¿Qué significa “Donde están dos o tres reunidos en mi

El verso que afirma: “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” quiere decir que el Señor dió autoridad a los creyentes para solucionar reclamaciones en su nombre. En otras expresiones, en este versículo Cristo mismo autoriza que se ejercite disciplina sobre un integrante de la iglesia descarriado. Y la base que legitima esta especialidad es la propia autoridad de Cristo (Mateo 18:20).
Pero muchas personas aplica este versículo de una manera que es absolutamente extraña a su contexto. Usualmente la gente considera que la promesa de Jesús: “Donde 2 o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio” tiene relación primordialmente al mismo tiempo de adoración.
Incluir este verso de manera frecuente se recuerda en cultos públicos donde unicamente se reúne un pequeño conjunto de individuos. Entonces, el razonamiento es que donde 2 o tres se reúnan en el nombre de Jesús, Él estará presente.
Indudablemente, adondequiera que la iglesia se reúna para venerar al Señor en obediencia a su Palabra, Él estará presente, sin importar el número de personas. Además, el Señor Jesús garantizó su presencia a sus seguidores en todo momento hasta el fin de los tiempos; y esta promesa no se encontraba condicionada a que estuviesen en pareja o formando un trío (Mateo 28:20).
Es esencial recalcar esto por el hecho de que algunas personas llegan a meditar que el Señor no estará que se encuentra en sus devociones privadas; pues él mismo habría dicho que sólo estaría presente donde 2 o tres estuvieran reunidos en su nombre.
Obviamente esto no tiene ningún sentido. Sobre todo por el hecho de que todo cristiano está invitado a dividir un instante de su día y, en un espacio reservado, orar en misterio al Padre Celestial (Mateo 6:6). Si el culto público es fundamental para todo creyente que forma la Iglesia de Cristo, también lo es el culto privado. En los dos casos el Señor estará presente.
Donde dos o tres están reunidos en mi nombre
El Señor Jesús ha dicho: “Donde están 2 o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en la mitad de ellos” en un contexto donde exhortaba a sus discípulos sobre de qué forma tratar a un hermano culpable. A este respecto, Jesús indica 4 etapas para aplicar especialidad a un hermano imperfecto.
Primero, el Señor Jesús afirma que si un hermano peca contra otro hermano, el insultado debe tratar de mostrarle al hermano culpable su fallo. Este primer paso debe hacerse en privado. Si el hermano descarriado hace caso a la exhortación y se arrepiente, el problema se soluciona en ese punto (Mateo 18:15).
En segundo lugar, si el hermano culpable no escucha la reprensión privada, entonces una o dos personas han de ser traídas como testigos de la reprensión al hermano no arrepentido; de acuerdo con el principio registrado en la Escritura de que cualquier acusación debe ser confirmada por la palabra de cuando menos dos presentes (Mateo 18:16; cf. Deuteronomio 19:15).
Pero, en tercer lugar, si el hermano culpable sigue sin arrepentirse, entonces el caso debe presentarse ante la Iglesia, que es la asamblea del pueblo de Dios. Pero si aún esa persona culpable persiste en el error y se niega a oír a la Iglesia, entonces, en cuarto sitio, la persona ha de ser excluida de la comunión del pueblo de Dios. Esta persona ha de ser tratada como alguien que todavía necesita una conversión genuina (Mateo 18:17).
La vigencia de la especialidad.
Tras mostrar las 4 etapas de la disciplina que tienen como objetivo restaurar al culpable, llevándolo amorosamente a la reconciliación, el Señor Jesucristo trata de enfatizar que es su propia autoridad la que legitima este proceso de especialidad en la Iglesia.
Es en este sentido que dice que “Todo lo que atares en la tierra va a ser atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra va a ser liberado en el cielo. (Mateo 18:18). Y no obstante, que si 2 se ponen en concordancia en la tierra, el Padre Celestial asimismo se va a poner en concordancia (Mateo 18:19).
Finalmente, Jesús explica por qué todo esto es viable. Él dice: “Pues donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en la mitad de ellos” (Mateo 18:20). Esto quiere decir que exactamente el mismo Señor Jesucristo está presente para validar la actividad judicial de la iglesia en la aplicación de la disciplina a un integrante defectuoso.
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