Reflexión para el XXI Domingo del Tiempo Ordinario
Caminar hacia Jerusalén presupone madurez, presupone salir de uno mismo y confrontar al otro.
En la reflexión del P.
Cesar Augusto dos Santurrones sobre la Liturgia del XXI Domingo del Tiempo Ordinario: caminando hacia Jerusalén, Jesús comunica el Reino de los Cielos.
Caminar hacia la Ciudad Santa supone madurez, salir de uno mismo y volverse hacia el otro.
Pie. César Augusto 2 Beatos
En el Evangelio, Jesús comunica el Reino de los Cielos a todos los humanos.
Lo anuncia por medio de su viaje a Jerusalén, un viaje no sólo en el sentido geográfico, sino más bien primordialmente en el sentido teológico.
Para nosotros es el sendero de la salvación.
De ahí que empieza con la pregunta de si se salvan muchos o pocos.
Jesús no le responde, pero afirma que la salvación depende de un compromiso radical con el proyecto del Padre, la práctica de la justicia.
Muchos opínan en entrar al Reino simplemente perteneciendo a la Iglesia por el bautismo, siendo parte de alguna asociación, teniendo títulos religiosos honoríficos, pero todo esto para Jesús significa poco o nada.
Es requisito no entrenar las injusticias, no estar en connivencia con ellas, no silenciar, sino más bien comprometerse radicalmente en la práctica de la justicia y sentirse pequeños, no confiar en vuestras obras, vuestras prácticas religiosas, sino más bien confiar solo en la misericordia divina. .
En la segunda lectura, el autor de la Carta a los Hebreos nos anima a perseverar por las luchas libradas para ser fieles al proyecto de Dios.
El gran incentivo y modelo de perseverancia es Cristo Crucificado.
Más aún, su autor afirma que el sufrimiento ayuda a los cristianos a lograr la madurez de la fe.
Si Dios permite que suframos, es porque no somos extraños para Él, sino sus hijos amados.
Él desea nuestra perfección.
No es Él quien nos manda sufrimientos.
Las patologías y aflicciones no proceden de Dios, sino más bien de las circunstancias de la vida, ahora ocasiones de la maldad de los hombres.
No hay número de seleccionados, llamados a la salvación.
Lo que existe es una llamada permanente a la conversión.
Para los cristianos, el sufrimiento no debe deprimirnos, sino llevar a cabo crecer en nosotros frutos de paz y justicia.
¿Estamos dispuestos a ingresar por la puerta estrecha de la retirada y el compromiso con los marginados? ¿Abrimos la puerta de nuestro corazón a fin de que asimismo él deje de ser ajustado y se ensanche?
Muchas veces combatir por la justicia, darse por vencido puede llevar a los cristianos a la puerta angosta, pero será exactamente esta actitud la que abrirá las puertas del corazón, ¡y esto puede hacerte sufrir, puede hacerte daño!
Desinstalarnos, combatir por los derechos y la justicia nos hace sufrir pues nos pone en lucha contra el egoísmo del resto y asimismo el nuestro, luchar nos saca de nuestra complacencia, nos desinstala.
Caminar hacia Jerusalén presupone madurez, supone salir de uno mismo y volverse hacia el otro.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión para el XXI Domingo del Tiempo Ordinario
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios