Reflexión para el segundo domingo de Cuaresma
Reflexión para el segundo domingo de Cuaresma
El sacrificio católico hablamos de querer la vida de una forma incalculable, porque es un don de Dios y solo Aquel que nos la dio puede consentir en su realización. Nosotros no.
Pie. César Augusto, SJ
La liturgia de este domingo nos da una reflexión sobre la generosidad al sacrificar lo que mucho más se ama en una demostración de lealtad. Dios solicita pero rechaza la realización del sacrificio de Isaac, primera lectura, Génesis 22, 1-9a.10-13.15-18; no obstante, sacrifica a su Hijo Jesús, por nuestra salvación, segunda lectura, Romanos 8, 31b-34; para declararnos su amor por Cristo y pedirnos que lo escuchemos, Evangelio, Marcos 9, 2-10. Escuchar y compartir
Para sacrificar algo que nos es sumamente querido, es necesario creer, tener fe en qué o quién nos pide tal sacrificio. Dios conoce a Abraham, no obstante quiere mejorar, purificar su fe y solicita lo impensable, el sacrificio de su único y amadísimo hijo Isaac. Por otro lado Abraham sabe que Dios es omnipotente y leal. Cómo ser padre de una gran nación si se sacrificará al único hijo, el que fue fruto de una intervención divina en relación con el mismo Abraham y Sara su mujer, muy anciana y también incapaz de tener hijos. El patriarca sabe que Dios es fiel, generoso y todo lo puede. Confía en el Señor, especialmente en su amor.
La segunda lectura invierte la cuestión del sacrificio. Va a ser Dios quien sacrifique a su Isaac, Jesús. Solo allí se manifestará la acción poderosa del Padre con la resurrección de Jesús. El Padre lo conquista todo por Amor. ¡Por amor sacrifica a Jesús, su único Hijo, por amor a nosotros! Además de esto, este Hijo resucitado está al lado del Padre, intercediendo por nosotros. Jesús no solo muere por nosotros, sino que vive su resurrección, su historia nueva, intercediendo por nosotros. ¡Es el amor!
Releamos una parte de la perícopa escogida para hoy: “El que no disculpó a su Hijo y lo entregó por todos nosotros, ¿de qué manera no nos agraciará en todo juntamente con él? ¿Quién acusará a los seleccionados de Dios? Es Dios quien justifica. ¿Quién condenará? ¿Cristo Jesús, que murió, o mucho más bien resucitó, que está a la diestra de Dios y que intercede por nosotros?
Al final, en la transfiguración (Evangelio), Jesús dialoga con 2 grandes hombres del judaísmo: Moisés, el legislador, y Elías, el profeta. Charlan de la pasión que próximamente sufrirá Jesús; fue una manera que el Señor eligió para preparar a sus acólitos para el resultado de la cruz. ¡Cuanto amor! Morirá por amor a nosotros y por ese amor prepara a sus acólitos a fin de que el momento sea entendido, menos doloroso y ejemplo de distribución recíproca.
¿Cómo es nuestra capacidad de donación, sacrificio, desprendimiento a favor del otro o de una causa superior? Hablamos de la capacidad de rendirse, de decir sí al desinterés. No es suicidio. Este es el deseo de escapar de una situación insoportable, es un amor equivocado por uno mismo. El sacrificio católico se trata de amar la vida de una manera incalculable, pues es un don de Dios y solo Aquel que nos la dio puede permitir en su realización. Nosotros no. No tuvimos el poder de traerlo a nosotros, pero siguiendo el ejemplo de Jesús, vamos a poder sacrificarlo, en el día a día, o en una situación límite, en favor del Reino.
Como esto:
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión para el segundo domingo de Cuaresma
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios