RELIGION CRISTIANA

Reflexión para el 17º Domingo del Tiempo Ordinario

Reflexión para el 17º Domingo del Tiempo Ordinario

Reflexión para el 17º Domingo del Tiempo Ordinario

Un día, en determinado lugar, Jesús estaba orando. Finalizando la oración, uno de sus acólitos le ha dicho: “Señor, enséñanos a rezar, como también Juan enseñó a sus acólitos”.

“Abraham fue muy humilde en su oración. Jesús también nos muestra humildad en el momento en que nos dice que le solicitemos al Padre que no nos deje caer en tentación. Si Dios no nos ayuda, no lograremos nada, somos débiles, somos polvo”.

Padre César Augusto dos Beatos – Localidad del Vaticano

La lectura del Génesis hablando de la intercesión que Abraham hace a Dios por sus compatriotas, nos sirve de incentivo para rezar bien.

Abraham dialoga con Dios, ruega, muestra sus razones, escucha, regresa a hablar, en fin, son 2 amigos conversando por medio de un diálogo espontáneo y sincero.

En el Evangelio, los discípulos le piden a Jesús que les enseñe a orar.

Jesús comienza diciendo que cuando quieran orar, tienen que dirigirse a Dios llamándolo Padre, por el hecho de que Él es nuestro Padre amado. Jesús da un gran salto adelante de Abraham. Si este último ahora demostró seguridad e privacidad, Jesús sugiere la situación de un hijo que habla con su amado Padre.

Al tiempo, probamos que somos realmente sus hijos cuando solicitamos que su Reino, esto es, sus planes, sus proyectos, sean asimismo los nuestros, se efectúen. Nos encontramos, estamos comprometidos con la realización de la nueva sociedad.

Al mismo tiempo, nos enseña que somos hermanos, con lo que la solicitud del pan de cada día, también hecha en primera persona del plural, en el nosotros, esto es, que aceptamos como propias las pretensiones del resto, así sea el alimento, vivienda, salud, educación, empleo, justicia.

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Nuestra filiación se regresa más genuina cuando le pedimos a Él que perdone nuestras ofensas de la misma manera que nosotros perdonamos a quienes nos han ofendido. “Hijos de los peces, pececitos sois”, afirma un dicho! ¡Hijo de un misericordioso, es también misericordioso! ¡Hijo de un Dios perdona, asimismo perdona!

Abraham fue muy humilde en su oración. Jesús también nos muestra humildad en el momento en que nos dice que le pidamos al Padre que no nos deje caer en tentación. Si Dios no nos ayuda, no lograremos nada, somos débiles, somos polvo.

Finalmente, la enseñanza de Jesús termina con el resultado de nuestra oración, con la seguridad de que quien solicita, recibe; quien busca, encuentra; al que llama, se le abre. ¡Pedid y se les dará!

Es requisito confiar en Dios, reconocerlo como Padre y Padre querido.

Como esto:

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Entrada archivada bajo: Reflejo de la Palabra. Etiquetas: Decimoséptimo Domingo del Tiempo Ordinario.

Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión para el 17º Domingo del Tiempo Ordinario
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios

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