Reflexión para el XV Domingo del Tiempo Ordinario
Reflexión para el XV Domingo del Tiempo Ordinario
Reflexión para el XV Domingo del Tiempo Ordinario
“¡LO MÍO ES TUYO! ¡QUIERO QUE TENGAS VIDA!”
Padre César Augusto. SJ – Noticias del Vaticano
La primera lectura de la liturgia de este domingo nos charla de la maravilla de tener una ley hecha por Dios y que, por esta razón, transporta a la Vida. Esta Ley está empapada en nuestro ser.
El Libro de Deuteronomio dice que “está a tu alcance: está en tu boca y en tu corazón”. Esto significa que no hemos de estar atados a un código de reglas, de prescripciones, sino que debemos dedicarnos sin reservas a la promoción de la Vida.
En el Evangelio, la parábola del Buen Samaritano, contada por Jesús, lo deja muy claro. El Profesor da a esta Ley un nombre: ¡clemencia!
La Clemencia fomenta la Vida. Ella no da rodeos para socorrer al ser humano. La vida es lo primero. ¡Salvaguardar la Vida, sea de quien sea, es la Ley Máxima! Y cuando se habla de Vida, no se restringe a la vida física, sino también incluye la vida moral, sicológica y espiritual.
Habla de la Vida del Hombre. Todo ha de estar subordinado a este valor, por el hecho de que Dios es Vida y Él dispuso que de esta manera fuera. Por consiguiente, matar a alguien, física o moralmente, es un pecado grave.
De la misma manera, es desconocimiento de la revelación del Amor de Dios, toda actitud que pruebe falta de clemencia. Está escrito: “Misericordia quiero y no sacrificio”.
¿Por qué razón es un samaritano el que practica la misericordia en la parábola contada por Jesús? ¿Jesús simplemente desea incordiar a los judíos? No, no es nada de eso. Incluso tiene la posibilidad de tener ese deseo, y ciertamente lo tiene, de advertir a sus conciudadanos. Pero la figura del samaritano, en esta parábola, tiene el concepto de ser alguien que no conoce un código de leyes.
Jesús desea apuntar que este hombre nativo de Samaria actuó sólo por su corazón. Tuvo la sensibilidad de sentir la situación de miseria en que estaba el hombre robado. Le ayudó mucho tener compasión, su origen samaritano, como un paria. Se identificó con el pobre y actuó como Dios, o sea, tuvo compasión.
Según Lucas, solo Jesús tiene compasión. ¡Es un gesto eminentemente divino! ¡LO QUE ES MÍO ES TUYO! ¡QUIERO QUE TENGAS VIDA!
Podemos aprender la próxima enseñanza: para unos, la salvación está en el cumplimiento de las leyes; para otros, en actos realizados en un templo; para el samaritano es asumir la Vida y ponerse en el camino de los que están privados de ella. Al verse solidario con los marginados, el samaritano encontró a Dios y la auténtica religión.
Como esto:
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión para el XV Domingo del Tiempo Ordinario
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios