Reflexión para el VI Domingo del Tiempo Ordinario
Reflexión para el VI Domingo del Tiempo Ordinario

Dios no necesita accionar de manera fantástica y la mayor parte de las veces solo nos ofrecemos cuenta de su acción divina, un tiempo después, en el momento en que el mal o la perturbación por el momento no existe.
Pie. César Augusto, SJ – Vatican News
¡La vida de manera frecuente nos juega malas pasadas! Esperamos cosas sensacionales para la solución de asuntos difíciles para los fatales, pero en el momento en que Dios entra en medio del proceso, las resoluciones son sencillas y sumamente discretas. Dios no necesita actuar de manera fabulosa y la mayoría de las veces solo nos ofrecemos cuenta de su acción divina, un tiempo después, en el momento en que el mal o la perturbación ya no existe.
Esta es la historia narrada en el Libro Segundo de los Reyes, cuya perícopa 5, 9-14, es nuestra primera lectura. Naamán, un hombre esencial de otro reino, con otra religión y adorador de dioses conformados por los hombres, se encontraba afectado por una enfermedad prácticamente incurable en ese momento, la lepra. Una de sus siervas, capturada en Israel, al ver su situación, le ha dicho a su quiere que había un gran profeta en Samaria y que su amo solo tendría que presentarse al hombre de Dios a fin de que se curara. Informado de este diálogo, el rey de Naamán lo envió al rey de Israel, con una carta pidiendo la curación del líder de su ejército, aparte de numerosos presentes. El rey israelita regresa a enviar a su invitado al profeta Eliseo, quien, prescindiendo de protocolos y de una magnífica escena de sanación, pero actuando solo como hombre de Dios, manda a Naamán el mensaje de bañarse siete ocasiones en el río Jordán.
El príncipe, indignado por la actitud del profeta, decidió dar media vuelta y regresar a su tierra, diciendo que había mejores ríos que todas las aguas de Israel. Una vez más se hace presente la piedad y conmiseración de los sirvientes hacia su amo y le solicitan a Naamán que reconsidere su decisión de regresar y mostrar lo simple que es cumplir lo que el profeta Eliseo había recomendado. Tal como la cree de los sirvientes por su amo no permitía la omisión de la intervención, la altivez de Naamán no era tal que permitiera la arrogancia y escucha a los sirvientes. Ve al Jordán y báñate siete ocasiones. Allí, de manera muy prudente, hace aparición la excelencia y omnipotencia de Yahvé, el Dios de Israel.
Naamán asiste a Eliseo, profesa su fe en Yahvé como único Dios verdadero, y solicita al Profeta que acepte sus regalos, fruto de la alegría y la gratitud por la curación; pero el hombre de Dios los rechaza múltiples veces. Derrotado, el hombre importante solicita entonces tomar partido de la tierra de Israel, para que, en su país, sobre la tierra de Israel, logre loar y sugerir sacrificios a Yahvé, lo que el Profeta consiente y lo despide en paz.
Este pasaje nos muestra de qué manera el Dios omnipotente, omnisciente y omnipresente prescinde de lo espectacular, de lo fabuloso y actúa de manera muy prudente, pero actúa mejor de lo que le pedimos o tenemos la posibilidad de imaginar.
No Evangelho, Marcos 1, 40 – 45 vemos Jesus curando um leproso y también pedindo a ele que não falasse da cura para ninguém, o que naturalmente não é feito y también a popularidad de Jesus se extiende de forma que passa a ter dificuldades para ingresar em una localidad. Esta contrariedad se crea, no tanto por la multitud que “tapa” los accesos, sino porque Jesús, al tocar al leproso, queda impuro, según la Ley, y, con ello, se le prohíbe la entrada a la localidad. Por otro lado, por la Ley misma, el judío sabe que una de las señales de la presencia del Mesías es la curación de los leprosos; pues, al mismo tiempo que el pueblo lo reconocería como el Mesías, lo reconocería como el Mesías poderoso y liberador, “prometido por la tradición”, pero Jesús quiere mostrar un Mesías servidor, que libera y salva dando lo suyo. vida. En los planes de Jesús, su identidad solo ha de ser revelada después de su pasión, muerte y resurrección.
En conclusión, si en la primera lectura Eliseo prescinde de los protocolos y actúa con sencillez, en el nombre del Señor, en el Evangelio, Jesús también actúa con discreción por el hecho de que quiere mostrar un libertador que solo piensa en ser útil y, si es necesario, dando su propia vida.
Como Naamán, el enorme general extranjero, y como el leproso curado por Jesús, ¿admitimos la acción reservada de Dios y testimoniamos que el Señor es Grande y Poderoso y nos convertimos en personas humildes?
Como esto:
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión para el VI Domingo del Tiempo Ordinario
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios