Primer domingo de Adviento

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AdvientoAdviento

El Adviento tiene 2 funciones, la de rememorar la primera venida de Jesús, la de Emmanuel, Dios con nosotros, y la de prepararnos para su venida definitiva, que va a ser al final de los tiempos, ¡la Parusía!

Padre César Augusto, SJ – Vatican News

La Gracia de Dios nos bendice con un nuevo camino a través del año litúrgico, donde vamos a poder recibir felicidad sobre gracia, ahondando aún más nuestro camino hacia el establecimiento del Reino de Dios, el Reino de Justicia, Amor y Paz. Como caminando en espiral, volveremos a transitar los mismos secretos, pero de una forma más profunda que las otras veces y experimentando la acción del Señor en nuestro Tiempo. Escucha y comparte

Empezamos con el Adviento, que tiene 2 funciones, la de rememorar la primera venida de Jesús, la de Emmanuel, Dios con nosotros, y la de estar listos para su venida definitiva, que será en el final de los tiempos, ¡la Parusía!

La primera lectura, tomada de Isaías 63:16 – 17:19; 64, 2-7, cuenta una oración donde el fiel se queja a Dios de sus fallos como consecuencia de la ausencia de su gracia. Si Dios no se hubiera apartado de él, habría continuado temiendo al Señor. Y continúa diciendo que con la presencia del Señor se disipan las adversidades, se hace presente la alegría y el hombre no se regresa rehén del mal, acaba diciendo que somos barro y Él, nuestro alfarero, somos todos obras de sus manos. ¡Qué hermosa oración para iniciar el Tiempo de Adviento, donde declaramos que sin la presencia del Señor estamos muertos, no hacemos el bien, no disponemos alegría, pecamos! ¿Estamos de esta manera y deseamos iniciar de nuevo, dejando que el Señor sea nuestro Guía, nuestra Luz, nuestro Padre? Este es el instante conveniente para conducirnos a la santidad, o sea, a la fraternidad, al reconocimiento de que somos hijos del mismo Padre. Salmo 80 (79) con su estribillo “¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos!” nos muestra exactamente la actitud opuesta de Adán y Eva, quienes tras el pecado escaparon de la existencia de Dios (Gén 3, 8-10).

El Evangelio, Mc 13, 33-37, charla de velar. ¡Hemos de estar siempre alerta! El Señor supuestamente está ausente, pero sabemos que es omnipresente, por lo tanto, su aparente ausencia no debe permitirnos tener una actitud distendida, sino que recomienda que permanezcamos siempre alarma, no tensos, sino más bien alarma. Sabemos que el Señor es nuestro amigo y desea nuestro bien; no nos preparará una sorpresa desagradable, pero su llegada, ahora anunciada, debe llevarnos a una actitud constante de atenta espera, porque nuestro salvador, nuestro redentor, va a llegar a cualquier hora y ¡queremos estar lúcidos para recibirlo! ¡Qué bueno es amar y sentirse amado!

Cuando esperamos a un ser querido, embellecemos a la gente y al hogar; las calles se engalanan, todo respira satisfacción, todo manifiesta alegría! Nuestros indígenas decoraban el lugar donde desembarcaría el visitante y decoraban el sendero a la cabaña donde se hospedaría. Los cantos y bailes formaban una parte de la “etiqueta” de recepción. ¿Cómo será nuestro Adviento este año? La pandemia no puede ser una excusa para relajarse. Siguiendo los protocolos sanitarios, que no tienen que descuidarse, vamos a poder demostrar nuestra alegría al acoger al Señor, que está que se encuentra en los pobres, en los pequeños, en los marginados, en los que padecen, ¡en todas partes! Es mucho más, deseando agradar al Señor, actuemos más como María que como Marta, estemos alerta a sus palabras dirigidas a nuestro corazón y, no tanto a las cosas prácticas, preocupadas por los adornos, los regalos y las cenas, salvo que sea para agradar necesidades de los indigentes y necesitados. ¡Hay que ver! El Señor llegará a lo largo de la obscuridad, causada por la falta de luz, salud, libertad, confusión mental, en el reino de la patraña, la opresión, a lo largo de algún tipo de esclavitud, etc.

¿Cuáles son las señales del amanecer en mi vida? ¿En mi familia, en mis amigos, en mi trabajo, en mi fe?

La segunda lectura, tomada de 1 Cor 1,3-9 charla de la lucidez y positividad de aquella Comunidad ejemplar, pero que desde el versículo 10, Pablo va a llamar la atención para no ser partidista, sino más bien unido. De ahí que, siempre atentos, siempre señales, aun en los instantes en que estamos agradecidos a Dios por su acción en nosotros, en nuestra red social.

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Esperamos que le gustara nuestro articulo Primer domingo de Adviento
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios