¿Quién fue Obed-Edom? ¿Por qué se quedó el Arca en tu casa?
Obed-Edom probablemente fue un levita que vivió en los días de David. La crónica de Obed-Edom es famosa en la Biblia pues recibió el Arca de la Alianza en su casa a lo largo de tres meses. Durante este período, su hogar fue grandemente bendecido por Dios (2 Samuel 6:1-11).
La historia de Obed-Edom
Obed-edom hace aparición en la narración como «el geteo». Esta designación significa que era un hombre de Gat. No obstante, esto provoca una contrariedad de interpretación, ya que el texto bíblico no aclara si la referencia es a la ciudad de Gat de los filisteos o a Gat-rimmón, ciudad levítica en el territorio de Dan o Manasés (Josué 21:23- 25).
Por tal razón, ciertos eruditos piensan que Obed-Edom era un filisteo que vivía en las cercanías de la ciudad de Jerusalén. Sin embargo, es mucho más probable que Obed-Edom fuera un levita de Gat-rimmon.
También cuando charlamos de quién fue Obed-edom, es esencial entender que existen algunos pasajes bíblicos en Crónicas que hablan de este nombre. No cabe duda de que al menos 2 de ellos mencionan a Obed-edom el geteo (1 Crónicas 13:13; 15:25). Pero es bastante difícil determinar si en los otros pasajes la referencia es al mismo Obed-edom oa otras personas del mismo nombre, aun en esos pasajes que se refieren a un período posterior al tiempo en que vivió Obed-edom.
Sea como fuere, en todos estos pasajes este nombre hace aparición en relación con el servicio espiritual en Israel (cf. 1 Crónicas 16,38; 2 Crónicas 25,24). Esto asimismo puede indicar que Obed-Edom era de todos modos un levita.
El Transporte del Arca
El Arca de la Coalición fue el máximo símbolo de la presencia de Dios entre su pueblo en ese período del Antiguo Testamento. De ahí que Dios había instituido una sucesión de reglas sobre de qué manera se debía conducir y transportar el Arca (cf. Éxodo 25,12-14; 37,5; Números 4,15,19; 7,9; Deuteronomio 10,8; Josué 3:8).
Cuando el rey David decidió hacer de Jerusalén la ciudad más importante política y religiosa de su reino, el Arca de la Alianza, que se encontraba en la casa de Abinadad, necesitaba ser llevada a la localidad (2 Samuel 6:1-3). Entonces pusieron el Arca en una carreta de bueyes novedosa conducida por Uza y Ahío, hijos (o descendientes) de Abinadab.
La delegación israelí prosiguió el camino con gran alegría, en el momento en que los bueyes que tiraban de la carreta tropezaron. Entonces Uza se apuró a prolongar su mano para sostener el Arca. Dios, en su santidad, consideró la actitud de Uza una irreverencia y lo hirió. Uza acabó muriendo allí mismo junto al Arca del Señor (cf. 2 Samuel 6:6,7).
La Biblia dice que David se encontraba tremendamente molesto. Es imposible entender si el fundamento del disgusto de David fue exactamente por la actitud precipitada de Uza, por su muerte, o por la forma indebida en que él mismo había tratado de transportar el Arca.
Posiblemente el castigo del Señor no fuese solo porque Uza tocó el Arca, sino más bien pues los israelitas transportaban el Arca de forma errante. Al llevarlo a cabo, descuidaron la guía divina de que el Arca solo debe ser llevada sobre los hombros de los curas. La forma en que lo transportaban se semejaba a la que adoptaron los filisteos (1 Samuel 6:7).
El Arca en la Casa de Obed-Edom
Frente a lo sucedido, David temió al Señor y tuvo temor de llevar el Arca a Jerusalén. Conque mandó que llevaran el arca a la casa de Obed-edom. El Arca de la Coalición estuvo tres meses en la casa de Obed-Edom, y el Señor lo bendijo grandemente.
En el momento en que David fue advertido de la bendición de Dios sobre la casa de Obed-edom, nuevamente se animó y con gozo fue a buscar el Arca de la vivienda de Obed-edom para llevarla a Jerusalén. En esta ocasión, no obstante, el Arca fue transportada correctamente y se hicieron sacrificios de acción de gracias y también intercesión a Dios en el camino (2 Samuel 6:12-19).
Es muy probable que Obed-Edom fuera el hombre cuyos descendientes fueron asignados al servicio del Templo. El escritor de Crónicas está presto a reportar que Dios lo había bendecido (1 Crónicas 13:13, 14; cf. 15:24; 26:4-15). Presuntamente esta bendición se encontraba relacionada con su celo por las cosas del Señor, especialmente en la manera en que cuidaba el Arca del Pacto mientras que estaba en su casa.
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