¿Qué es una basílica y por qué es importante? [FOTOS]

OFICINA CENTRAL, 05 ago. 21/07:00 am (ACI).- Varios católicos se preguntan por qué razón en la Iglesia católica existen algunos santuarios con el título de basílicas y por qué son tan importantes para la vida de fe.

Este artículo fue desarrollado singularmente para responder a estas preguntas.

La palabra “basílica” procede del latín basílica, que deriva del heleno basilike. Significa “casa real”.

En el periodo del Imperio Romano, era el lugar donde se situaba el tribunal de justicia.

Durante la historia, los papas han otorgado el título de “basílica” a un templo gracias a su relevancia espiritual y también histórica.

Una basílica es el centro espiritual y evangelizador de una comunidad y asimismo se utiliza para difundir una particular devoción a la Virgen María, Jesús o algún santurrón.

Las celebraciones rituales que en ellas tienen sitio deben festejarse asimismo en otras iglesias de la diócesis.

Las basílicas asimismo contienen bienes sagrados de la Iglesia Católica, como las tumbas y las reliquias de los beatos; y promover la difusión de los documentos de la Santa Sede.

géneros de basílica

Hay 4 santuarios que ostentan el título de basílica mayor en Roma: la Basílica de San Pedro, la Basílica de Santa María la Mayor, la Basílica de San Pablo Extramuros y la Basílica de San Juan de Letrán.

Testera de la Basílica de San Juan de Letrán / Foto: Ximena Rondón (ACI Prensa)

Una basílica mayor tiene un altar más grande en el que solo el Papa y sus delegados tienen la posibilidad de celebrar Misa. Además de esto, se distingue pues tiene una puerta santa que los fieles tienen la posibilidad de atravesar durante un año santo para ganar una indulgencia plenaria.

Testera de la Basílica de Santa María de los Anjos, en Asís / Fotografía: Ximena Rondón (ACI Prensa)

Las basílicas inferiores son los santuarios que han recibido este título por concesión del Papa o de la Congregación para el Culto Divino y la Especialidad de los Sacramentos.

Tienden a ser santuarios y catedrales que reciben un gran número de peregrinos por los tesoros sagrados que custodian o por su importancia histórica. En suma, hay más de 1500 basílicas inferiores en el mundo entero.

Ciertas mucho más conocidas en Italia son la de San Lorenzo Extramuros, en Roma, la de San Francisco y Santa María de los Anjos, en Asís, la tierra del santurrón de los estigmas.

En otros países, la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en México, la Basílica del Sagrado Corazón (Sacré-Coeur), en Francia, la Iglesia de la Sagrada Familia, en Barcelona, ​​la Basílica de Nuestra Señora de Luján, en Argentina, se conocen la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en Chiquinquirá, en Colombia, y la Basílica de Nuestra Señora de Aparecida, en Brasil.

Basílica del Sagrado Corazón (Sacre-Coeur) en Francia / Foto: Ximena Rondón (ACI Prensa)

Las partes de una basílica

La parte exterior de una basílica tiene por nombre atrio. El vestíbulo interior se llama nártex y luego la nave central, donde se reúnen los fieles, y las naves laterales, donde suelen posicionarse los confesionarios, las capillas y el baptisterio.

Nave central de la Basílica de San Juan de Letrán/ Fotografía: Ximena Rondón (ACI Prensa)

En el ábside, en la cabecera del templo, se encuentra el altar mayor, que tiende a estar cubierto por un baldaquino, una especie de cúpula sostenida por cuatro columnas. El dosel mucho más conocido es el de Bernini, que está en lo alto del altar mayor de la Basílica de San Pedro.

Baldaquino de San Pedro / Foto: Ximena Rondón (ACI Prensa)

En algunas basílicas, como São Pedro y São Paulo Extramuros, debajo del altar mayor se encuentra la tumba de un santurrón o mártir.

En la parte trasera del dosel está el trono donde se sienta el obispo o el papa, si visitan el templo.

Trono de la Basílica de San Juan de Letrán / Fotografía: Ximena Rondón (ACI Prensa)

En el lateral del baldaquín están las sacristías.

La basílica mucho más vieja de todo el mundo es la de San Juan de Letrán. Construido en el palacio de la noble familia de Letrán que el emperador Constantino entregó a la Iglesia Católica. El Papa San Silvestre consagró el templo en el año 324.

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