverio episcopal. Parece injusto para el obispo involucrado, injustificado porque no estamos hablando de ciencia espacial aquí e incluso (podría sugerirse) una forma de abuso de ancianos”.
Reconoció que parte del problema parece ser que algunos sacerdotes consideran un nombramiento episcopal como “una pesadilla más que un honor”.
“De hecho, en general se acepta ahora que las citas se han rechazado una y otra vez. ¿Por qué otra razón una diócesis como Clonfert (la más pequeña de Irlanda) estaría esperando casi seis años por un obispo?”.
El P. Hoban dijo que otro problema es que “ser obispo es una tarea imposible”.
“Al igual que los directores de escuela atrapados entre expectativas conflictivas de maestros, estudiantes y padres, los obispos siempre están equivocados. Pero debido a que los obispos, como cristianos acreditados, no pueden decirle a la gente incómoda que se pierda, las consecuencias a largo plazo de ‘ser amable’ eventualmente pueden corroer el espíritu”.
Advirtió que los sacerdotes ambiciosos que se pasan la vida preparándose para ser obispos son el tipo de obispos que no son necesarios.
“Pero el dilema es que aquellos que necesitamos no lo quieren, y aquellos que lo quieren no deberían recibirlo”.
