São Paulo-SP) – Para los pobladores del sureste y sur del país, la fiesta de Círio de Nazaré, en Belém do Pará, parece una hermosa celebración, con números extraordinarios de personas que asisten a acontecimientos religiosos que comienzan en el mes de agosto con la “Misa del Mandato y la finalización a finales de octubre, mes de la celebración propiamente esa. Pero no es solo eso. Además de enseñar estas increíbles cantidades, en tanto que reúne a más de dos millones de personas y se considera la fiesta religiosa mucho más grande de América Latina, la fiesta fue declarada por el IPHAN como “Patrimonio Cultural de Naturaleza Inmaterial”. Además de los números, es el mayor acontecimiento cultural de Pará, popular como la Navidad de los paraenses que acostumbran a querer “¡Feliz Círio!” y celebre con un almuerzo familiar después de la procesión, que incluye platos tradicionales de la zona: pato en tucupi y maniçoba.
Oficialmente, la celebración se abre a inicios de octubre, en casa de Plácido, el caboclo que habría encontrado la imagen en 1700. El riguroso programa litúrgico se lleva a cabo todos y cada uno de los días hasta fin de mes, con rosarios, misas, consagraciones, vigilias , adoración del Muy santo Sacramento, concierto mariano y, naturalmente, muchas procesiones: del traslado, sendero, río, romería motorizada, Círio de Nazaré, romería ciclista, romería juvenil, romería infantil y predicaciones y acontecimientos.
DespertarCuentan los belenenses que, en 1855, la carreta de bueyes que transportaba la imagen se atascó en un lodazal y los leales lograron tomar prestada una cuerda para amarrarla a la carreta y tirar de la imagen “con buey y todo”. Este pasaje tuvo un profundo encontronazo en los peregrinos y, en 1885, la cuerda se incorporó de manera oficial a la celebración, reemplazando a los animales que tiraban del mármol por la imagen de Nazaré. Los causantes de la organización de la fiesta aseguran que la cuerda tiene 400 metros de largo y cinco centímetros de diámetro. “Nadie puede traducir lo que sienten los peregrinos que tiran de la cuerda a la Basílica el día del Círio. Es una experiencia bien difícil de argumentar a cualquiera que esté mirando o participando. Yo mismo participé únicamente una vez, hace unos veinte años, y aún el día de hoy es algo que me conmueve mucho cuando lo recuerdo”. Informó el Sr. Antônio Benedito Bittencourt, Ministro Nacional de la OFS, Orden Franciscana Seglar.
Orden Franciscana Seglar asistencia en la difusión de información sobre la LepraEl “Emprendimiento Franciscano para la Supresión de la Lepra” hace tiempo que logró formar parte en el calendario de las principales fiestas religiosas nacionales: de este modo fue en 2010 en Aparecida, São Francisco das Chagas, en Canindé, Ceará y en este momento , el estreno en Círio de Nazaret.
Esta es una estrategia esencial puesto que miles, en el caso de Belém, millones de personas forman parte de los acontecimientos y se puede llevar información sobre la lepra a mucha gente”, con toda la acogida de fray Hermano y fray Juvenal, un acercamiento con nueve coordinadores de la OFS, Orden Franciscana Seglar, entre ellos, el Ministro Nacional, Sr. Antônio Benedito, y la Consejera Regional, Sra. Marúcia Conte, quienes estuvieron prestos a reclutar a los hermanos de la orden para ayudar a repartir carpetas a lo largo de las peregrinaciones y procesiones por las calles de Belém. Se definieron tres elementos importante por donde circularían las procesiones: al inicio, en la Catedral; en el medio, sobre la av. Presidente Vargas y al llegar, cerca de la Plaza Basílica de Nossa Senhora de Nazaré. “Fue una experiencia novedosa y muy enriquecedora. Un hombre, al levantar el folleto, miraba, miraba, luego se distanciaba de mí y me estaba midiendo como buscando signos de la enfermedad en mí… entonces me di cuenta de lo grande que es el prejuicio con esta patología. Este trabajo debe seguir, primordialmente para ayudar a la multitud a comprender que el enfermo no puede ser marginado… él no tiene la culpa, ¡simplemente contrajo una patología que, a propósito, tiene cura!”. atestiguó Doña Marúcia.El rector del santuario, Padre Ramos, permitió que las carpetitas fuesen entregadas por voluntarios de la Basílica de Nuestra Señora de Nazaré y el Sr. Antônio Benedito dijo que se encargará de que el material llegue también a la Catedral y que, tras la fiesta, asimismo sea distribuido en escuelas, metas y que los avisos sean fijados en los murales de todas las parroquias de Belém. Asimismo apuntó la continuidad del proyecto de manera permanente después del festival Círio.
En conjunto, se distribuyeron 48.000 carpetas y 300 avisos, poco para el tamaño del partido, pero que es una buena ayuda para difundir información en una zona necesitada.
Coordinadora del Proyecto de Lepra charla a parensesEl Coordinador Provincial del “Proyecto Franciscano para la Supresión de la Lepra”, fr. Miguel da Cruz, ofm, además del amplio programa de participación en los días de celebración prestando asistencia en la Basílica de Nuestra Señora de Nazaré, también concedió 2 entrevistas a “Rádio Nazaré” oportunidad de que puedan charlar sobre el proyecto y la necesidad de dar a conocer información sobre la lepra en el norte del país: “Sabemos la enorme necesidad de hablar sobre la lepra, especialmente en la región amazónica. Los estados del norte tienen varios casos diagnosticados y se necesita mucho más publicidad para conocer otros, recibir régimen y eludir problemas de discapacidad más adelante. La lepra es una enfermedad que actúa en silencio, a lo largo de mucho tiempo. De ahí la relevancia de aprovechar este medio para decir que es una enfermedad curable, y aquí viene otro punto fundamental: si hay cura, ¿por qué sigue cargando tanto prejuicio, tanto estigma? Sabemos de casos de personas que van a ser atendidas en otros ayuntamientos, a veces en otros estados por temor a que familiares, amigos, vecinos se enteren que tienen la patología. Pero en el momento en que uno sabe cómo se transmite, cómo se hace el régimen, que es gratis, incluso la medicación, todo lo que se hace en los centros de salud, entonces la gente empieza a conocer que no es esa enfermedad de los tiempos bíblicos que aterraba a la multitud. Eso es lo que hay que tener claro, tenemos que acoger a nuestros pacientes, no tienen que dejar sus ocupaciones, su trabajo, el ocio, deben continuar con su vida habitual en la vida social”, concluyó.
Por Aguinaldo Campos, especial para este ubicación