¿Qué esperar del 2021? ¡Esperanza de un mundo mejor!

Salud, paz, solidaridad, prosperidad, amor, vacunas… En este año 2021, particularmente, brotó una nueva solicitud en medio de la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19) que se ha extendido por todo el mundo. La inmunización durante los próximos meses es la esperanza de que la vida vuelva a la normalidad como era antes. Este es el deseo que debemos cultivar en nuestro corazón: que este “retorno” sea con compromiso, en el cuidado del resto y en la perseverancia por una humanidad mucho más fraterna que edifique un planeta más justo.

Trabajar por el bien común de todos

Al renovar los “mejores deseos para este año que termina de empezar” en la Oración del Ángelus del domingo (3), el Papa Francisco busca ayudar a poner su mano sobre la conciencia de cada cristiano que está viviendo este periodo nublado del coronavirus:

“Entendemos que las cosas mejorarán en la medida en que, con la ayuda de Dios, trabajemos juntos por el bien común, poniendo en el centro a los más enclenques y desfavorecidos. No entendemos qué nos deparará el 2021, pero lo que podemos llevar a cabo cada uno de ellos y todos juntos es comprometernos un poco más en el precaución del otro y de la Creación, nuestra Casa Común”.

Esta declaración del pontífice está en línea con las dos encíclicas publicadas en los últimos cinco años: Laudato Si’ (2015), que expresa el cuidado de nuestra Casa Común, y Fratelli Tutti (2020), que aborda la fraternidad y la amistad popular.

Ahora, el Papa dirige un saludo especial a quienes empiezan el nuevo año con mayores adversidades y realmente necesitan un estímulo: “a los enfermos, a los desempleados, a los que viven en ocasiones de opresión o explotación”.

“Y con aprecio deseo saludar a todas y cada una de las familias, especialmente a las que tienen pequeños pequeños o que están aguardando un nacimiento. Un nacimiento es siempre una promesa de esperanza: estoy cerca de estas familias. Que el Señor te bendiga.”

Una nueva humanidad en el horizonte

El presidente de la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos de Brasil) y arzobispo de Belo Horizonte (MG), Dom Walmor Oliveira de Azevedo, resalta a lo largo del mensaje de Año Nuevo, en referencia al sufrimiento causado por la pandemia del nuevo coronavirus en 2020 , que la palabra fin no es de mal y muerte, sino de vida que resplandece.

“En este tiempo de pandemia y pruebas siempre y en todo momento hay esperanza para un nuevo tiempo. Esta esperanza no es una ilusión. La fe enseña con la resurrección de Jesús que la última palabra no es el mal, ni la muerte. La última palabra es la vida que brilla. Los momentos difíciles que vivimos hay que recordarlos siempre: el dolor y la dificultad no son para toda la vida. Hay alegría delante de ti”, medita.

Para Dom Walmor, 2021 es un año muy importante, pues con la gracia de Dios venceremos la pandemia en un nuevo período que se abrirá, una ocasión a fin de que la humanidad abandone viejos hábitos y prácticas que conducen a la patología.

“En este nuevo año nos encontramos llamados a cambiar nuestra relación con el mundo y con cada hermano y hermana, cultivando pequeños gestos que, sumados, promoverán enormes transformaciones. De esta manera generamos una exclusiva humanidad. Y no corremos el peligro de nuevas pandemias”, vaticina.

Cultura de cuidar y cultivar la perseverancia.

Para el obispo de la Diócesis de Beato André, Dom Pedro Carlos Cipollini, a pesar de las tribulaciones y adversidades con la pandemia, la población no debe perder la esperanza y el valor para combatir los desafíos y superarlos y la comunión con Cristo.

“A inicios de 2021, la palabra que nos viene a la mente es paz. Jesucristo es nuestra paz. La Luz que aparece en Navidad es una Luz que nos trae paz. Que nosotros, llenos de valor y valor, bendigamos a Dios, por el hecho de que Él nos acompaña en esta travesía de este desierto y nos da la fuerza que se requiere para perseverar”, reflexiona en el transcurso de un vídeo grabado para todos y cada uno de los diocesanos.

En este sentido, el Pastor de la Iglesia Católica en el Enorme Antes de Cristodice que 2 pedidos son muy importantes para el 2021: la gracia de recibir la fuerza que se requiere para ser cuidadores de nuestros hermanos, que permanezca entre nosotros la civilización del precaución; y el don de la perseverancia.

“Perseveremos en el bien que hacemos, en nuestra labor, en lo que el Señor nos solicite, en la vida social, aunque no tengamos los encuentros y celebraciones presenciales como antes, pero poco a poco Dios permítanos fortalecer nuestra Iglesia con la plena presencia de la fe y la esperanza de cada uno de ellos”, proyecta.