Roma: Iglesia de las Monjas acoge a personas sin hogar cada

Granada – Las religiosas de la Congregación de las Hermanas de San Juan Bautista eligieron poner a disposición la cripta de la iglesia, que se encuentra en una clínica médica privada en Roma, para acoger, todas las noches, a unas 20 personas sin hogar.

La idea surge tras el llamamiento del Papa Francisco para contribuir a estas personas en los días de más profundo frío del invierno.

Villa Benedetta en el barrio de Boccea es una estructura de salud dirigida por las monjas, que viven allí desde hace 37 años, pero administrada por médicos y expertos de la salud. Para dar la bienvenida a los nuevos huéspedes, la cripta fue preparada por voluntarios de la histórica asociación romana La.Va. (Lavoro Vagabondo), coordinado por el P. Rafael Buono. Distribuyeron las camas, con frazadas, almohadas y sillas.

Según el sacerdote, “sin pensarlo mucho, las hermanas ofrecieron espontáneamente el lugar tan amado donde se celebran las principales fiestas y liturgias. Quieren responder al llamado del Papa y poner en práctica el carisma del principal creador San Antonio María Fusco”.

La idea es continuar ofreciendo albergue a las personas sin hogar hasta finales de abril, y después se volverá a evaluar la situación. En la actualidad la cripta recibe a italianos, rumanos, bengalíes, iraquíes y ciertos niños africanos que desembarcaron en Sicilia hace meses, todos alojados temporalmente tras solicitud formal a la Cruz Roja.

A su llegada a las 20:00 horas, los huéspedes reciben sándwiches vegetarianos y trozos de pizza, para respetar las tradiciones musulmanas, pero también dulces típicos romanos. Cuando se despiertan, a las 6 de la mañana, se les invita a croissants y té caliente, que las hermanas toman en lo personal todos los días.

El pie. Raffaele Buono asegura que, en los últimos tiempos, la situación ha empeorado en la capital: “cada vez recibimos más italianos”, dice. “Muchos son ancianos que, si no tienen casa propia, no tienen la posibilidad de vivir con la pensión popular. Varios cenan aquí, un bocadillo y fruta. Como asociación, repartimos cajas de comida y asistimos a abonar las cuentas”.

Y el sacerdote que lleva la benevolencia no sólo en el apellido, concluye: “hay mucha generosidad y disponibilidad. Exactamente el mismo Papa Francisco, gota a gota, está influyendo en las conciencias, incluso en las de los párrocos menos sensibles al tema. El cambio de mentalidad no es sencillo, pero con constancia y valentía es viable cambiar el sentir colectivo”.

Fuente: Radio Vaticano