Reflexión para el Cuarto Domingo de Adviento
Reflexión para el Cuarto Domingo de Adviento
Dejémonos tocar por Dios. Depende de Él llevar a cabo Su plan de amor para nosotros y nuestro papel en el planeta. Afirmemos como María: “Hágase en mí según tu palabra”».
Tras esta reflexión, podemos preguntarnos qué visión contamos de Dios, ¿cuál es nuestra forma de relacionarnos con Él? ¿Queremos manipularlo, llevarlo a justificar nuestros intereses o nos abrimos a la noticia que Él es, sin esperar ajustarlo a nuestra forma de ser, a la inversa, adaptándonos a Su intención?
Padre César Augusto 2 Beatos – Localidad del Vaticano
«La lectura del Segundo Libro de Samuel nos advierte que no podremos encuadrar a Dios en nuestros esquemas y también, incluso, debemos desconfiar de nuestras “buenas intenciones”.
El rey David tiene una idea aparentemente sagrada: crear un hermoso templo para albergar el Arca de la Alianza, pero de todos modos su inconsciente quiere justificar la grandeza de su palacio y colocar a Dios en un espacio.
No obstante, Dios no encaja y menos puede ser utilizado para justificar nuestros caprichos y metas. El Señor, por contra, le dice a David que será Él -Dios- quien edificará una vivienda para David, pero no va a ser algo que pueda envejecer y requerir reparaciones.
Dios le dará a David una descendencia importantísima, una vivienda en el sentido mucho más noble, y de la que nacerá el Salvador. Y ese Salvador, Jesús, después de ser cuestionado por la mujer samaritana sobre el lugar apropiado para reverenciar a Dios, respondió que Dios debe ser adulado en cualquier lugar por personas genuinas que buscan la verdad.
Después de esta reflexión, tenemos la posibilidad de cuestionarnos qué visión contamos de Dios, ¿cuál es nuestra forma de relacionarnos con Él? ¿Queremos manipularlo, llevarlo a justificar nuestros intereses o nos abrimos a la novedad que Él es, sin esperar ajustarlo a nuestra forma de ser, a la inversa, adaptándonos a Su intención?
Esta será la reacción de los individuos de Nazaré. Dios procurará una virgen en Nazaret, un espacio despreciable popular y a nivel económico. No obstante, en la mentalidad de la temporada, una virgen era un individuo despreciable, que no había llamado la atención de ningún hombre. Sin embargo, es exactamente allí, en un pueblo abyecto y en una persona sin relevancia, donde Dios se encarnará.
Por otro lado, María y José tendrán sus vidas absolutamente cambiadas por Dios. Habían premeditado una boda común y una vida apacible. Dios entró en la vida de los novios diciéndole a María que le agradaría que ella fuera la madre de su Hijo y que la acción sería por causa del Espíritu Beato.
María generosamente le dio su sí, sin exigir mucho más explicaciones, sino simplemente obedeciendo a Dios y confiando en su amor.
Joseph de repente se percató de que su novia estaba embarazada y que él no era responsable. No entendía nada, pero no deseaba difamar a quien, a sus ojos, era honesto. No entendió y procedió con justicia. Dios vino a su rescate y le hizo comprender lo que estaba pasando.
Pues María y José se abrieron a la intención de Dios, aceptando la misión que les fue encomendada, la Humanidad se redimió y está eternamente agradecida, al sí de María y al sí de José.
Dejémonos tocar por Dios. Es dependiente de Él hacer Su plan de amor para nosotros y nuestro papel en el planeta. Digamos como María: “Hágase en mí según tu palabra”».
Como esto:
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión para el Cuarto Domingo de Adviento
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios