Papa: la misericordia es lo que ayuda a vencer la ley
“La lógica del amor, que acaba en la cruz de Cristo, es lo que caracteriza al católico y nos lleva a salir a todos con corazón de hermanos. Pero, ¿de qué manera es viable vencer el instinto humano y la ley mundana de la venganza? La respuesta la da Jesús en la misma página del Evangelio: “Sed misericordiosos, como tu Padre es misericordioso”, dijo el Papa en su alegato.
Jackson Erpen – Localidad del Vaticano
Una “revolución de la misericordia”, capaz de vencer el instinto humano y la ley mundana de la venganza. De esta forma, “proclamamos al planeta que es posible vencer el mal con el bien”. Así lo sugirió el Papa en su discurso que precedió a la Oración Mariana del Ángelusen este VII Domingo del Tiempo Ordinario.
Dirigiéndose a los miles de peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro en un día soleado y con bajas temperaturas, Francisco recordó que la orden de Jesús de “querer a vuestros contrincantes, llevar a cabo el bien a los que os detestan y bendecir a los que les maldicen” no es una opción. Y Jesús manda esto no a todos, sino más bien a los acólitos, “a los que le escuchan”:
“Él sabe muy bien que amar a nuestros contrincantes va alén de nuestras opciones, pero para ello se realizó hombre: no para dejarnos como somos, sino más bien para transformarnos en hombres y mujeres capaces de un amor mayor, el de su Padre y nuestro . . Este es el cariño que Jesús da a los que le “escuchan”. ¡Y entonces se vuelve posible! Con él, gracias a su amor, a su Espíritu, podemos querer asimismo a los que no nos aman, incluso a los que nos hieren”.
¿Cómo vencer el instinto humano?
De esta manera – explica el Papa – Jesús quiere que el cariño de Dios triunfe sobre el odio y el resentimiento en cada corazón. Pero si la “lógica del amor, que acaba en la Cruz de Cristo, es lo que caracteriza al cristiano y nos lleva a salir al acercamiento de todos, con corazón de hermanos (…), ¿cómo es viable vencer el instinto humano y la mundanalidad? ¿Ley? ¿Represalias?”, pregunta.
La contestación, recuerda Francisco, “la da Jesús en exactamente la misma página del Evangelio: “Sed misericordiosos, como tu Padre es misericordioso”:
“Quien escucha a Jesús, que se esmera por seguirlo, aunque tenga su precio, se convierte en hijo de Dios y empieza a parecerse realmente al Padre que está en los Cielos. Nos volvemos capaces de cosas que jamás nos hubiésemos creído capaces de decir o hacer, y de las que aun nos hubiéramos abochornado, pero que en este momento, por contra, nos dan paz y alegría. Por el momento no necesitamos ser violentos con las expresiones y los movimientos; nos descubrimos capaces de inocencia y amabilidad; ¡y sentimos que todo lo mencionado no viene de nosotros, sino de Él! Y, por lo tanto, no nos jactamos de ello, sino sencillamente nos encontramos agradecidos”.
la revolución del amor
No hay solamente grande y fecundo que el amor -dice el Papa-, pues «da a la persona su dignidad, al tiempo que el odio y la venganza la reducen, desvirtuando la hermosura de la criatura hecha a imagen de Dios».
Y apunta que “este orden de responder con amor al insulto y al fallo ha creado una exclusiva cultura en el planeta: la “cultura de la clemencia – hay que aprenderla bien, y practicarla bien, esta cultura de la misericordia que da vida a una verdadera revolución”:
“Es la revolución del amor, cuyos protagonistas son los mártires de todos los tiempos. Y Jesús nos asegura que nuestro comportamiento, marcado por el cariño a los que nos hieren, no será en vano. Él dice: “Perdona y serás perdonado. Dad y se os va a dar (…) porque con exactamente la misma medida con que midáis a el resto, asimismo vais a ser medidos”.
Siguiendo el ejemplo de Dios que siempre y en todo momento nos excusa – recordó el Santo Padre – asimismo nosotros debemos perdonar siempre, pues “si no perdonamos absolutamente, tampoco podemos pretender ser perdonados absolutamente”.
Invierta el alegato, esta es la revolución de la misericordia
Por el contrario, “si nuestro corazón está abierto a la misericordia, si el perdón se sella con un abrazo fraterno y los lazos de comunión se endurecen, proclamamos al mundo que es posible vencer el mal con el bien”:
“En ocasiones nos es más fácil rememorar las ofensas, los males que nos hicieron y no las cosas buenas, al punto que hay personas que tienen este hábito y se convierte en una patología. Son los “colectores de injusticias”: solo recuerdan las cosas malas que hicieron. Y este no es el sendero. Debemos hacer lo contrario, afirma Jesús. Rememorar las cosas buenas es en el momento en que alguien viene con un chisme, que charla mal del otro, y afirma: “Pero, sí, quién sabe, pero tiene esta cosa buena”. Invertir el discurso. Esta es la revolución de la misericordia”.
“Que la Virgen María –fue su pedido al final– nos ayude a dejar que nuestro corazón se deje tocar por esta santa palabra de Jesús, que arde como el fuego, que nos convierte y nos hace capaces de realizar el bien sin recompensa, realizar el bien sin recompensa, dando testimonio en todas y cada una unas partes de la victoria del amor”.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Papa: la misericordia es lo que ayuda a vencer la ley
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
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