Poeta enterrado en el suelo de Bellaghy

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Poeta enterrado en el suelo de Bellaghy

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Descansará en el suelo de Bellaghy, no lejos de la ciénaga de Toner donde su gente corta el césped. Que él también descanse cómodamente en el tierno abrazo de Dios mientras recorre la corta distancia del mundo de las letras hacia la paz de la Palabra de Dios hecha carne”.

El padre Francis Bradley, administrador diocesano de la diócesis de Derry, se basó en las evocadoras palabras de Seamus Heaney el día que el poeta más importante de Irlanda fue enterrado en el cementerio de Bellaghy en Derry.

En un comunicado, el padre Bradley ofreció sus condolencias a la esposa del poeta, Marie, a sus hijos Catherine Anne, Christopher y Michael, ya toda su familia y muchos amigos en nombre de los sacerdotes y el pueblo de la diócesis de Derry.

La Misa fúnebre del Premio Nobel tuvo lugar el lunes (2 de septiembre) en la Iglesia del Sagrado Corazón, Donnybrook, en Dublín. El celebrante principal fue un amigo de la familia, monseñor Brendan Devlin, quien habló en su homilía sobre las bienaventuranzas.

“No puede dejar de sorprendernos cuántos de ellos se aplican fácilmente a nuestros recuerdos de Seamus Heaney”, dijo Monseñor Devlin.

“Cuán benditos son los de espíritu apacible; los que tienen hambre y sed de ver prevalecer el bien; los que muestran misericordia a los demás; aquellos que quieren ver la paz establecida. Cuánto de eso es una descripción del hombre que conocimos, del brillante crítico literario, del articulador de los años de dolor en el Norte”.

El sacerdote de Derry, monseñor Devlin, quien también es profesor emérito de lenguas modernas en St Patrick’s College Maynooth, dijo que él y Seamus Heaney cuando eran jóvenes asistían a devociones en las noches de mayo y recitaban la letanía.

“Como muchos de nuestra generación, ambos heredamos, él en las llanuras del sur de Derry, yo en las colinas de Tyrone, la imaginación y con ella la memoria de una comunidad. Lo que era importante no eran tanto las oraciones que hacíamos o no decíamos, sino las oraciones que se habían dicho ante nosotros durante generaciones, generaciones cuyas lealtades ganadas con tanto esfuerzo estaban tan auténticamente encarnadas en el hombre y tan vibrantemente expresadas en su obra”, dijo. dijo.

Seamus Heaney, de setenta y cuatro años, murió en el hospital el viernes después de una breve enfermedad. Cientos de personas asistieron a su misa fúnebre. Los co-celebrantes de la misa fueron el auxiliar de Dublín, el obispo Eamonn Walsh, el arzobispo de Dublín de la Iglesia de Irlanda, el reverendo Dr. Michael Jackson y Dom Mark Patrick Hederman de Glenstal Abbey.

El presidente Michael D Higgins, Taoiseach Enda Kenny, Tanaiste Eamon Gilmore y la Ministra de Protección Social, Joan Burton y miembros de otros partidos políticos, así como representantes del mundo de las artes. Estos incluyeron a Michael Longley, Frank McGuinness y Tom Murphy, el poeta Garech De Brun y el actor Barry McGovern, la autora Edna O’Brien, el pintor Robert Ballagh y muchos más.

En el servicio de mudanza del domingo, el arzobispo Diarmuid Martin colocó una copia de la Biblia sobre el ataúd y dijo que era apropiado que Seamus Heaney tuviera estas palabras con él ahora que “su vida se construyó alrededor de las palabras”.

El arzobispo habló de la amabilidad y humildad de Seamus Heaney y de cómo él era “un buscador de lo más profundo de nuestra humanidad común”.

La homilía en el retiro estuvo a cargo del padre Kevin Doran, quien recordó haber conocido a Seamus Heaney hace siete años en Glendalough cuando Heaney vino a leer su poema ‘St Kevin and the Blackbird’.

El padre Doran habló de la leyenda de cómo el mirlo construyó su nido en la mano de San Kevin y luego San Kevin tuvo que mantener su brazo extendido hasta que los huevos eclosionaron. Dijo que el poema hizo puntos universales sobre el sufrimiento, la perdurabilidad y la crianza.

Se han abierto libros de condolencias en Mansion House en Dublin, City Hall en Belfast y Guildhall en Derry.