Reflexión: vivir como resucitados, a pesar de las

Reflexión: vivir como resucitados, a pesar de las

Los que pasan por la muerte ganan la filiación de la Vida, de Dios, y alcanzan la vida plena, sin límites, pues son hijos de Dios, de la inmortalidad y de la plenitud del Amor.

localidad del Vaticano

Disponemos una vida y la amamos bastante, aun viviendo en ocasiones difíciles. ¡Es bueno vivir!

Sin embargo, tener una vida feliz y plena, o por el contrario, una vida infeliz, inevitablemente terminará cualquier día. ¿Y ahí? Afirma un dicho: “No hay mal que dure para siempre, ni bien que nunca se acabe”, tanto la alegría como el placer, después de haber sido vividos, son como nada. Solo quedan en la memoria.

Del mismo modo, el dolor, la angustia, el sufrimiento, después de ser vivido por el hombre, es como si nada hubiera pasado, sólo queda el recuerdo. Aunque entendemos que en ciertos casos los recuerdos -positivos o negativos- pueden dejar marcas imborrables.

¿Y nuestra vida, en todo su contexto, va a ser achicada a nada?

Algunos pensadores dicen que el hombre es ser-para-nada.

Pero, ¿qué dice la Sagrada Escritura?

La primera lectura de la liturgia de este XXXII Domingo del Tiempo Ordinario nos habla de resurrección, pero no como la comprendemos de Jesús, sino más bien como avivamiento, una continuación mucho mejor de esta vida y solo para los justos, no para todos y cada uno de los hombres.

En el Evangelio encontramos un conjunto de judíos ricos, los saduceos que negaban la resurrección. Plantean una pregunta que solo tiene sentido si, de hecho, tras la muerte tenemos un renacimiento, una continuación de esta vida, como es, y no la resurrección como la profesamos en el Credo.

Jesús nos comunica que los que pasan de esta vida a la eternidad son hijos de Dios, porque han resucitado. Los que han pasado por la desaparición han ganado la filiación de la Vida. Dios es vida y, por consiguiente, tendrás una vida plena, sin límites. Son hijos de Dios, de la inmortalidad, de la plenitud del Amor.

Por consiguiente, de qué forma vivamos, de qué forma afrontemos las cosas buenas y las bien difíciles de esta vida, probará nuestra fe en la resurrección.

Será como una exclusiva gestación en la que se crea el hombre espiritual, el que nacerá a imagen de Dios, y por tanto su casa será la del Padre.

Desde este momento tenemos la posibilidad de vivir como resucitados, nos comunica san Pablo en la segunda lectura. Pese a los sufrimientos cotidianos, resistámoslos y pidamos al Señor que nos confirme en el consuelo eterno y en la feliz promesa de la plena victoria de Cristo.

Hay otro dicho brasileiro que tiene un espíritu muy cristiano, en el sentido de afrontar las adversidades y creer en

cambio que seguirá al sufrimiento: “¡Encara las caídas, no te desanimes, levántate, sacude el polvo, vuelve a la cima!”

Y para finalizar con la Biblia, podemos rememorar lo que nos comunica el Salmo 30:6: “El llanto puede durar una noche, pero la alegría vendrá al amanecer”.

Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión: vivir como resucitados, a pesar de las
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios