Reflexión sobre la Fiesta Litúrgica del Bautismo del Señor
Reflexión sobre la Fiesta Ritual del Bautismo del Señor
Ser bautizado es tener un corazón misericordioso e integrador, como el de Jesús.
Según este corazón que es reflejo del amor del Padre, la justicia no es mantener a las personas excluidas por sus fallos, sino más bien transformarlas en hijos de Dios, como sucedió y sucede con cada uno de nosotros.
Pie.
Cesar Augusto dos Santos, SJ – Ciudad del Vaticano
El tema del Evangelio de este domingo está en el versículo 15: “Debemos cumplir toda justicia”.
Jesús dirige esta leyenda a Juan el Bautista y, como podemos consultar, habla en primera persona del plural.
Charla en nombre del Padre -cuyo emprendimiento cumple fielmente Jesús-, habla en nombre del Espíritu -que vendrá sobre él- y asimismo representando a todos los que están encomendados a él, de la Virgen María, pasando por San José, Juan Bautista y bajando hasta nosotros.
Esta justicia que edifica el Reino está en nuestra historia y se caracteriza no por la crueldad como anunciaba Juan, como hemos visto el primer domingo de Adviento, sino por la solidaridad con los pecadores, como nos anuncia el Evangelio del segundo domingo.
El Padre desea que Jesús salve a la raza humana, esta es la justicia que deberá cumplir.
Por ello, se solidariza con la humanidad al recibir de Juan el bautismo de penitencia.
Sin embargo, el Padre y el Espíritu muestran que el auténtico bautismo tiene lugar fuera del agua, tiene sitio en el momento en que Jesús sale del Jordán, el cielo se abre, el Espíritu viene sobre Jesús y se posa sobre él.
Jesús aceptó el emprendimiento del Padre, hará justicia, redimirá a la raza humana, ¡para esto lo ungió el Espíritu!
En este momento debemos recordar las expresiones de Isaías en la primera lectura: “Yo, el Señor, les llamé a justicia y os tomé de la mano; Yo te formé y te hice el centro del pacto del pueblo, la luz de las naciones, para abrir los ojos de los ciegos, para sacar a los cautivos de la cárcel, para sacar de la prisión a los que viven en tinieblas”.
En Jesús se realiza esta vocación.
Es rey y sacerdote, fue ungido para cumplir toda justicia dando origen al Reino de Dios.
Recordemos nuestro bautismo.
Fuimos incluidos en el Pueblo de Dios también para esta misión, para hacer justicia, no sólo para socorrer a nosotros mismos.
Disponemos una dimensión apostólica, colaborando con el Señor en entablar la justicia, la solidaridad, acogiendo a todos, singularmente a los que están marginados por ser pecadores.
La misión es ir tras la oveja perdida, rescatar a la descarriada, ayudar para que la caña partida no se rompa y la mecha que aún humea no se apague, como dijo Isaías.
Ser bautizado es tener un corazón misericordioso e integrador, como el de Jesús.
Según este corazón que es reflejo del amor del Padre, la justicia no es sostener a la gente excluidas por sus errores, sino convertirlas en hijos de Dios, como sucedió y sucede con cada uno de nosotros.
Como esto:
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión sobre la Fiesta Litúrgica del Bautismo del Señor
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios