Pie. Beozzo: “La Amazonía es un compromiso de todos”

Resaltando la experiencia de haber participado en el Sínodo de la Amazonía y el envío del archivo final, el coordinador general de CESEEP (Centro Ecuménico de Servicios de Evangelización y Educación Popular), p.

José Oscar Beozzo pronunció una conferencia en la tarde del sábado (07/12), durante el 6º Acercamiento Antes de CristoFe y Política, efectuado en el auditorio de la Capacitad de Derecho de São Bernardo.

Correspondiente a la diócesis de Lins, dentro del estado de São Paulo, el p.

Beozzo completó recientemente 55 años de sacerdocio, siendo ordenado en 1964, a lo largo del Concilio Vaticano II.

Estudió en el Seminario de Lins, estudió filosofía en São Paulo y Aparecida, teología en Roma, Italia, y luego realizó una maestría en ciencia y política social, en Bélgica.

Fue rector del Instituto Teológico de Lins, trabajando en pastoral juvenil y universitaria.

Desde 1974 forma parte de la Comisión de Historia de la Iglesia en América Latina, siendo presidente en Brasil y América Latina.

Concedió una entrevista única al reportaje de la Diócesis de Santurrón André.

Contrastar:

¿Cuál es el primordial legado que deja el Sínodo del Amazonas?

“El mensaje más grande que puedo decir, que se ajusta a la enorme intuición de este sínodo, es que la Iglesia somos todos nosotros.

Sé que se efectuó un Sínodo en la diócesis de Santurrón André y se pide que esta sinodalidad, que la toma de decisiones en las pequeñas comunidades, en las parroquias, en la diócesis, no pase sin percibir la voz de todos los bautizados.

Y lo que pase en la Amazonía es responsabilidad de la Casa Común.

Es de todos nosotros.

Si el clima se hunde, el calentamiento global, somos todos los que nos iremos por el desagüe.

Entonces, la Amazonía es un llamado a fin de que todos nos unamos a este deber con nuestra Casa Común”

¿Y qué peculiaridades podría poner énfasis como puntos diferenciadores de este sínodo, con relación a los precedentes??

“Este sínodo es de una relevancia excepcional.

Refundó el instituto de los sínodos, por el hecho de que había una preparación que nunca se había hecho en los sínodos anteriores, de conocer las comunidades indígenas.

Se visitaron 162 personas.

Toda esta escucha fue sistematizada y tuvo un enorme encontronazo.

El Papa Francisco hizo hincapié en llamar a los pueblos indígenas.

Creo que ese es el diferencial del sínodo.

Dijeron que era la primera oportunidad que se escuchaban y tenían voz.

Voces muy importantes.

Lo mismo con las mujeres” “Al final, se escogió una comisión de obispos asesores para la exhortación postsinodal.

Y el Papa nombró a algunos, entre ellos tres indígenas, 2 de los cuales son mujeres (una laica, una laica y una religiosa)”“Otra cuestión inédita es que las proposiciones siempre se mantuvieron en secreto, pero el Papa hizo dos cosas: propuestas firmadas y los votos de cada iniciativa publicada.

Daba alguna transparencia”.

¿Tuviste un diálogo con el Papa Francisco en algún momento durante el Sínodo??

“Él se encontraba tomando una taza de café y gocé el instante, jajaja.

Primero le agradecí su situación sobre los mártires.

Prácticamente un mes después de la decisión del Papa Francisco, el 21 de abril de 2013, ordenó que se liberara el desarrollo, diciendo que a Oscar Romero lo mataron por causa de la justicia, por causa de la fe.

Ya fue canonizado” “Y lo mismo le pasó a entre los obispos firmantes del pacto de las catacumbas, monseñor Enrique Angelelli, de la diócesis de La Rioja, en Argentina, que fue asesinado por los militares.

Pero su versión fue que fue un accidente de tráfico y todos se lo tragaron.

Hace dos años, tres generales fueron condenados a cadena perpetua por haber revuelto las pruebas e impedido la investigación de la desaparición del obispo y tres campesinos”.

Cuéntanos más sobre esta charla.

“Y el Papa, cuando era presidente de la Charla Episcopal, antes de ser escogido, fue a festejar a La Rioja y mencionó que Monseñor Angelelli era un mártir de la justicia.

Le di las gracias y le entregué un libro que había escrito sobre el pacto de las catacumbas, en el que hay una fotografía del obispo Angelelli arriba de un carro con una campesina”.

Este libro es interesante y un registro que dura múltiples décadas.

Charló de algo relacionado con este país.?

“Sí.

Entregué otro estudio de la Iglesia en Brasil en el Concilio Vaticano II y le dije que le agradecía por volver a encarrilar a la Iglesia con el Concilio.

Aproveché para charlar de Dom Luciano (Mendes de Almeida, 1930-2006), solicitado de la presidencia de la comisión histórica para el proceso de beatificación y canonización.

Entonces le dije.

‘Deseaba hablar sobre el proceso de Dom Luciano’.

El dice.

‘Está caminando’.

Pero le devolví ‘va despacio (risas)’.

Mencionó que tenía un mensaje de su hermano (el académico Cândido Antônio Mendes de Almeida), que tiene 92 años, y quería verlo canonizado antes de morir”.

Pie.

Beozzo, y cómo surgió la invitación a participar en el Sínodo? Descubrí que el cardenal Dom Cláudio jugó un papel fundamental.

“Preciso.

Tuve una relación bastante antes con el cardenal Dom Cláudio Hummes, puesto que fue él quien me invitó a unirme al conjunto que preparaba el Sínodo.

Sin embargo, terminé enfermándome de un cáncer muy violento.

Estuve fuera del trabajo durante un año.

Yo no podía leer, ¿ven? Mucha quimioterapia.

En el momento en que se encontraba progresando, los obispos solicitaron preparar un seminario, que se llevó a cabo en el mes de julio (2019), en Brasilia, con un conjunto de obispos de Brasil, Ecuador y Colombia.

Querían que fuera al Sínodo.

Entonces dije que precisaría permiso de mi obispo, de los servicios asumidos y de los médicos.

Faltando quince días, mi médico autorizó mi participación”