Público: ser pobre de espíritu es ser libre para amar
La catequesis del Papa Francisco estuvo dedicada a la primera bienaventuranza proclamada por Jesús: bienaventurados los pobres de espíritu.
Bianca Fraccalvieri – Localidad del Vaticano
Este miércoles (02/05) el Aula Pablo VI acogió a una cantidad enorme de leales y peregrinos que llegaron al Vaticano para la Audiencia General.
La semana pasada, el Papa Francisco anunció un nuevo período de catequesis dedicadas a las Bienaventuranzas y hoy ha comentado la primera de las ocho proclamadas por Jesús: Bienaventurados los pobres de espíritu, pues de ellos es el Reino de los Cielos”. (Mt 5,3).
El Pontífice comenzó explicando el concepto de “los pobres”: aquí no se trata sencillamente de pobreza material, sino más bien de ser pobres de espíritu. El espíritu, según la Biblia, es el soplo de vida que Dios comunicó a Adán, es nuestra dimensión mucho más íntima, la dimensión espiritual, la que nos hace humanos, el núcleo profundo de nuestro ser. Por tanto, los “pobres de espíritu” son aquellos que son y se sienten pobres, mendigos, en lo más profundo de su ser.
“¡Cuántas ocasiones escuchamos lo contrario! Es necesario ser alguien, ser alguien… ahí es donde nacen la soledad y la infelicidad: si tengo que ser ‘alguien’, estoy rivalizando con el resto y vivo en una preocupación obsesiva por mi ego. Si no acepto ser pobre, odio todo lo que me recuerda mi fragilidad”.
Digerir tus propios límites
En frente de él, cada uno sabe que, por mucho que haga, siempre y en todo momento queda radicalmente incompleto y vulnerable. No hay ningún truco que cubra esta vulnerabilidad. Todos nosotros es vulnerable por dentro. ¡Pero qué mal vive la gente rechazando sus límites! Vives mal, no digieres el límite. Está allí. Las personas orgullosas no piden ayuda por el hecho de que quieren verse autosuficientes. Cuántos necesitan asistencia, pero el orgullo les impide soliciar asistencia. ¡Y qué difícil es admitir un fallo y pedir perdón!
Francis recordó que cuando da consejos a los recién casados sobre de qué manera proseguir adelante con su matrimonio, dice tres expresiones mágicas: disculpe, gracias, lo siento. “Palabras que vienen de la pobreza”. “Las parejas me comentan que la tercera es la más bien difícil, pues los que son orgullosos no pueden perder las excusas, siempre y en todo momento tienen la razón. No pobre.
Cansado de pedir perdon
A la inversa, el Señor nunca se fatiga de perdonar; somos nosotros los que nos cansamos de soliciar perdon. “El cansancio de pedir perdón es una mala enfermedad.”
Soliciar perdón, añadió el Papa, veja nuestra imagen hipócrita, pero Jesús nos ten en cuenta que ser pobres es ocasión de felicidad y nos muestra la salida de esta angustia de exhibirnos excelentes. Se nos ha dado el derecho de ser pobres de espíritu, pues ese es el sendero del Reino de Dios.
Pero hay que reiterar algo primordial: ¡no debemos transformarnos en pobres de espíritu, pues ahora lo somos! Necesitamos todo. Todos somos pobres de espíritu, mendigos. Es la condición humana.
Los reinos de este mundo caen
El Reino de Dios es de los pobres de espíritu, pero también están los reinos de este mundo, formados por personas con bienes y comodidades. Pero estos son reinos que acaban. El poder de los hombres, aun de los más enormes imperios, pasa y desaparece. “Pero vemos en la televisión, en los periódicos, mandatarios fuertes, poderosos, pero cayeron. Ayer estaban, el día de hoy no están. Las riquezas de este planeta se van, asimismo el dinero. El sudario no tenía bolsillos. Nunca he visto un camión en movimiento tras un cortejo fúnebre”.
Verdaderamente reina quien sabe amar el auténtico bien mucho más que a sí mismo. Este es el poder de Dios. Cristo se mostró poderoso por el hecho de que supo hacer lo que no hacen los reyes de la tierra: dar su historia por los hombres.
“Este es el verdadero poder: el poder de la fraternidad, la caridad, el cariño, la humildad. Eso logró Cristo. Aquí reside la auténtica libertad. Quien tiene las facultades de humildad, servicio, fraternidad, es libre”.
El Papa concluyó entonces:
“Hay una pobreza que debemos admitir, la de nuestro ser, y una pobreza que, en cambio, debemos buscar, esa pobreza concreta, de las cosas de este mundo, para ser libres y poder querer. Buscar siempre la independencia del corazón, la que tiene sus raíces en la pobreza de nosotros”.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Público: ser pobre de espíritu es ser libre para amar
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Cosas interesantes de saber el significado : Dios