Reflexión para el Cuarto Domingo de Cuaresma

Reflexión para el Cuarto Domingo de Cuaresma

Reflexión para el Cuarto Domingo de Cuaresma

evangelio del domingo

La grandeza de un hombre no está en cumplir las leyes como un siervo, sino en vivir el cariño, la excelencia del perdón, comprender entender al otro y abrazarlo.

Padre César Augusto dos Santurrones, SJ – Vatican News

“Solo confiando en el cariño y el perdón del Padre podremos resucitar en Pascua y ser novedosas criaturas”

El Evangelio del hijo pródigo nos habla, entre otros mensajes, de relaciones afectivas y de servicio.

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El hijo menor confía en su padre con mucha confianza, si bien al principio actuó de manera egoísta. En el momento en que se reconoció pecador, cuando se percató del fallo que había cometido, no tuvo miedo de su padre, sino más bien al contrario, recordó la amabilidad y la prodigalidad de su padre y decidió volver a casa. Sabía quién era su padre y lo respetaba mucho. De ahí que volvió. En el fondo había experimentado lo que era ser amado.

El mayor, a pesar de no haberse separado nunca del lado de su padre, tenía una relación de empleado con su jefe. Está atascado con lo que logró y lo que no hizo. No conocía el verbo querer, el verbo perdonar, el verbo estimar, en el sentido de estimar bien. Su relación no era de ternura, sino más bien de intercambio.

La grandeza de un hombre no está en cumplir las leyes como un siervo, sino más bien en vivir el cariño, la excelencia del perdón, comprender comprender al otro y abrazarlo.

Dios nos creó para esto, para ser su imagen y semejanza y no tener una relación empobrecedora. No nos dejemos intimidar por nada. Nuestra vocación es ser sacramento de amor, de perdón, de acogida de Dios entre los hombres.

La segunda lectura complementa este pensamiento en el momento en que dice: “Todo es nuevo ahora. Y todo viene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos confió el ministerio de la reconciliación”.

La sociedad juzga a las personas por su fachada, cultura, pertenencias. En el ambiente de la Iglesia, la gente son juzgadas por su deber, por su buena o mala conducta. Pablo afirma que Dios no imputa sus faltas al mundo. Al contrario, más adelante añade: “Al que no cometió ningún pecado, Dios lo hizo pecado por nosotros, a fin de que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él”.

No obstante, estar en Cristo significa estar en relación íntima con Dios y con el otro, es ser nueva criatura.

El cristiano es una nueva criatura porque por el bautismo renace del Espíritu, y esto hace nuevas reacciones.

El hijo menor, supuestamente un enorme pecador, resultó ser una exclusiva criatura por el hecho de que fundamentó su actitud de volver a casa en confiar de forma exclusiva en la clemencia de su padre. El mayor, en cambio, exigiendo justicia a su padre por su trabajo, no comprendió la gratuidad del amor y se quedó afuera, en la oscuridad, sin experimentar la alegría de la gratuidad.

¡Solo con una actitud como la de los más jóvenes, confiando únicamente en el cariño y el perdón del Padre, podremos resucitar en Pascua y ser novedosas criaturas!

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y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
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