Reflexión litúrgica para el XVI Domingo del Tiempo Ordinario – B

Reflexión litúrgica para el XVI Domingo del Tiempo Ordinario – B

“Al final de nuestras ocupaciones apostólicas, debemos escuchar, en la oración y la reflexión, la opinión del Señor, la red social y la familia”.

Pie. César Augusto 2 Beatos – Ciudad del Vaticano

La primera lectura de este XVI Domingo del Tiempo Ordinario charla de la reprensión que Dios, por medio del profeta Jeremías, hizo a los últimos reyes de Israel en ese tiempo, Joaquín y Sedequías, por no proteger al pueblo, llevado como ciervo a Babilonia.

Desde el Libro del Génesis, Dios nunca fué derrotado por las malas acciones humanas, pero su amor siempre y en todo momento gana. Rápidamente, tras llamar la atención del pueblo y comunicar el castigo, el Señor anuncia la venida de los verdaderos pastores, que deben velar por el rebaño. No obstante, va más allá, levantando un rey entre los descendientes de David. Este rey “haría cumplir la justicia y la rectitud en la tierra”.

Esto es lo que sucedió con la venida de Jesucristo, que no trajo de vuelta el esplendor de Salomón, sino un cambio de corazón. Esta es la diferencia entre los nuevos pastores: no brindaron prioridad a eso que podía corromper a los seres humanos, que mueren, sino a eso que los haría hijos de Dios y hermanos de todos.

Nosotros también deberíamos realizar un examen de conciencia para ver si no hemos traicionado la confianza depositada en nosotros por Dios, por la familia, por los amigos, siendo infieles a nuestros propósitos.

Para saber si nos encontramos en el sendero preciso o si la autoridad, cualquiera que sea, tiene o no la aprobación divina, debemos examinar lo que se hizo, a favor de la justicia y el derecho, y si el liderazgo se ha empleado para ser útil, a pesar de perder. privilegios

En el Evangelio, San Marcos nos da una enorme lección: la necesidad de evaluar nuestro trabajo a la luz divina. O sea lo que hicieron los discípulos en el momento en que regresaron de sus actividades misioneras; le detallaron a Jesús lo que sucedió durante el día.

De ahí que, el agente de pastoral y el laico católico jamás tienen que sucumbir al activismo. Al revés, lo que hacéis es fruto de la oración y de la escucha de Dios. No basta la simple reflexión humana, sino que debemos orar, dialogar con el Señor y percibir lo que nos comunica, en nuestra mente y en nuestro corazón, sobre nuestras ocupaciones. También es requisito oír, en la oración, a nuestra red social ya nuestra familia.

Esperamos que le gustara nuestro articulo Reflexión litúrgica para el XVI Domingo del Tiempo Ordinario – B
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios