Pasión del Señor – San Juan 18, 1-40. 19, 1-42 –
Pasión del Señor – San Juan 18, 1-40. 19, 1-42 – Viernes Santo 2020
San Juan 18, 1-40
1. Después de estas palabras, salió Jesús con sus discípulos más allá del arroyo Cedrón, donde había un jardín, en el que entró con sus acólitos. 2. Judas, el traidor, asimismo conocía ese rincón, por el hecho de que Jesús iba frecuentemente allí con sus acólitos. 3. Entonces Judas tomó la cohorte y la guardia de los sumos sacerdotes y de los fariseos, y llegaron allí con linternas, antorchas y armas. 4. Como Jesús sabía todo lo que le iba a pasar, se adelantó y les preguntó: “¿A quién buscáis?”. 5. Respondieron: “A Jesús de Nazaret”. “Soy yo”, les dijo. (Judas el traidor asimismo se encontraba con ellos.) 6. Cuando les ha dicho: “Yo soy”, se retiraron y cayeron al suelo. 7. Les preguntó por segunda vez: “¿A quién buscáis?”. Afirmaron: “A Jesús de Nazaret”. 8. Jesús respondió: “Te dije que yo soy. Conque si me andas intentando encontrar, déjalos ir”. 9. De este modo se cumplió la palabra que ha dicho: De los que me diste, no he perdido ninguno (Jn 17,12). 10. Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó e hirió al siervo del supremo pontifice, cortándole la oreja derecha. (El nombre del sirviente era Malco.) 11. Pero Jesús le ha dicho a Pedro: “¡Vuelve tu espada a su vaina! ¿No he de tomar la copa que el Padre me ha dado?” 12. Entonces la cohorte, el tribuno y los guardas de los judíos arrestaron a Jesús y lo anudaron. 13. Lo llevaron primero a Anás, pues era suegro de Caifás, que era el sumo sacerdote ese año. (= Mt 26,57-75 = Mc 14,53-72 = Lc 22,54-71) 14. Fue Caifás quien había dado el consejo a los judíos: “Es preferible que muera un hombre en vez del pueblo ”. 15. Simón Pedro prosiguió a Jesús, y otro acólito. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús en el patio de la vivienda del sumo sacerdote, 16.pero Pedro se quedó afuera a la puerta. Pero el otro acólito (que era conocido del sumo sacerdote) salió y charló al portero, quien dejó entrar a Pedro. 17. La portera le preguntó a Pedro: “¿No eres tú asimismo entre los acólitos de ese hombre?” “No lo soy”, respondió. 18. Los sirvientes y los guardas encendieron fuego, porque hacía frío, y se calentaron. Pedro también estaba con ellos, parado y calentándose. 19. El sumo sacerdote preguntó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina 20. Jesús le respondió: “Yo hablé públicamente al planeta. Enseñé en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen los judíos, y nada charlé en misterio. 21.¿Por qué razón me cuestiones? Pregunta a los que oyeron lo que les dije. Estos saben lo que enseñé. 22. A estas palabras, uno de los guardas presentes abofeteó a Jesús, diciendo: “¿De este modo respondes al supremo pontifice?” 23. Jesús le respondió: “Si hablé mal, demuéstralo, pero si charlé bien, ¿por qué me pegas?”. 24. (Anás lo envió atado a Caifás, el supremo pontifice.)* 25. Simón Pedro se encontraba allí calentándose. Le preguntaron: “¿No eres tú también uno de sus discípulos?” Él lo negó diciendo: “¡No!”. 26. Entre los siervos del supremo pontifice, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le ha dicho: “¿No te vi yo con él en el jardín?” 27. Pero Pedro volvió a negarlo, y al momento cantó el gallo. (= Mt 27,1s.11-31 = Mc 15,1-20 = Lc 23,1-25) 28. De la casa de Caifás llevaron a Jesús al pretorio. Era temprano en la mañana. Pero los judíos no entraron en el pretorio, para no contaminarse y poder comer la Pascua.* 29. Entonces Pilato salió a ellos y les preguntó: “¿Qué acusación traéis contra este hombre?” 30. Ellos respondieron: “Si este hombre no podría haber sido un criminal, no te lo habríamos entregado”. 31. Entonces Pilato ha dicho: “Tómalo y júzgalo según tu ley”. Los judíos le respondieron: “No nos es lícito matar a absolutamente nadie”.