Papa: Jesús dice claramente que Dios está de su lado
“Jesús desenmascara este mecanismo perverso: demanda la opresión de los débiles efectuada instrumentalmente, en base a motivaciones religiosas, diciendo claramente que Dios está del lado de los últimos. Y para fijar bien esta lección en la cabeza de los acólitos, les proporciona un caso de muestra vivo: una viuda pobre, cuya posición popular era irrelevante, porque no tenía un marido que pudiera proteger sus derechos”, ha dicho Francisco.
Jackson Erpen – Ciudad del Vaticano
“La enseñanza que Jesús nos ofrece el día de hoy nos asiste a recobrar lo esencial de nuestra vida y favorece una relación específica y diaria con Dios (…). No mide la cantidad, sino la calidad, escudriña el corazón y busca la pureza de intenciones”.
Ante la presencia de 20.000 leales y turistas en la Plaza de San Pedro para el tradicional acercamiento dominical del Ángelus, el Papa Francisco reflexionó sobre el Evangelio de Marcos, propuesto por la liturgia del día, que contrasta 2 figuras. El escribano que “representa a la gente esenciales, ricas e predominantes” y la viuda, que “representa a los últimos, a los pobres, a los enclenques”.
Jesús –enseña Francisco– tiene un juicio firme en relación a los escribas que “alardean de su condición popular, con el título de rabino, esto es, profesor, les agrada ser reverenciados y ocupar los primeros sitios”.
Dios del lado de los últimos
Su ostentación es “principalmente de carácter espiritual”, rezan para ser vistos, “y utilizan a Dios para certificarse como defensores de su ley”.
“Y esta actitud de superioridad y vanidad -observó el Papa- les lleva a despreciar a los que cuentan poco o se encuentran en una coyuntura económica desfavorable, como es la situacion de las viudas”. Y Jesús, desenmascara este mecanismo perverso:
“Denuncia la opresión de los débiles realizada instrumentalmente, basada en motivaciones religiosas, diciendo claramente que Dios está del lado de los últimos.”.
Para asentar bien esta enseñanza, Jesús pone a sus acólitos el ejemplo de la viuda, “cuya posición popular era sin importancia, por no tener marido que defendiera sus derechos, y que por consiguiente se convierte en presa simple para algún acreedor inescrupuloso, porque estos los acreedores perseguían a los débiles para pagarles”:
“Esta mujer, que va a poner sólo 2 monedas en el tesoro del templo, todo lo que le queda, y hace su oferta tratando de pasar inadvertida, casi avergonzándose a sí misma. Pero, precisamente en esta humildad, realiza un acto cargado de gran significado espiritual y espiritual”.
Dios mira el corazón
Jesús –dice el Santo Padre– ve en este gesto “la entrega total de sí mismo a todo el que que desee educar a sus acólitos”:
“La enseñanza que Jesús nos proporciona el día de hoy nos asiste a recobrar lo fundamental de nuestra vida y favorece una relación concreta y diaria con Dios. Hermanos y hermanas, las medidas del Señor son diferentes a las nuestras. Él pesa a las personas y sus acciones de manera diferente. Dios no mide la cantidad, sino más bien la calidad, escudriña el corazón y busca la pureza de pretenciones”.
Esto significa que nuestro “ofrecer” a Dios en la oración y a los demás en la caridad –mira el Papa– debe escapar siempre al ritualismo y al formalismo, tal como a la lógica del cálculo, ser expresión de la gratuidad, como logró Jesús con nosotros: salvó nosotros libres; no nos logró abonar la redención.
Modelo de la Vida Cristiana
De este modo, esa viuda pobre y desprendida se convierte en “modelo de vida cristiana a imitar”:
“No entendemos su nombre, pero conocemos su corazón: nos encontraremos con ella en el Cielo y precisamente la saludaremos; y eso es lo que cuenta frente Dios. Cuando seamos tentados por el deseo de lucirnos y contar nuestros movimientos altruistas, en el momento en que estemos muy interesados en la mirada del resto y –permítanme la palabra– cuando actuamos “los pavos reales”, pensemos en esa mujer. Nos hará bien: nos ayudará a deshacernos de lo superfluo para ir a lo que verdaderamente importa y permanecer humildes”.
“Que la Virgen María – ha dicho el Papa para acabar –, mujer pobre que se entregó completamente a Dios, nos mantenga en la resolución de dar al Señor y a nuestros hermanos y hermanas no algo de nosotros mismos, sino más bien de nosotros mismos, de forma humilde y ofrenda desprendida”.
Al saludar a los grupos presentes en la Plaza São Pedro, el Papa Francisco se dirigió, entre otros muchos, al grupo del Inmaculado Corazón de María, de Brasil, ya un gran número de polacos.
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Cosas interesantes de saber el significado : Dios
