RELIGION CRISTIANA

Papa invita a imitar el “estilo de Dios” de cercanía,

Vaticano, 01 Mar. 21/12:25 (ACI).- El Papa Francisco animó a imitar “el estilo de Dios” para vivir “la proximidad, la compasión y la inocencia”.

De esta manera lo ha dicho el Beato Padre el pasado 1 de marzo, a lo largo de una audiencia concedida al Centro Franciscano de Solidaridad, sito en la ciudad italiana de Florencia.

“Afirmamos las tres palabras que son precisamente el estilo de Dios: cercanía – Dios se aproxima – compasión y ternura. Este es el camino de Dios y ha de ser tu camino. Cercanía, compasión y ternura”, invitó el Papa.

En su alegato, el Santo Padre agradeció a este centro solidario por el hecho de que a lo largo de muchos años “hizo un valioso servicio de escucha y proximidad a las familias que están en difíciles condiciones económicas y sociales, y a la gente mayores o discapacitadas que precisan acompañamiento y compañía”. .

En este sentido, el Papa destacó que «en un planeta que tiende a correr a 2 velocidades, que por una parte genera riqueza, pero por otro crea desigualdad» este centro es un modelo de «una obra asistencial eficiente, basada en el voluntariado». , y, a los ojos de la fe, sois de los que siembran el Reino de Dios».

“Jesús, cuando vino al mundo y proclamó el Reino del Padre, se aproximó con compasión a las heridas humanas. Estuvo en especial cerca de los pobres, los marginados y los descartados; se acercó a los desanimados, a los dejados ahora los oprimidos”, dijo el Papa quien asimismo recordó las palabras de Jesús en el Evangelio de san Mateo “Tuve apetito y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de tomar; fui peregrino y me acogisteis; me desnudó y me vistió».

De esta manera, el Pontífice resaltó que “Cristo nos reveló el corazón de Dios: es un Padre que quiere resguardar – Dios es un Padre que desea defendernos a todos, proteger y promover la dignidad de todos sus hijos e hijas , y que nos llama a crear las condiciones humanas, sociales y económicas para que absolutamente nadie sea excluido ni pisado en sus derechos escenciales, a fin de que nadie deba sufrir por carecer de pan material o soledad”.

De ahí que, el Papa recordó el “luminoso testimonio de san Francisco de Agarráis, que practicó la fraternidad universal y por doquier sembró la paz y caminó junto a los pobres, los dejados, los enfermos, los descartados, los últimos”.

En este sentido, el Beato Padre destacó que en este centro, ya hace prácticamente cuarenta años, “se realiza este servicio, que es un signo concreto de promesa y asimismo de contradicción en la vida agitada de la ciudad, donde tantos hallan solos con su pobreza y sufrimiento».

Es “un signo que despierta las conciencias dormidas y nos sugiere ir a salir de la indiferencia, a tener compasión por los heridos, a inclinarnos con inocencia sobre los que son aplastados por el peso de la vida”, añadió.

Al final, el Papa rezó para que el Señor apoye esta obra “pues entendemos que nuestro buen corazón y nuestra fuerza humana no bastan” y explicó que “antes de llevar a cabo las cosas y mucho más allí, cuando nos encontramos frente a un pobre, nos encontramos llamados a un amor que la haga sentir nuestro hermano, nuestra hermana; y esto es viable merced a Cristo, totalmente presente en esa persona”.

“Que el Señor, por intercesión de san Francisco, guarde siempre y en todo momento en vosotros la alegría de servir, la alegría de acercaros, la alegría de tener compasión, la alegría de hacer las cosas con ternura”, concluyó el Santo Padre.

Publicado originalmente en ACI Press. Traducido y amoldado por Nathália Queiroz.

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