Retiro de los frailes antes de la renovación de la

angola- En preparación a la renovación de votos, los Hermanos de Profesión Temporal en Angola, entre el 1 y el 3 de diciembre, hicieron su retiro de forma anual con el tema: “Fraternidad y Misión a la Luz del Don”.

El retiro fue predicado por fray Marco Antônio 2 Santurrones y tuvo lugar en el Centro de Espiritualidad São João de Brito de los jesuitas en Viana (Luanda).

La misa de apertura fue encabezada por fray Alisson Zanetti y concelebrada por fray Marco y fray José Antonio 2 Santos.

Fray Alisson, en un veloz análisis de los tiempos recientes, destaca que la falta de fe, la pérdida de la referencia sagrada y la depresión son las causas del enfriamiento del entusiasmo inicial de la vocación.

Fray Alisson aconsejó “nunca perder el equilibrio”.

Luego resaltó que la alegría es el sello del carisma franciscano y sugirió que “debemos cultivarla entre nosotros”.

El primer día, fray Marco aclaró que es esencial llevar a cabo siempre y en todo momento una parada obligatoria, retirarse y, al mismo tiempo, tener un instante para “fradejar” (reunirse y confraternizar).

Invitó a los hermanos a pensar sobre la próxima pregunta: “En un mundo sin sentido, ¿de qué manera podemos responder al don de la vocación?”.

En un intento de apuntar algunas luces, el predicador mencionó que la fe no nos hace inmunes a las contrariedades de la vida.

De ahí la necesidad de “la paciencia para dejarse formar”.

Más adelante, fray Marco recordó que la etapa de profesión temporal “es para fortalecer el ser fraile y, al mismo tiempo, es un tiempo de adhesión y pertenencia.

Adhesión porque cada uno debe admitir el sendero de la vida; pertenencia por el hecho de que todos deben sentirse parte de ella”.

Y decía también que en la fraternidad todos son iguales por el hecho de que todos tienen un don, el don de la vocación; y también se distinguen por la multiplicidad de dones.

“De ahí la riqueza de la pluralidad”.

El segundo día, se animó a los hermanos a meditar sobre “el don del hermano” y sobre la “Fraternidad: hermanos en medio de la raza humana”, temas elaborados desde los documentos y ordenes de la Orden de los Monjes Inferiores.

En la vida fraterna, dijo el predicador, “no podemos hacer mucho más heridas, tenemos que sanarnos a nosotros mismos, porque hay una mística que nos rodea”.

Posteriormente, para una triunfadora renovación de votos, los profesos han tomado conciencia de que la vida franciscana “no es un negocio con misiones que cumplir”, dijo fray Marco.

“A una fraternidad la mueve exactamente el mismo espíritu”, enseñó.

En la tarde del segundo día de retiro, los hermanos se juntaron en conjuntos para profundizar en los temas propuestos por el predicador.

Al compartir, presentaron sus dificultades y debilidades como jóvenes, así como su deseo de no perder su identidad franciscana.

En la mañana del primer domingo de Adviento y último día de retiro, comenzaron las ocupaciones con la Misa, en la que fray Marco aprovechó para recordar el comienzo del nuevo tiempo litúrgico, donde se resaltan la espera y la vigilia.

“Esperar a un Dios que se da a cada uno de nosotros en el sí de María, cuando lo humano y lo divino se encuentran”.

Luego el sacerdote aclaró que “como el barro en manos del alfarero, también nosotros estamos en las manos de Dios, que siempre protege de su pueblo.

Pero cada uno debe cuidar al otro”.

Cada grupo presentó sus medites y Fray Marco, en su conclusión, aconsejó no tener temor de afrontar las crisis y que, en los instantes difíciles, es esencial “entender purificar todo lo que pasa, pues no es tiempo de amargarse, sino poner levadura en la masa”.

Mencionó que la Fundación atraviesa un momento hermoso y que la “Provincia mira a cada uno de ellos con mucha esperanza”, deseándoles a todos una buena renovación.

Después del almuerzo, los monjes cantaron, en acción de gracias, por las Hermanas del Verbo Divino y Sagrada Familia, que cuidan el Centro de Espiritualidad, y regresaron a la Fraternidade São Francisco do Palanca.


Comunicado de la Provincia de la Inmaculada Concepción