Reflexión para el Cuarto Domingo de Adviento
Reflexión para el Cuarto Domingo de Adviento

En el Evangelio, Lucas, al hablar de la visita de María a Isabel y, naturalmente, de Jesús a Juan Bautista, revela a Dios visitando a los pobres y marginados.
Padre César Augusto, SJ – Vatican News
“Ser pobre es abandonar los recursos de este planeta, a sus privilegios, en el momento en que las riquezas se oponen a la intención de Dios”.
La primera lectura, tomada de Miqueas, nos dice que el poder va a ser popular y ya no aristocrático. Dios mantendrá su lealtad a la Casa de David en el momento en que eligió al mucho más joven de Isaí para ser un enorme rey de Israel. David no solo derrotó al opresor al vencer a Goliat de un solo tiro, sino que usó su aptitud de pastor para reorganizar y salvar al pueblo. Escucha y comparte
Miqueas, pensando en el advenimiento del rey David, charla que Belén, la ciudad davídica, hoy en día aldea repudiable para los habitantes de la ciudad más importante, va a ser la cuna del que gobernará a Israel, en una manera mayor que la lograda por la hijo de Jesé. .
Esto va a suceder cuando una mujer dé a luz y los compatriotas retornen del exilio. Será la capacitación de la nueva sociedad de la que charlábamos el domingo pasado. Nuevo rey, según el corazón de Dios y, consecuentemente, novedosa sociedad.
El versículo 3 del capítulo afirma que el nuevo rey va a ser la paz. Hace referencia al triunfo de la paz en todo el mundo y al imperio de la justicia en todas partes. No será sólo Israel el que se beneficiará de esta paz, sino el planeta entero.
En el Evangelio, Lucas, al charlar de la visita de María a Isabel y, naturalmente, de Jesús a Juan Bautista, revela a Dios visitando a los pobres y marginados. Jesús, el Salvador, es llevado por María, la escogida, a conocer a los que antes eran despreciados por no tener hijos. Es una visita que celebra la misericordia del Señor. Isabel la saluda bendiciéndolo porque es siendo consciente de que la visita que recibe es la de Dios que salva.
Tanto la 1ª lectura como el Evangelio nos muestran que el sitio social donde Dios se posiciona es entre los pobres. El Señor se identificó con ellos y se realizó uno. Para ellos vino la plenitud de la vida, la Salvación. Quien desee salvarse debe ver que desde el principio de la Historia de la Salvación, el Señor eligió a los pobres y ellos lograron recibir los mandamientos del Señor como un don de Dios. Ser pobre es mucho más que ser parte de una categoría popular. Ser pobre es también una alternativa de vida que pone la confianza en el Señor y no en los recursos y poderes de este mundo.
Ser pobre es abandonar los deseos privados y ególatras a favor de los compañeros de viaje. Ser pobre es renunciar a ser sabio a los ojos del mundo y admitir la Palabra de Dios como la verdad que salva.
Ser pobre es abandonar los bienes de este mundo, a tus privilegios si tales riquezas se oponen a la voluntad de Dios; ser pobre, en definitiva, es buscar la facilidad de la vida pues no sólo la vivió la familia de Nazaret, sino fue la libre elección de Jesús. ¡Ser pobre es ser hijo y ser hermano!
Como esto:
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión para el Cuarto Domingo de Adviento
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios