IGLESIA

¿Por qué “El espíritu está listo pero la carne es débil”?

la declaración «El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil» significa que la naturaleza humana es frágil y tiene sus debilidades, al paso que el espíritu quiere llevar a cabo el bien. Fue Jesús quien pronunció estas expresiones mientras estaba en el Huerto de Getsemaní (Mateo 26:41; Marcos 14:38).

Pero muchas personas malinterpreta esta declaración de Jesús. Mucha gente aun usa la expresión “la carne es enclenque” como una especie de justificación para una vida de pecados recurrentes. Sin embargo, la declaración de Jesús no guarda relación con este tipo de comprensión.

¿Cuándo dijo Jesús que la carne es enclenque?

Jesús dijo que la carne es enclenque la noche en que fue traicionado y detenido. Es importante comprender esto porque la declaración «El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil» debe ser considerado a la luz de su contexto.

Esa noche Jesús estaba pasando por un instante realmente difícil. Él mismo declaró que se encontraba enfrentando una gran angustia (Mateo 26:38). Todo esto por el hecho de que Jesús se encontraba a puntito de tomar el cáliz amargo que se le proponía. Por eso en su oración ha dicho: “Padre, si es viable, separa de mí esta copa” (Mateo 26:39). Esa copa era la furia de la furia divina que sería derramada sobre Él a raíz del pecado que Él tomó sobre Sí mismo.

Entonces, en ese instante decisivo en la narración de la redención, Jesús fue al Huerto de Getsemaní a orar. Allí invitó a sus tres acólitos mucho más próximos a un lugar más apartado. Así que les pidió a Pedro, Santiago y Juan que velaran y oraran con Él. Entonces Jesús se adentró un tanto mucho más en el jardín.

Los tres acólitos, no obstante, no pudieron entrar a la solicitud de Jesús. Tan rápido como se han quedado dormidos. En el momento en que Jesús volvió, encontró a los tres durmiendo. Fue entonces cuando le dijo al Apóstol Pedro: “Velad y orad, a fin de que no entréis en tentación; El espíritu está preparado, pero la carne es débil» (Marcos 14:38).

el espíritu está listo

Antes de decir que la carne es enclenque, Jesús dice que el espíritu está dispuesto. Evidentemente este espíritu del que habla Jesús no debe confundirse con el Espíritu Santurrón. En verdad, Jesús habla del espíritu del ser humano en su relación con Dios. Las traducciones bíblicas contribuyen a esta comprensión al registrar la palabra espíritu con su letra inicial minúscula.

Por ende, el espíritu que Jesús afirma que está listo debe comprenderse como el ser invisible del hombre, visto en su relación con Dios. Es por medio de su espíritu que el hombre adora a Dios y recibe el favor divino. Jesús ha dicho cuando los verdaderos adoradores adoran al Padre en espíritu y en verdad (Juan 4:23).

la carne es enclenque

Jesús dice que la carne es enclenque exactamente para realizar un contrapunto al espíritu que está preparado. Así que en este contexto donde Jesús declara que la carne es enclenque, el significado de la palabra «carne» no debe malinterpretarse con ese significado tan común en otras unas partes del Nuevo Testamento que indica la naturaleza humana corrupta y caída, y que es la fuente del pecado deseo pecaminoso (cf. Romanos 7:25; 8:4-9).

W. Hendriksen dice que la palabra “carne”, en el sentido que se le atribuye en la expresión “la carne es débil”, señala la naturaleza humana considerada desde el prisma de su fragilidad y necesidades, tanto físicas como psíquicas (cf. Isaías 40, 6-8). J. MacArthur afirma que Cristo mismo también se encontraba familiarizado con el sentimiento de las anomalías de la salud humanas (Hebreos 4:15). Estas debilidades, sin embargo, deben ser sometidas a la intención divina.

Entonces al decir eso «El espíritu está preparado, pero la carne es enclenque»Básicamente, Jesús estaba diciendo que el espíritu siempre y en todo momento está dispuesto, pero la carne, con sus debilidades naturales, no prosigue esta predisposición. Esto fue clarísimo en el comportamiento de los acólitos.

Esa noche en Getsemaní, los acólitos de Jesús estaban en una verdadera batalla entre su espíritu listo y su carne débil. El espíritu de cada uno de ellos se encontraba presto a entregar el pedido de Jesús y permanecer alarma en la oración; pero la carne enclenque los se encontraba adormeciendo, y de este modo, en determinado sentido, los hacía vulnerables a los deseos de Satanás.

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