* 32. De esta forma se cumplió la palabra con la que Jesús señaló la clase de muerte que debía morir (Mt 20,19). 33. Pilato entró en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?” 34. Respondió Jesús: “¿Afirmas esto por tu cuenta, o te lo dijeron otros de mí?” 35. Pilato dijo: “¿Soy judío? Tu nación y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué hiciste?”. 36. Jesús respondió: “Mi Reino no es de este planeta. Si mi reino fuera de este mundo, precisamente mis súbditos habrían luchado a fin de que yo no fuese entregado a los judíos. Pero mi Reino no es de este mundo”. 37. Entonces Pilato le preguntó: ¿Eres tú, pues, rey? Jesús respondió: “Sí, soy un rey. Es dar testimonio de la realidad de que nací y vine al mundo. Todo el que es de la realidad oye mi voz”. 38. Pilato le ha dicho: “¿Qué es la verdad?…”. Diciendo esto, volvió a salir, fue donde los judíos y les dijo: “No acercamiento en él ningún delito. 39. Pero es costumbre entre vosotros que en Pascua les suelten un preso. ¿Deseas que te suelte al Rey de los judíos? 40. Entonces todos volvieron a vocear y afirmaron: “¡No! ¡Este no! ¡Pero a Barrabás!”. (Barrabás era un ladrón.)”
San Juan 19, 1-42
“1. Entonces Pilato mandó azotar a Jesús. 2. Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza y lo cubrieron con un mantón de púrpura. 3. Vinieron a él y le afirmaron: “¡Salve, rey de los judíos!” Y lo abofetearon. 4. Pilato volvió a salir y les ha dicho: “Mirad, lo traigo fuera, a fin de que sepáis que no acercamiento en él ninguna acusación”. 5. Entonces apareció Jesús, con la corona de espinas y el manto de púrpura. Pilato ha dicho: “¡He aquí el hombre!” 6. Cuando los sumos curas y los guardias lo vieron, gritaron: “¡Crucifícalo! Crucifícalo. Pilato les ha dicho: “Tomadlo y crucificadlo, porque yo no hallo en él delito”. 7. Los judíos le respondieron: “Contamos una ley, y según esa ley debe fallecer, porque se declaró Hijo de Dios”. 8. Estas expresiones impresionaron a Pilato. 9. Entró nuevamente en el pretorio y preguntó a Jesús: “¿De dónde eres?”. Pero Jesús no le respondió. 10. Entonces Pilato le ha dicho: “¿No me respondes? ¿No sabéis que tengo poder para soltaros y crucificaros?” 11. Jesús respondió: “No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubieran dado desde arriba. En consecuencia, el que me entregó a ti tiene mayor pecado”. 12. Desde ese momento Pilato procuró soltarlo. Pero los judíos gritaron: “Si lo sueltas, no eres amigo del emperador, por el hecho de que todo el que se hace rey se afirma contra el emperador”. 13. Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y se sentó en el tribunal, en el sitio llamado Lajeado, en hebreo Gábata.* 14. (Era la Preparación de la Pascua, como en el momento sexta.) Pilato ha dicho a los Judíos: “¡Ahí tienes a tu rey!”* 15.Pero ellos chillaron: “¡Fuera con él! ¡Fuera con él! ¡Crucifícale!”. Pilato les preguntó: “¿He de crucificar a vuestro rey?” Los sumos curas respondieron: “¡No poseemos más rey que César!”. 16. Entonces se lo entregó a fin de que lo crucificaran. (= Mt 27,32-56 = Mc 15,21-41 = Lc 23,26-49) 17. Entonces llevaron consigo a Jesús. Él mismo llevó su cruz fuera de la región, hacia el lugar llamado Martirio, en hebreo Gólgota.* 18. Allí lo crucificaron, y con él otros 2, uno a cada lado, y Jesús en medio. 19. Pilato también escribió una inscripción y la fijó sobre la cruz. En él se encontraba escrito: “Jesús de Nazaret, rey de los judíos”. 20. Muchos de los judíos leyeron esta inscripción, pues Jesús fue crucificado cerca de la ciudad y la inscripción se encontraba escrita en hebreo, latín y heleno. 21. Los sumos curas de los judíos afirmaron a Pilato: “No escribas: Rey de los judíos, sino más bien: Este mencionó que era el rey de los judíos”. 22. Pilato respondió: “Lo que escribí, escribí”. 23. Después de que los soldados colgaron a Jesús, tomaron sus ropas e hicieron 4 unas partes de ellas, una para cada soldado. Pero la túnica, tejida de arriba abajo, no tenía costura. 24. Entonces se dijeron unos a otros: “No la partamos, sino más bien echemos suertes sobre ella para ver de quién va a ser”. De este modo se cumplió la escritura: Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi túnica echaron suertes (Sal 21,19). Eso es lo que hicieron los soldados. 25. De pie al lado de la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la mujer de Cleofás y María Magdalena. 26. En el momento en que Jesús vio a su madre y al discípulo a quien amaba parado junto a ella, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. 27. Entonces dijo al discípulo: “Aquí está tu madre”. Y desde aquella hora de ahora en adelante el acólito la recibió como a su madre. 28. Entonces, sabiendo Jesús que todo se encontraba consumado, para dar pleno cumplimiento a la Escritura, ha dicho: “Tengo sed”. 29. Allí había un jarrón lleno de vinagre. Los soldados llenaron una esponja con vinagre y, fijándola en una varilla de hisopo, llegaron a su boca. Inclinó la cabeza y entregó su espíritu. 31. Los judíos tenían miedo de que los cuerpos quedaran en la cruz durante el sábado, por el hecho de que era preparación y ese sábado era particularmente solemne. Le rogaron a Pilato que les rompiera las piernas y se las llevara.* 32. Vinieron los soldados y le quebraron las piernas al primero y al otro, que estaban crucificados con él. 33. Cuando llegaron a Jesús, no obstante, como le vieron ahora muerto, no le quebraron las piernas, 34. sino que uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y, instantaneamente salió sangre y agua. 35 El que fue testigo de este suceso lo testimonia (y su testimonio es fiel, y él sabe que dice la verdad), para que creáis. 36. Así se cumplió la Escritura: Ninguno de sus huesos será quebrado (Ex- 12,46). (= Mt 27,57-61 = Mc 15,42-47 = Lc 23,50-56) 38. Tras esto, José de Arimatea, que era acólito de Jesús, pero en secreto, por miedo a los judíos, suplicó a Pilato a la autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato lo dejó. Así que fue y se llevó el cuerpo de Jesús. 39. Nicodemo (el que antes había ido a Jesús a la noche) lo acompañó, tomando unas cien libras de una mezcla de mirra y áloes. 40. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en telas con los olores, como lo enterraban los judíos. 41. En el lugar donde fue crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que aún no había sido puesto nadie. 42. Allí depositaron a Jesús por la Preparación de los judíos y la proximidad del sepulcro. (= Mt 28,1-10 = Mc 16,1-10 = Lc 24,1-12)”
Fuente: Biblia católica on-line
“Por fidelidad al Padre ahora la humanidad, Jesús toma la cruz y consume su historia en ella. Unámonos a él, siervo sufriente, y acompañémoslo en su juicio y condenación. Esta celebración, que fomenta en nosotros la solidaridad con los que padecen, está marcada por el desprendimiento y el silencio y consta de tres partes: Liturgia de la Palabra; adoración de Cristo en la cruz; rito de comunión. (Liturgia día tras día)
Jesús es entregado a los contrincantes
Dom Orani João Tempesta lo decía de este modo: “El Señor que es verdadero Hombre es asimismo verdadero Dios y, por consiguiente, lo sabe todo, para adivinar: “Uno de nosotros me traicionará”. Todos los doce no señaló a su hermano, sino que, por el contrario, examinó su propia conciencia: “¿Soy yo, Señor? ”, hasta el momento en que surge el verdadero culpable. es judas Toma el pan, se lo come y se va a llevar a cabo su deplorable y vergonzosa traición. Regresa con los soldados -que asimismo cumplían órdenes- y todavía tiene el descaro de besar al Señor, que le reprocha dulcemente: “Judas, ¿con un beso andas traicionando al Hijo de Dios?”.
Jesús es sentenciado a muerte
“Pilato se enfrenta a un misterio que no puede entender. Lleve a cabo cuestiones y pida explicaciones. Busca una solución y llega, quizás, al umbral de la realidad. Pero elige no cruzarlo. Entre la vida y la realidad, escoge tu vida. Entre el hoy y la eternidad, elige el hoy. La multitud elige a Barrabás y deja a Jesús. La multitud desea justicia en la tierra y escoge al castigador: aquel que logre liberarlos de la opresión y el yugo de la esclavitud. Pero la justicia de Jesús no se realiza con una revolución: pasa por el escándalo de la cruz”. (Cardenal D. Gualtiero Bassetti – Vía Crucis del Vaticano)
Jesús lleva la cruz
“¡En el duro camino hacia el Gólgota, Jesús no llevó la cruz como un premio! No se parece en nada a los héroes de nuestra fantasía que masacran triunfalmente a sus desalmados enemigos. Punto por punto caminó, su cuerpo poco a poco más pesado y retardado. Sintió su carne herida por la madera de la ejecución, sus piernas debilitadas bajo la carga. De generación en generación, la Iglesia ha meditado este camino marcado por tropiezos y caídas. Jesús cae, se levanta; luego vuelve a caer, retoma el camino agotador, probablemente bajo los golpes de los guardias que lo escoltan, pues así se habla, se maltrata a los condenados en este mundo”. (Anne-Marie Pelletier – Estaciones de la Cruz del Vaticano)
María al pie de la Cruz del Hijo
“Ahora, en el Martirio, se cumple la profecía de Simeón: una espada traspasa su alma. María regresa a conocer a su Hijo, demacrado y agotado bajo el peso de la cruz. Ojos llorosos, los de la Madre, que participa absolutamente del sufrimiento del Hijo, pero asimismo ojos llenos de esperanza, que, desde el día de su “sí” hasta el anuncio del ángel (cf. L.c. 1, 26-38), jamás dejaron de reflejar esa luz divina que reluce asimismo en este día de sufrimiento». (Cardenal D. Gualtiero Bassetti – Vía Crucis del Vaticano)
la desaparición de jesus
“De todos modos, nada hay tan obscuro y enigmático como la muerte del Hijo de Dios, quien junto con Dios Padre es fuente y plenitud de vida. Pero tampoco nada es tan luminoso, por el hecho de que aquí resplandece la gloria de Dios, la gloria del Amor omnipotente y misericordioso. Frente la muerte de Jesús, nuestra contestación es el silencio de la adoración. De ahí que nos encomendamos a él, nos ponemos en sus manos, pidiéndole que nada, ni en nuestra vida ni en nuestra muerte, logre nunca separarnos de él (cf. habitación 8, 38-39)”. (Cardenal Camilo Ruini)
Conclusión: (Eugenia Bonetti – Vía Crucis del Vaticano)
“Señor, cuántas personas todavía el día de hoy acaban clavadas en una cruz, víctimas de una explotación inhumana, privadas de la dignidad, de la independencia, del futuro. Su grito de auxilio nos interpela como hombres y mujeres, como gobiernos, como sociedad y como Iglesia. ¿De qué forma posiblemente te sigamos crucificando, haciéndonos cómplices del tráfico de seres humanos? Danos ojos para ver y corazón para sentir el padecimiento de tantas personas que todavía hoy están clavadas en la cruz por nuestros sistemas de vida y consumo”.
Oración: (Padre Paulo Ricardo)
“Señor Jesús, Tú que fuiste clavado en la Cruz para redimirme de mis faltas, ayúdame a reconocerte como mi Rey y Salvador. En Tu Pasión, no quiero comportarme como los fariseos y soldados romanos, actuando con escarnio y desprecio, ni llorar como las mujeres en Tu sendero, que se avergüenzan al notar desesperadas Tus llagas. Deseo, por contra, estar como vuestra Madre, María Muy santa, confiando en la divina providencia, que sabe aprovecharse de todos los males. Incrementa, ya que, mi fe, a fin de que me arrepienta de mis pecados y afirme como el centurión: “¡Ciertamente, este hombre era el Hijo de Dios!”
Jane Amábile – Con. Divino Espíritu Beato
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Pasión del Señor – San Juan 18, 1-40. 19, 1-42 –
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios