Reflexión para el XXI Domingo del Tiempo Ordinario
“Señor, ¿a quién vamos a ir? Sólo tú tienes palabras de vida eterna. Amar es servicio y sumisión.”
Padre César Augusto dos Santos – Localidad del Vaticano
La segunda lectura de este domingo, tomada de la Carta de San Pablo a los Efesios, es aquella famosa reflexión del Apóstol en la que dice que las mujeres deben estar sostienes a sus maridos como la Iglesia lo está a Cristo. Tal afirmación, de la sumisión de la mujer al marido, nos parece anacrónica, además de combinar algo que era cultural (la sumisión de la mujer) con la sumisión de la Iglesia a Cristo, que ha de ser siempre de hoy. Pero al final de cuenta, ¿qué deseaba decir Pablo a los efesios y hoy a nosotros, cristianos del siglo XXI?
Su propósito está en el versículo 21 cuando afirma: “Sométanse los unos a los otros en el temor de Cristo”. En Cristo, como no podía ser de otra manera, está todo el fundamento y regla de conducta de todo ser humano. Como cristianos, seguimos a una persona, Jesucristo, no a un concepto. De ahí que, vale la pena pensar sobre cómo se relacionaba Mestre con las personas, para que podamos proseguir su ejemplo.
Viendo los Evangelios, especialmente el capítulo 13 de Juan, siempre se ha relacionado al Señor como el que sirve. Esta forma de relacionarse ya comenzó desde la encarnación, como leemos en Lucas, y acabó en el enorme servicio del Calvario, en el momento en que nos redimió. Su vida y la de María, su Madre y nuestra, fue asimismo de servicio. En consecuencia, Pablo desea decirnos que nuestra relación debe ser siempre de servicio.
Este servicio ha de ser por amor, en caso contrario no va a ser cristiano. En este momento entendemos por qué Pablo escribe: “Y nosotros, maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella”.
Ahora bien, si es el cariño católico el que debe fundamentar nuestras relaciones, todas y cada una ellas tendrán una dimensión sacramental. Cuando alguien trata de ser útil al otro, lo está amando con el cariño de Cristo y en esto transmite la acción salvífica de Jesús.
Dicho esto, experimentemos lo que nos dice la primera lectura, tomada del libro de Josué: “Yo y mi familia serviremos al Señor”. Esta oración pronunciada por Josué, explica su adhesión y la de su familia al Señor. Es una adhesión afectiva, no sólo a los mandamientos del Señor, sino más bien a Él mismo.
Este Jesús a quien en el Evangelio de el día de hoy Pedro hace la próxima profesión: “¿A quién vamos a ir, Señor? Tú tienes expresiones de vida eterna” es quien nos enseña a amar sirviendo.
Podemos finalizar nuestra reflexión pidiendo al Señor que nos dé un corazón similar al de el, para que nuestra vida sea un servicio eterno, ¡porque amamos! Y exactamente por el hecho de que amamos, servimos.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión para el XXI Domingo del Tiempo Ordinario
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios