Querida Amazonia, Exhortación del Papa por una Iglesia con
La Exhortación postsinodal sobre la Amazonía fue publicada este miércoles (02/12).
El documento esboza nuevos caminos de evangelización y cuidado del medio ambiente y de los pobres.
Francisco presagia un nuevo impulso misionero y anima el papel de los laicos en las comunidades eclesiales.
Alejandro Gisotti
“La amada Amazonía se presenta a los ojos de todo el mundo con todo su esplendor, su dramatismo y su misterio”.
De esta manera empieza la Exhortación Apostólica Post-Sinodal, querida amazona.
El Pontífice, en los primeros puntos, (2-4) explica “el sentido de esta Exhortación”, rica en referencias a documentos de las Charlas Episcopales de los países amazónicos, pero también a poesías de autores vinculados a la Amazonía.
Francisco resalta que desea “expresar las resonancias” que el Sínodo provocó en él.
Y aclara que no quiere sustituir ni reiterar el Documento Final, que invita a leer “en su totalidad”, aguardando que toda la Iglesia se deje “enriquecer y cuestionar” por esta obra y que la Iglesia en la Amazonía se comprometerá “a su app” .
El Papa comparte sus “Sueños para la Amazonía” (5-7), cuyo destino debe preocupar a todos, por el hecho de que esta tierra también es “nuestra”.
Así, formula “4 grandes sueños”: que la Amazonía “luche por los derechos de los más pobres”, “que conserve la riqueza cultural”, que “custodie con celo las seductoras bellezas naturales”, que, al final, las comunidades cristianas son “capaces de entregarse y encarnarse en la Amazonía”.
El sueño social: la Iglesia del lado de los oprimidos
El primer capítulo de querida amazona se enfoca en el “Sueño Social” (8).
Destaca que “un verdadero enfoque ecológico” es asimismo un “enfoque popular” y, aun valorando el “buen vivir” de los indígenas, advierte contra el “conservacionismo”, que sólo se preocupa por el medioambiente. Con tonos vibrantes, habla de “injusticia y crimen” (9-14).
Ten en cuenta que Benedicto XVI ahora había denunciado “la devastación ambiental de la Amazonía”.
Los pueblos originarios, dice, están sujetos a la “subyugación” así sea por poderes locales o por poderes externos.
Para el Papa, las operaciones económicas que nutren la devastación, el homicidio y la corrupción merecen el nombre de “injusticia y delito”.
Y con Juan Pablo II, repite que la globalización no debe transformarse en un nuevo colonialismo.
Los pobres se escuchan sobre el futuro de la Amazonía
Frente tanta injusticia, el Pontífice dice que es necesario “indignarse y pedir perdón” (15-19).
Para Francisco son necesarias “redes de solidaridad y avance” y pide el compromiso de todos, incluidos los mandatarios políticos.
El Papa subraya el tema del “sentido de comunidad” (20-22), recordando que, para los pueblos amazónicos, las relaciones humanas “están empapadas de la naturaleza circundante”.
Por eso, escribe, viven un auténtico “desarraigo” en el momento en que se ven “obligados a emigrar a la ciudad”.
La última parte del primer capítulo está dedicada a las “Instituciones degradadas” (23-25) y al “Diálogo popular” (26-27).
El Papa denuncia el mal de la corrupción, que envenena el Estado y sus instituciones.
Y espera que la Amazonía se convierta en “un espacio de diálogo popular” más que nada “con los mucho más pequeños”.
La voz de los pobres, insta, ha de ser “la voz más fuerte” en la Amazonía.
El sueño cultural: cuidar el poliedro amazónico
El segundo capítulo está dedicado al “sueño cultural”. Francisco aclara que “fomentar la Amazonía” no significa “colonizarla culturalmente” (28).
Y recurre a una imagen que le resulta querida: “el poliedro amazónico” (29-32).
Es requisito batallar la “colonización posmoderna”.
Para Francisco es urgente “cuidar las raíces” (33-35).
citando laudato si’ Es Christus Vivit, apunta que la “visión consumista del ser humano” tiende a “homogeneizar las culturas” y esto perjudica particularmente a los jóvenes.
El Papa les pide que acepten sus raíces, que recobren “la memoria dañada”.
No a un indigenismo cerrado, se precisa un encuentro intercultural
La Exhortación se enfoca entonces en el “acercamiento intercultural” (36-38).
Aun las “etnias supuestamente mucho más evolucionadas”, observa, tienen la posibilidad de estudiar de personas que “desarrollaron un tesoro cultural en conexión con la naturaleza”.
La diversidad, por consiguiente, no ha de ser “una frontera”, sino “un puente”, y afirma no a “un indigenismo absolutamente cerrado”.
La última parte del segundo capítulo está dedicada al tema “culturas amenazadas, pueblos bajo riesgo” (39-40).
En cualquier proyecto para la Amazonía, esta es la recomendación del Papa, “es necesario asumir la visión de los derechos de los pueblos”.
Estos, añade, difícilmente pueden salir indemnes si el entorno en el que nacieron y se desarrollaron se “deteriora”.
El sueño ecológico: unir el cuidado del medio ambiente y el precaución de la gente
El tercer capítulo, “Un sueño ecológico”, es el más relacionado con la Encíclica laudato si’.
En la introducción (41-42), predomina que en la Amazonía existe una estrecha relación entre el ser humano y la naturaleza.
Cuidar a los hermanos como el Señor protege de nosotros, reitera, “es la primera ecología que necesitamos”.
El cuidado del medio ambiente y el precaución de los pobres son “inseparables”.
Francisco entonces dirige la atención al “sueño hecho de agua” (43-46).
Citas de Pablo Neruda y otros versistas locales sobre la fuerza y hermosura del río Amazonas.
Con su poesía, redacta, “asisten a liberarnos del pensamiento tecnocrático y consumista que asfixia a la naturaleza”.
Oyendo el grito de la Amazonía, el desarrollo es sostenible
Para el Papa es urgente oír el “grito de la Amazonía” (47-52).
Recuerda que la estabilidad planetario depende de tu salud.
Él redacta que hay fuertes intereses no solo locales sino también internacionales.
La solución, por consiguiente, no es “la internacionalización” de la Amazonía; en cambio, debe medrar “la responsabilidad de los gobiernos nacionales”.
El desarrollo sostenible, prosigue, exige que los habitantes estén siempre y en todo momento informados sobre los proyectos que les conciernen y fomenta la creación de “un sistema normativo” con “límites inviolables”.
Así, Francisco invita a la “profecía de la contemplación” (53-57).
Al percibir a los pueblos originarios, señala, tenemos la posibilidad de querer la Amazonía “y no solo usarla”; podemos encontrar en él “un lugar teológico, un espacio donde Dios mismo actúa y llama a sus hijos”.
La última parte del tercer capítulo se enfoca en la “educación y hábitos ecológicos” (58-60).
El Papa destaca que la ecología no es una cuestión técnica, sino que incluye siempre “un aspecto educativo”.
El sueño eclesial: desarrollar una Iglesia con rostro amazónico
El último capítulo, el más espeso, está dedicado “mucho más de manera directa” a los pastores y leales católicos y se centra en el “sueño eclesial”.
El Papa nos sugiere ir a “desarrollar una Iglesia con rostro amazónico” a través de un “gran anuncio misionero” (61), un “anuncio importante en la Amazonía” (62-65).
Para el Santurrón Padre, no basta con llevar un “mensaje popular”.
Estos pueblos tienen “derecho a anunciar el Evangelio”; de lo contrario, “cada estructura eclesial se convertirá en una ONG más”.
Una parte incesante también está encargada de la inculturación.
Volviendo a Gaudium et speshabla de “la inculturación (66-69) como un desarrollo que conduce “a la plenitud a la luz del Evangelio” de lo bueno en las culturas amazónicas.
Una renovada inculturación del Evangelio en la Amazonía
El Papa dirige su mirada mucho más intensamente, señalando los “Caminos de inculturación en la Amazonía”.
(70-74).
Los valores presentes en las comunidades originarias, redacta, han de ser valorados en la evangelización.
Y en los 2 parágrafos siguientes se detiene en la “inculturación social y espiritual” (75-76).
El Pontífice destaca que, dada la condición de pobreza de varios habitantes de la Amazonía, la inculturación debe tener un “timbre marcadamente popular”.
Al tiempo, no obstante, la dimensión social debe integrarse con la “espiritual”.
Los Sacramentos han de ser alcanzables a todos, singularmente a los pobres
Ahora, la Exhortación indica “puntos de partida para una santidad amazónica” (77-80), que no debe copiar “modelos de otros sitios”.
Señala que “es posible recibir, de alguna forma, un símbolo indígena sin siempre calificarlo de idólatra”.
Se puede valorar, añade, un mito “espeso de significado espiritual” sin necesariamente considerarlo “un paso en falso pagano”.
Lo mismo ocurre con algunas fiestas religiosas que, pese a necesitar un “proceso de purificación”, “contener un significado sagrado”.
Otro pasaje significativo de querida amazona se trata de la inculturación de la liturgia (81-84).
El Pontífice apunta que el Concilio Vaticano II ya había pedido un esfuerzo para “inculturar la liturgia entre los pueblos indígenas”.
Además de esto, recuerda en una nota al artículo que, en el Sínodo, “surgió la iniciativa de elaborar un “rito amazónico””.
Los sacramentos, exhorta, “deben ser alcanzables, singularmente a los pobres”.
La Iglesia afirma, evocando la amoris laetitiano puede transformarse en una “costumbre”.
Obispos latinoamericanos deben mandar misioneros a la Amazonía
Relacionado con este tema está la “inculturación del ministerio” (85-90) a la que la Iglesia debe ofrecer una contestación “intrépido”.
Para el Papa, se debe garantizar “una mayor frecuencia de la celebración de la Eucaristía”.
A propósito, repite, es esencial “determinar qué es más específico del sacerdote”.
La contestación, se lee, está en el sacramento del Orden Sagrado, que permite que solo el sacerdote presida la Eucaristía.
Entonces, ¿cómo tenemos la posibilidad de “asegurar este ministerio sacerdotal” en las zonas más recónditas? Francisco insta a todos los obispos, especialmente a los latinos, a “ser mucho más desprendidos”, orientando a aquellos que “prueban vocación misionera” a escoger la Amazonía y los invita a revisar la capacitación de los curas.
Favorecer un importancia de los laicos en las comunidades
Después de los Sacramentos, Querida Amazonia habla de “comunidades repletas de vida(91-98), en el que los laicos tienen que asumir “responsabilidades importantes”.
Para el Papa, en efecto, no tiene que ver con “sólo hacer más simple una mayor presencia de ministros organizados”.
Un objetivo “con limite” si no provoca “una nueva vida en las comunidades”.
Por consiguiente, se necesitan nuevos “servicios laicales”.
Solo por medio de “un protagonismo incisivo de los laicos”, reitera, la Iglesia va a poder contestar a los “retos de la Amazonía”.
Para el Pontífice la gente consagradas tienen un lugar particular y no deja de recordar el papel de las comunidades de base, que defienden los derechos sociales, y fomenta especialmente la actividad de las REPAM y de los “conjuntos misioneros itinerantes”.
Nuevos espacios para mujeres, pero sin clericalización
Francisco dedica un espacio por fuerza y al don de la mujer (99-103).
Reconoce que, en la Amazonía, algunas comunidades han sobrevivido solo “gracias a la presencia de mujeres fuertes y espléndidas”.
Sin embargo, advierte que la Iglesia no debe reducirse a “estructuras funcionales”.
Si es de este modo, de hecho, tendrían un papel solo si se les concediera acceso a las Órdenes Sagradas.
Para el Pontífice, hay que rechazar la clericalización de la mujer, aceptando, en cambio, la contribución según el modo perfecto femenino, que alarga “la fuerza y la ternura de María”.
Francisco alienta el surgimiento de nuevos servicios para mujeres que, con el reconocimiento público de los obispos, influyan en la toma de resoluciones de las comunidades.
Los cristianos tienen que batallar juntos para defender a los pobres de la Amazonía
Para el Papa, es requisito “agrandar horizontes alén de los conflictos” (104-105) y dejar que la Amazonía se desafíe a sí para “superar perspectivas limitadas” que “continúan enclaustradas en aspectos parciales”.
El cuarto capítulo termina con el tema de la “convivencia universal e interreligiosa” (106-110), “localizar espacios para dialogar y accionar juntos por el bien común”.
“¿De qué manera no combatir juntos? – pregunta Francisco – ¿De qué forma no rezar juntos y trabajar codo con codo para defender a los pobres de la Amazonía?
Encomendamos la Amazonía y sus pueblos a María
Francisco concluye el querida amazona con una oración a la Madre de la Amazonía (111). “Madre, mira a los pobres de la Amazonía –es un fragmento de su oración–, porque su hogar está siendo destruido por tacaños intereses (…) Toca la sensibilidad de los poderosos pues, si bien sentimos que ya es tarde, Tú llámanos a socorrer lo que aún vive”.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Querida Amazonia, Exhortación del Papa por una Iglesia con
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios